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Acciones bajan fuertemente por incertidumbre de la Fed

Influyen estricta política monetaria  China y  noticias sobre la economía de la eurozona

Escrito por Dave Shellock

Las acciones tuvieron su mayor baja de un día en este año cuando la incertidumbre sobre la duración del programa de compra de actives de la Reserva Federal de EEUU fue extendido debido a las preocupaciones sobre una más estricta política monetaria en China y las decepcionantes noticias sobre la economía de la eurozona.

Las minutas de la reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Fed que tuvo lugar en enero y que fueron emitidas el pasado miércoles, dieron la alarma ya que subrayan las preocupaciones entre “muchos” oficiales de la Fed en relación a los costes y riesgos del alivio cuantitativo, indicando que el programa podría terminar antes de lo esperado.

Mientras tanto, el movimiento del Banco del Pueblo de China para drenar una suma récord de la liquidez del sistema bancario del país en esta semana fue visto por muchos como el anuncio de un cambio prudente hacia una política más estricta.

Además, los declives de los índices de directores de compras de la eurozona, tanto para el sector de servicios como para el de manufactura, subrayan la fragilidad de la economía de la región.

Todo eso, más la continua incertidumbre sobre el resultado de las elecciones generales de Italia de este fin de semana, dejaron el índice de acciones FTSE All-World por debajo de un 1.3%.

Las extensiones de CDS se ampliaron fuertemente, los precios de las materias primas industriales bajaron en el mercado y los precios de los bonos del gobierno alemán aumentaron.

No obstante, algunos en los mercados sintieron que la reacción a las minutas de la Fed había sido exagerada, dado el actual contexto económico en EEUU.

Ciertamente, la data semanal de demandas de desempleo hizo poco para inspirar confianza en la recuperación del mercado laboral, mientras que el índice de la Fed de Filadelfia de actividad económica en la región Atlántica de EEUU llegó hasta una baja de ocho meses.

La insulsa data de los precios de consumo de EEUU, mientras tanto, implica que la inflación es imposible que actúe como una fuente adicional de división dentro del FOMC.

Ashraf Laidi, director global de estrategias en City Index, dijo que el mayor asunto para los mercados era cómo la Fed podría ingeniarse una disminución de la tasa de desempleo de EEUU hasta su 6.5% de objetivo, desde el actual 7.9%, mientras consideran la depresión o terminan las compras de activos.

“Señalar una depresión en las compras de activos es todo lo que la Fed puede hacer en este punto, en un momento en que los bancos centrales globales están recurriendo cada vez más hacia el alivio monetario en un momento en que los muy necesitados constreñimientos fiscales se arriesgan a una renovada contracción del crecimiento global”, dijo Laidi.

El Banco de Japón y el Banco de Inglaterra se espera que alivien la política adicionalmente y algunos esperan que el Banco Central de Europa haga lo mismo.

“Las encuestas empresariales enfatizan que la mejora en la economía de la eurozona será un proceso extremadamente lento”, dijo Nick Kounis, director de investigación macro en ABN Amro.

“Junto a las débiles presiones inflacionarias, la encuesta PMI aumenta la proyección de que el BCE una vez más considerará un recorte de las tasas de interés”.

Tal especulación pesó sobre el euro con la moneda única bajando hasta $1.32 hasta una baja de seis semanas contra el muy fuerte dólar. El euro estuvo también perturbado por la persistente incertidumbre sobre los riesgos de las elecciones generales de Italia de este fin de semana. Los rendimientos de los bonos gubernamentales de Italia a diez años aumentaron 7 puntos base hasta 4.49%, mientras la demanda por la seguridad de la deuda alemana impulsó el rendimiento de sus bonos en descenso por 8 puntos base quedando en 1.56%.

El rendimiento de la Tesorería de EEUU a diez años bajó también por 4 puntos base hasta 1.97%.

El índice S&P 500 de acciones de EEUU se movió brevemente por debajo del simbólico nivel de 1,500 antes de frenar su declive hasta 0.6% en Nueva York.

El índice CBOE Vix de volatilidad, el llamado “calibrador de temores” de Wall Street, subió otro 8% después de saltar aproximadamente un 20% el miércoles. En Europa, el FTSE Eurofirst 300 perdió un 1.5%.

En las materias primas, el petróleo Brent llegó por debajo de los $114 el barril y el cobre se tambaleó hasta su nivel más bajo de 2013. Pero el oro se recuperó de una baja de seis meses, aumentando más de un 1% para quedar en $1,578 la onza.

Washington necesita supervisión de adultos

Ambas partes se merecen la culpa de este daño autoinfligido

En la mayoría de disciplinas, la previsión se hace al azar. Con las políticas de EEUU, sin embargo, es como pronosticar el estado del tiempo. Con una precisión metronómica, este próximo viernes Washington permitirá que la economía de EEUU llegue hasta el “secuestro”, la última fase de rodamiento, pero que bajo ningún concepto será la última, en vías hacia el abismo fiscal de la ciudad.

El plazo del 1ro. de marzo provocará $85 millardos en recortes que se aplicarán indistintamente a los presupuestos de defensa y nacional, pero deja intactos los programas de ayuda social. Los economistas dicen que se reducirá ya sea entre un 0.2% y 0.6% del crecimiento de EEUU en el 2013, dependiendo de cuanto tiempo esto continúe. Esto es una política macroeconómica y presupuestaria mala y terriblemente cruda.

Tanto Barack Obama como el Partido Republicano merecen tener la culpa. Aun no es demasiado tarde para establecer la política fiscal de EEUU sobre una base más sana. Obama tiene razón en insistir en que el secuestro sea reemplazado por un paquete más balanceado de incrementos de ingresos y recortes de gastos que serían introducidos en un periodo más extenso.

La recuperación de EEUU está todavía muy frágil para asumir este tipo de impactos de un solo golpe. Pero la Casa Blanca ha hecho muy poco para persuadir a los republicanos que es serio dirigir los programas de Asistencia Médica y de Seguridad Social, que son los reales conductores de los déficits presupuestarios de EEUU  a largo plazo.

Todas las conversaciones sobre la gran carga fiscal han sido abandonadas. Como el presidente, Obama podría hacer mucho más para iniciar esa conversación en serio. Los republicanos se merecen aun más la culpa. Habiendo concedido los incrementos fiscales sobre los más adinerados, los que ganan más de $450,000 al año, en el último abismo fiscal a principios de enero, el Partido está determinado a que nunca suceda nuevamente. Pero sucederá y así debe ser. 

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Exenciones

Obama también tiene razón en orientar la panoplia de lagunas fiscales para la eliminación. El Partido Republicano está equivocado en plantar sus talones en la defensa de ineficientes exenciones fiscales inmerecidas para los ricos. Pero está en lo correcto en argumentar que la ayuda social sea abordada prontamente.

Mantener el gobierno de EEUU en un rescate permanente no es la forma de lograr esto. La Cámara controlada por los republicanos debería aprobar su propio paquete de reformas de subvenciones y negociar desde ahí. Por desgracia, tal motivación está faltando en ambas partes.

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