Financiación y lenta tasa de inversión

Financiación y lenta tasa de inversión

FERNANDO PELLERANO MORILLA
Podemos definir la estructura de clases de una sociedad según la naturaleza de los ingresos que perciben los individuos. Los que reciben ganancias son los empresarios y gerentes; los que reciben dividendos, rentas e intereses son los rentistas; los que reciben sueldos y salarios son los empleados y trabajadores.

Según la teoría neoliberal el objetivo principal de la empresa capitalista es la maximización de ganancias. Pero la teoría postkeynesiana afirma que el objetivo principal de la empresa moderna es su crecimiento. Galbraith, en su clásico El Nuevo Estado Industrial (1967), explica lo que denominó la Revolución Gerencial, la cual significó un predominio del poder de los gerentes sobre los rentistas (accionistas). Mientras a los primeros les interesaba la expansión de la empresa para incrementar su poder y poseían, en consecuencia, una visión de largo plazo de la empresa, a los segundos les interesaba maximizar sus dividendos y las ganancias de capital por aumento de precio de los activos, sin importarle mucho la supervivencia a largo lazo de la empresa.

El Estado Keynesiano intervino en la economía a favor de la clase de los gerentes empresarios y reguló y limitó el poder de los rentistas. Así, la acumulación de capital, la innovación tecnológica en base a investigación y desarrollo y la consecuente expansión de la producción y los mercados, caracterizó la Edad de Oro del capitalismo mundial (1945 1970). Los recursos que financiaron esta acumulación provenían de dos fuentes: en primer lugar, del interior de las mismas empresas: las ganancias no distribuidas; y de recursos externos, de los bancos y, en menor medida, del mercado financiero (las bolsas de valores).

La Contrarrevolución Neoliberal, a partir de la década de los setenta, impuso la hegemonía de la clase de los rentistas y la financiarización de la economía. Se desarrolló un amplio y poderoso mercado financiero y sector bancario y una proliferación de nuevos instrumentos financieros. En los Estados, los bancos centrales adquirieron un creciente poder en la toma de decisiones de política. A la fase de intensa acumulación de capital productivo del período anterior, le siguió la fase de especulación comercial y financiera. El neoliberalismo se difundió en el contexto de una globalización hecha posible por los avances tecnológicos de la Edad de Oro (energía atómica, computadora, láser, satélite, avión de turbina).

¿Qué es financiarización? Referido a la empresa individual, es la creciente inversión financiera de las empresas no financieras y el cambio institucional mediante el cual la gerencia de la empresa adopta las preferencias de los rentistas de priorizar más las ganancias de corto plazo de las inversiones financieras que el crecimiento y la acumulación de capital fijo. Es una hipótesis que ha sido probada empíricamente que la financiarización ha contribuido a la disminución del crecimiento de la inversión fija desde los setenta hasta la actualidad.

En el caso de la República Dominicana, los indicadores parecen demostrar que la tasa de acumulación de capital productivo ha venido declinando, mientras la proporción de las inversiones financieras de las empresas no financieras se ha elevado como proporción de su valor agregado. Esta financiarización ha sido alimentada por una política de estabilización basada en una acumulación financiera y en anclar la tasa de cambio para controlar las expectativas inflacionarias (entrada de capitales, apreciación del peso, altas tasas reales de interés, especulación en mercados de activos); con autonomía de la economía real (balanza comercial, productividad industrial y agrícola, calidad de la fuerza laboral) y de la intervención del Estado (política estratégica con grandes corporaciones que dominan la producción global, política industrial activa, política fiscal orientada al empleo productivo).

Somos una economía que se ha rendido a la magia peligrosa de la financiarización, con sus altos volúmenes de capitales financieros moviéndose en un círculo vicioso especulativo. La mentalidad del rentista ha sustituido la del empresario visionario e innovador y el Estado adopta al FMI como mentor y guía.

No hay retórica política, ni color del partido que la practique, que impida la lógica tozuda y áspera de los hechos económicos. Hay un sólo país que puede mantener sobrevaluada su moneda con un déficit de cuenta corriente y un alto endeudamiento interno, y no es precisamente la República Dominicana.

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