Filosofías novelescas

Filosofías novelescas

Algunos filósofos de comienzos del siglo XX afirmaban que la situación propia del hombre consiste en “estar en el mundo”. Otros filósofos argumentaron que esa era una expresión “demasiado general”. El hombre, ciertamente, está en el mundo; pero cada hombre lleva, en sus documentos de identidad, consignado el “lugar de nacimiento”. Ahí está mencionado el trozo de mundo donde nació. El oficial civil, a diferencia del filósofo, incluye en sus documentos el domicilio de cada persona. Un hombre, sentado a la mesa frente a un plato de sopa, es la concreción vital del ser y del estar. A partir de esta “individuación” precisa, se construye el contexto del mundo.
Los hombres “están en el mundo” destinados a diversas formas del sufrimiento. Pueden resultar “inri-maculados” por ser negros, por ser judíos, homosexuales o ciudadanos de un país enemigo. Viven en el mundo en “condicionalidad” perpetua; no es lo mismo vivir en la Quinta Avenida de Nueva York que en una callejuela de Harlem. ¿Qué clase de mundo les tocó a quienes vivieron en el gueto de Varsovia durante la Segunda Guerra Mundial? Todos los hombres tienen “aparato respiratorio” y “sistema digestivo”; es un asunto general de carácter anatómico. ¿Pero, en qué contexto -social, político, económico- debemos respirar y digerir? Nacer en Cuba, en Santo Domingo, en Israel, acarrean distintos modos de “estar en el mundo”.
El escritor cubano Alejo Carpentier es autor de una famosa novela ambientada durante la revolución haitiana: “El reino de este mundo”. La escribió en uno de sus exilios políticos. Huyó de Cuba por causa de la dictadura de Machado; volvió a salir del exilio por una nueva dictadura: la de Fulgencio Batista. Regresó a Cuba en 1959, después del triunfo de Fidel Castro. En 1978 escribió su novela “La consagración de la primavera”.
Esta novela, montada sobre el simbolismo de la obra musical de Igor Stravinsky, exaltaba el surgimiento de la revolución socialista en su país. Carpentier falleció en 1980. Entonces el régimen de Castro sólo tenía 20 años. La “primavera” de Fidel Castro ya cumplió 56 años. Alejo Carpentier desarrolló su vida a lo largo de tres dictaduras. En ese contexto social han tomado su sopa miles de cubanos y dominicanos.

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