Fin de un liderazgo

Fin  de un liderazgo

Fidel Castro encarnó uno de los grandes liderazgos en el enfrentamiento entre socialismo histórico y capitalismo. Y deja de existir justo cuando también llega a su final el sistema político-social que él implantó. Fue controversial, visto como héroe sagrado por la izquierda en América Latina y parte del mundo, y juzgado como absolutista por liberales que lo combatieron por haber implantado uno de los pocos sistemas unipartidistas que todavía existen en el mundo, negador de las libertades y de la democracia al estilo occidental.
Para los dominicanos fue un aliado indiscutible en aquellos tiempos aciagos de la lucha contra la tiranía de Trujillo. Sin su concurso, probablemente, no existiría la raza inmortal de los dominicanos que vinieron dispuestos a inmolarse. Desde antes de Castro, Cuba fue refugio para dominicanos perseguidos por la intolerancia.
El pueblo cubano probablemente le debe mucho a la emblemática revolución encabezada por su líder, pero en medio siglo le fue conculcado a los cubanos el derecho a la libertad y a poner en práctica iniciativas propias que le permitieran vivir de lo aprendido. Fidel deja de existir cuando tiende a extinguirse el sistema político y social que él impuso. Cuba se adentra lentamente en cambios que exige su presente en este contexto histórico dominado por una globalización económica sin ideología.

Agresión contra ambientalistas

El Ministerio de Medio Ambiente debe gestionar protección de fuerza pública para sus inspectores. Dos casos recientes de agresiones a tiros y pedradas, de los que empleados de ese ministerio resultaron heridos, han ocurrido en Azua y Nagua con diferencia de menos de 48 horas entre uno y otro. En Azua el ataque provino de camioneros que extraían materiales del río Ocoa, y en Nagua los atacantes fueron personas que se dedicaban a la pesca ilegal de anguilas. Ambos casos fueron en áreas protegidas.

El resguardo de las áreas protegidas tiene que ser ejercido bajo un esquema de tolerancia cero para la impunidad. En cuanto a las agresiones denunciadas, es necesario apoderar a la justicia y que los autores paguen tanto por el atentado contra el medio ambiente como por la agresión contra personal oficial.

 

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