Filipinas. — Un tifón que arruinó el día de Navidad en partes de Filipinas, dejando al menos seis muertos y destruyendo viviendas, se cernía sobre una zona muy poblada cerca de la capital del país con vientos algo menos potentes pero aún peligrosos, según las autoridades.
La tormenta dejó sin electricidad a cinco provincias en plenas celebraciones navideñas y dejó varados a unos 12.000 viajeros en el bastión católico de Asia. Más de 380.000 personas tuvieron que suspender las celebraciones navideñas en casa para irse a refugios y otras zonas seguras.
Un granjero murió por el golpe de un árbol derribado en la provincia de Quezon, y otras tres personas —incluida una pareja arrastrada por una inundación— murieron en la provincia de Albay, al sureste de Manila, después de que el tifón tocara tierra el domingo por la noche en la provincia de Casiguran, indicó la policía.
El tifón Nock-Ten, conocido en la zona como Nina, avanzó después hacia el oeste a través de provincias insulares y montañosas, dañando hogares, arrancando árboles y suspendiendo las comunicaciones.
Aunque se debilitó ligeramente, hoy por la mañana la tormenta aún tenía vientos sostenidos de hasta 120 kilómetros (74 millas) por hora y ráfagas de 180 kph (111 mph), según los meteorólogos del gobierno, a su paso sobre las populosas provincias de Batangas y Cavite, al sur de Manila.