El próximo 31 de octubre se cumplirán 36 años de que Leonardo Matos Berrido, político y empresario, asesinara a su exesposa Judith Gómez, en el estacionamiento de un emblemático hotel capitalino. El incidente generó un gran revuelo en la sociedad, ya que se trataba de un hombre muy conocido y de una mujer muy bella, que había sido cortejada y deseada por muchos.
La tragedia quedó en el olvido, y Matos Berrido continuó viviendo social y políticamente como un” honorable” más, de los tantos que tiene esta sociedad, posiciones, pensiones y homenajes no han faltado en la vida de este hombre que tenía hijas pequeñas, que perdieron a su madre en un arrebato de celos.
La naturalidad con la cual el Sr. Matos Berrido continuó su vida es digna de un estudio sociológico. Jamás la sanción social se hizo presente al quedar absuelto por la justicia local, ya que “se trató de un accidente¨, el agresor frecuentó los mejores clubes, ocupó notables posiciones y disfrutó del prestigio político, “rehízo” su vida, aunque todos conocían y reconocían en su persona la historia del asesinato del que no se hablaba públicamente. La sociedad fue cómplice.
Entre los tantos homenajes que Matos Berrido ha recibido en el transcurso de su vida, la Liga Dominicana de Beisbol había programado hacerle uno más, dedicarle la temporada 2018. Hasta que a alguien, que no ha perdido la memoria, se le ocurrió decir lo que nadie había dicho públicamente durante todos estos años, en que hemos visto caer miles de mujeres asesinadas víctimas de la violencia de género. “Matos Berrido no merece que le hagan tal homenaje por ser un feminicida” de los tantos que tiene el país.
Volviendo a recrearse tan horrendo crimen, con la acción de repudio, y la protesta concatenada del presente, recordándole a Matos Berrido que sus actos del pasado están presentes, lo que dio por resultado que los miembros de la Liga,- que bien conocen de personalidades del deporte-, eligieran al laureado Vladimir Guerrero, que humildemente aceptó le dedicaran la temporada 2018.
La presión ejercida para rechazar el homenaje a Matos, a pesar de la anomia que vive esta sociedad, indica que algo se mueve en su interior, generando espacios de esperanza y lecciones de vida. Al observar como la sanción social se expresa y llega finalmente, hasta Matos Berridos en el ocaso de su existencia.
Homenajear a Vladimir Guerrero, salido de las entrañas de la pobreza, alguien que venció todos los obstáculos para llegar a ser un héroe del deporte, pero sobre todo de la vida, ejemplo de integridad y trabajo limpio, no es igual, no entiendo ni siquiera cómo él acepta ahora, con tanta humildad tal homenaje, la gente de la Liga debería saber donde están los héroes sociales, las personalidades paradigmáticas del deporte, para no caer en estos desaciertos vergonzosos.
La sanción social existe, y es tan o más poderosa que la justicia que administran las instituciones. El desprecio del grupo social, en algunas sociedades tiene más peso para la vida en sociedad, que las decisiones de la justicia organizada y desacreditada, cuando la justicia social se expresa, castigando a los que han violentado las reglas, y se han servido de la impunidad, estos experimentan la soledad, la vergüenza del desprecio silencioso y dual, esa sensación de estar y no ser parte del grupo social.
Ese gesto tímido de rechazo a Matos Berrido,- en este país, que se nos cae a pedazos en plena crisis de valores- es indicador de que aún tenemos paradigmas de integridad, más allá de las riquezas mal habidas y las bajezas del poder político. Cabe observar la eficacia del surgimiento de una acción espontáneo desde la sociedad, representada por el ciudadano de a pie, organizaciones y personalidades horrorizadas por el deterioro social, tratando de poner freno a la complicidad histórica de premiar, felicitar y homenajear a los que nada merecen