Fin de la OEA: inicio de consolidación de la unidad regional

Fin de la OEA: inicio de consolidación de la unidad regional

La Organización de Estados Americanos – la OEA – surgió por iniciativa de los Estados Unidos en 1947, sustentada en la denominada “ Carta de Chapultepec”, agrupando desde entonces a las 20 repúblicas latinoamericanas  y caribeñas independientes – comprendiendo entre las del Caribe a Cuba, Haití y República Dominicana, ya que el resto en aquellos momentos eran aun colonias-. Aunque hubo propuestas de que su sede se instalara en Panamá- a mitad de camino entre la América del Norte y la del Sur– la misma fue ubicada en Washington.

Estados Unidos, acorde con los tiempos que se vivieron durante 50 años, no fue remiso en imponer voluntades, políticas y orientaciones. La OEA actuaba, y de hecho hacía, cuando le interesaba a los Estados Unidos. Ello le mereció el funesto epíteto de “ministerio de colonias”.  Aunque de hace unos años para acá había logrado ir superando, en buena medida, esa imagen de subordinación, su imagen y prestigio estaba gravemente marcado. Son muchos los que no han podido borrar el recuerdo de cómo bendijo y arropó –haciéndola suya– la intervención norteamericana en la República Dominicana en 1965 simplemente para abortar un movimiento cívico–militar que pretendía hacer retornar al país a la democracia.

La aspiración de crear una institución auténticamente regional, sin Estados Unidos  ni Canadá –partiendo del criterio de que son potencias cuyos intereses no coinciden necesariamente siempre con del resto de la región-  no es nueva. En 1975 los Presidentes de Venezuela y México, Carlos Andrés Pérez y Luis Echeverría Álvarez, respectivamente, promovieron la creación del Sistema Económico Latinoamericano, el SELA, sin los norteamericanos y, sin embargo, sí con Cuba. Esta organización, con su sede en Caracas desde 1975, se ha orientado, aunque ha perdido un poco de protagonismo, a la concertación en el plano económico y al estudio de la problemática del desarrollo de la región. La OEA siguió teniendo la batuta de lo político.

La correlación política actual en la región creó las condiciones propicias para que se plantee, con un nivel de aceptación regional, la hora de sustituir a la OEA con una instancia que permita a la región poder concertar, con plena autonomía, sus posiciones e intereses, ahora con 33 integrantes. Los países africanos sentaron cátedra cuando al crear la Organización de Unidad Africana y ahora la Unión Africana, abrieron las puertas solo a los integrantes del continente sin las ex metrópolis.

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