BERLÍN. La codicia por un puñado de yuanes desata violentos duelos en las zonas montañosas del desierto de Gobi, en el extremo norte de China, escenario de «Tierra de nadie», del joven realizador chino Ning Hao, proyectada el jueves en el concurso por el Oso de Oro de la Berlinale.
Pan Xiao, un brillante abogado interpretado por el actor Xu Zheng, saca de la cárcel a un jefe mafioso que busca hacer fortuna con la caza furtiva de halcones.
Para pagarle sus honorarios el mafioso le entrega su lujoso automóvil y el abogado no duda en conducirlo a toda velocidad a través del desierto de Gobi para trasladarse a un juzgado situado a 500 km, donde tiene que acudir a otro proceso.
Los esbirros del jefe mafioso le tienden una trampa en la carretera para tratar de quitarle el automóvil. Ese será el comienzo de una serie de sangrientos enfrentamientos, filmados como un western.
El abogado sabía desenvolverse en los juzgados, en su contexto normal, pero luego es despojado de todas las convenciones, en esa tierra de nadie que es el desierto, donde se transformará, sacrificándose al final para salvar a una bella cautiva, Miss Xing, interpretada por la actriz Tao Hong.