Las negociaciones habían sido arduas y cotidianas desde hace dos semanas con las grandes empresas audiovisuales que son Disney, Netflix, Warner Bros y Universal. A ellas les urgía retomar las filmaciones paralizadas desde mediados de julio por la huelga de actores.

El miércoles por la noche las partes llegaron a un acuerdo histórico para levantar esta huelga que había costado al menos 6 mil millones de dólares en pérdidas.

«En un contrato valorado en más de 1.000 millones de dólares», dijo el Sindicato de los Actores de la Pantalla (SAG-AFTRA), cuyo Comité de Cine y Televisión votó de forma unánime este miércoles la propuesta.

En concreto, se acordó firmar una nueva convención colectiva de tres años que incluye un aumento del salario mínimo de aproximadamente 8%, una de las alzas más significativas de los últimos años, aunque menor de lo que esperaban los actores inicialmente.

También llegaron a un consenso para un sistema de primas por difusión para los actores de series difundidas por las plataformas de streaming. Esto es un logro mayor para el gremio porque hasta ahora, los actores recibían solo una remuneración fija, independientemente del éxito o de la difusión de las series, que con las plataformas pueden tener un alcance planetario.

En cuanto a la inteligencia artificial, se decidió definir un marco para su utilización. Los actores temían que los estudios usaran esta tecnología para clonar sus voces e imagen, y así utilizarlas cuantas veces quisieran sin compensación ni consentimiento.

También se acordó esta semana lo referente a la «propiedad» de los estudios sobre las imágenes de estrellas después de su muerte.

El sindicato SAG-Aftra, que reúne a 160.000 actores, bailarines y dobles, presidido por la actriz Fran Drescher, debe aprobar por voto la nueva convención colectiva, previsto el viernes. Aunque esta etapa sea una simple formalidad.