Filtros en los tubos de escape: ¿Anticontaminantes que contaminan?

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BBC Mundo. Científicos creen haberle encontrado una explicación al alto índice de ozono troposférico en Europa. Se trata de una ironía: la consecuencia lamentable pero no intencional de las medidas implantadas para mejorar la calidad del aire.

Los filtros implantados en los tubos de escape de los vehículos para eliminar las partículas en suspensión han producido un desequilibrio químico en la formación de ozono.

Las reacciones químicas que normalmente eliminan el ozono han sufrido alteraciones. La conclusión proviene de un estudio que analiza los registros de la calidad del aire en Londres.

«Los niveles máximos de ozono disminuyeron desde la década de los noventa, pero no hemos alcanzado los esperados», afirmó la Dra. Erika von Schneidemesser, del Instituto para Estudios Avanzados de Sustentabilidad, en Potsdam, Alemania.

«Los datos que obtuvimos a raíz del monitoreo en Londres, así como los modelos realizados, nos ayudaron a detectar las razones detrás del comportamiento del ozono, al menos en Londres», le dijo a la BBC.

Un ciclo perturbado. El ozono en la baja atmósfera (tropósfera) se considera un contaminante importante que puede causar serios problemas respiratorios y daños en la mampostería y en los cultivos agrícolas.

Se origina principalmente en las emisiones de vehículos terrestres, incluyendo los gases de escape, como los óxidos de nitrógeno (NOx), los compuestos orgánicos volátiles distintos del metano (COVNM) y el monóxido de carbono (CO).

El ozono es el resultado de la participación de estos gases en una serie de reacciones químicas en las que la luz solar y el calor actúan como catalizadores. Los meses de verano suelen ser los peores para el O3 (fórmula molecular del ozóno).

Von Schneidemesser y sus colegas utilizaron datos de la red de monitoreo de la calidad del aire para tratar de evaluar el desempeño de las reacciones que producen ozono en los últimos 15 años.

 Encontraron que aunque los precursores de ozono han bajado, el índice de dos gases NOx en la atmósfera ha cambiado.

En condiciones constantes, hay un ciclo en el que el dióxido de nitrógeno (NO2) ayuda a formar el ozono y el óxido nítrico (NO) ayuda a separarlo.

Este ciclo parece haberse perturbado por las medidas de control que estaban originalmente destinadas a eliminar las partículas finas y el negro de carbono (hollín) en los tubos de escape de los vehículos.

Las medidas logra el resultado deseado, pero también alteran las emisiones relativas de los gases NOx.

«Hay un equilibrio entre el NO y el dióxido de nitrógeno NO2, y los filtros de diésel que hemos estado implementando en los vehículos, implican que ahora tenemos una mayor cantidad de NO2, por lo que la reducción de NO es muy superior a la reducción de NO2».

«Esto significa que estamos extrayendo parte de la supresión de la capa de ozono», explicó von Schneidemesser, quien también está afiliada a la Universidad de Leicester, Reino Unido.

Mientras que el NO en la atmósfera se ha reducido entre 5% y 20% por año, el NO2 ha disminuido en tan solo entre 1% y 5% anual.

«A medida en que estos niveles continúen bajando, seguiremos obteniendo una reducción de ozono. Lo que pasa es que los pasos iniciales han tenido el efecto contrario».

¿Un caso global?. Se necesita continuar con la investigación, pero las sospechas de los expertos apuntan a que la experiencia de Londres no es única.

Todas las grandes ciudades europeas con problemas de tráfico van a pasar por los mismos inventarios de emisiones.

La diferencia es que las ciudades del sur cuentan con más luz solar y calor, factores que tienen efecto en las reacciones que producen ozono.

Sin embargo, las observaciones del estudio sólo expone uno de los motivos detrás del alto índice de ozono troposférico.

Los científicos afirman que los niveles de ozono europeos están siendo influenciados por lo que ocurre en otras regiones del mundo.

«Hay una importación importante de ozono y de precursores del exterior, y esto influye en lo que llamamos el ozono de fondo, y que está incrementándose a medida en que los contaminantes globales, particularmente en Asia, empeoran».

«Toda esta situación tiene un efecto en los índices de ozono en Europa», explicó Paul Monks, de la Universidad de Leicester.

«Así que, para poder regular el ozono necesitamos de un tratado a nivel mundial. Necesitamos tomar medidas de control en otros países, así como en el nuestro».

«El pico de ozono ha disminuido desde la década de los noventa, pero ahora ha tocado fondo, y sigue en el mismo nivel a pesar de la reducción de emisiones».

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