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Baja del oro señala temores para el futuro crecimiento mundial

FINANCIAL TIME<BR>Baja del oro señala temores para el futuro crecimiento mundial

Qué es lo que ha pasado? El mercado del oro ha comenzado su estacada al descenso más violento en tres décadas. En un punto, el precio de una de las tiendas más importantes del mundo bajó por un tercio desde su pico hace menos de dos años atrás. ¿Por qué?

Explicar el ritmo y la rapidez de la baja del oro es imposible. Es la naturaleza de los mercados que las tendencias puedan cristalizarse en fuertes y violentos movimientos. Muchos factores combinados, con ningún detonador. 

Es mucho más fácil, sin embargo, explicar las razones para su declive de dos años. Esto se debe a que los inversionistas han perdido su miedo de que los bancos centrales están cerca de reactivar la inflación y porque ellos ahora temen que la economía mundial se estanque.

¿Por qué el oro había subido tanto? Comenzando en 1999 este multiplicó por seis su precio, mientras que el mercado de acciones de EEUU estaba estable. Este era la protección contra la incertidumbre y contra el riesgo de que las suaves políticas monetarias se desataran después del dotcom del 2000 y se intensificaran después de la crisis financiera del 2008 dando lugar a una degradación monetaria. Cuando el suministro de dinero aumenta, particularmente en EEUU, la economía más grande del mundo, el oro también tiende a dispararse.

Incluso después de la calamidad de la semana pasada, nadie que comprara oro la mañana después del colapso de Lehman Brothers en septiembre de 2008 y aún lo mantuviera, podría estar feliz: en su nadir de la semana pasada este estuvo un 73% por encima desde entonces y duplicó el retorno total del índice S&P 500 en el mismo periodo.

Entonces una apuesta sobre el oro, sería pesimista, particularmente sobre la inflación. Esto también implica una visión sobre las tasas de interés. El oro no paga rendimiento. Los crecientes rendimientos de los bonos harían que el oro luciera menos atractivo. El oro es una apuesta, entonces, de que los bancos centrales todavía intervendrían para mantener bajos los rendimientos de bonos y que estos intentos conducirían a la inflación.

En línea con estas tesis, el oro se ha recuperado con las nuevas olas de “QE” (compras de bonos por los bancos centrales para presionar sus rendimientos hacia abajo, una forma de imprimir dinero), y con nuevas olas de preocupación sobre la crisis financiera.

Durante los últimos meses, fue evidente desde otros mercados que esta tesis estaba siendo llamada a cuestionamiento. Las expectativas de inflación en EEUU, derivadas del déficit entre el rendimiento sobre los ingresos fijos y los bonos vinculados a la inflación, nunca aumentaron por encima de su pico post crisis y comenzaron a decaer. Las estrechas mediciones del suministro monetario en EEUU apenas han crecido. Globalmente, las reservas de cambio extranjero (un 30% de las cuales son mantenidas en China) han descendido hasta su nivel más bajo desde 1999, justo antes de que comenzara el mercado alcista del oro. El crecimiento en las reservas comprensiblemente se ha correlacionado con los crecientes precios del metal, así que esta fue una señal de que el oro necesitaba bajar.

Tal vez más importante es que las materias primas distintas al oro tendieron al descenso. Desde que el índice de materias primas Dow Jones-UBS llegó a un alza post crisis hace dos años atrás, este ha aumentado un 25%. Los metales industriales han decaído por un 32% y la energía ha bajado un 30%. Las materias primas agrícolas han disminuido casi un 18% (aunque con un fuerte aumento en el 2012). Los decadentes precios para tales productos pueden ser un síntoma ya sea de creciente suministro (como en el caso de la energía, donde el gas de esquisto ha alejado las conversaciones sobre un “pico petrolero” por una generación), o de una demanda en declive. Ellos también tienen un efecto Pigmalión sobre la inflación: si los precios de tales materiales crudos están bajando, entonces la inflación será menor.

Las acciones de EEUU tuvieron un gran comienzo para el año, y llegaron hasta alzas históricas. Esas no se inmutan con los temores de una depresión. Excepto que, sobre una examinación más de cerca, la recuperación de las acciones está limitada a EEUU y Japón (ayudados por una devaluación de la moneda). Otros mercados han descendido. Dentro de EEUU, los aumentos están enfocados en acciones defensivas que pagan un alto dividendo. Así que el desempeño de las acciones de EEUU parecen una consecuencia del raro entorno creado por los rendimientos de bonos artificialmente bajos e inversionistas que están comprando acciones defensivas de EEUU como sustitutos de bonos. Si el movimiento en el precio del oro tiene sentido, entonces las acciones de Estados Unidos están sobrevaloradas.

Nipones encuentran altos precios McDonald’s difíciles digerir

Estos aumentos de precio son los primeros en cinco años

Escrito por  Ben McLannahan y Nobuko Juji en Tokio. McDonald’s está poniendo su granito de arena para que su unidad de Japón empuje la inflación incrementando el precio de sus hamburguesas, arriesgándose a una reacción por parte de los clientes en un país donde los ingresos raramente aumentan.
El afiliado japonés del grupo de comida rápida de Estados Unidos dijo que el precio de una hamburguesa llegaría por encima de los Y120 (US$1.22) desde Y100 a partir del mes próximo a sus 3,300 restaurantes, mientras que una hamburguesa con queso costaría Y150.

 Estos aumentos de precio son los primeros en cinco años, en lo que es el mayor afiliado de McDonald’s fuera de  Estados Unidos.
Los consumidores en una tienda de ofertas en Matsudo, a media hora al este de Tokío, parecían desconcertados por la proyección.

 “Si los precios suben, yo trataré de usar más cupones y pensar más cuidadosamente qué ordenar”, dijo Satomi Chiba, un ayudante de medio tiempo en una guardería, que lleva a McDonald’s a su familia de cuatro miembros “dos o tres veces al mes”

 El movimiento llega en medio de los esfuerzos concertados por los legisladores para alejar la leve, pero persistente deflación, que ha impregnado la tercera economía más grande del mundo por la mayor parte de los últimos 15 años. (La deflación es la caída sostenida de los precios de bienes y servicios).

 Shinzo Abe, el primer ministro electo en diciembre, hasta el momento ha presionado por Y10 trillones de gasto adicional con cargo al presupuesto, al tiempo que se inclina a que el Banco de Japón abra las compuertas de la liquidez.

 Haruhiko Kuroda, gobernador del BoJ, se ha comprometido a duplicar la suma de dinero en la economía dentro de dos años hasta lograr un 2% de tasa de inflación que ahora está por debajo de cero.

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