FINANCIAL TIMES

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Michael Mackenzie.New York
Los inversionistas de Estados Unidos están divididos en relación a lo que sucederá cuando termine el esfuerzo de apoyo por parte de la Reserva Federal (Fed).

A medida que los inversionistas se preparan para el fin del calmante bálsamo monetario de la Fed, las acciones y bonos arrojan muy diferentes pronósticos para la economía.

Los alcistas del mercado de acciones se encuentran en contradicción con las bajas sostenidas en los rendimientos de los bonos de la Tesorería que sirven de punto de referencia, fijando la postura para lo que podría ser un turbulento verano cuando la Fed jale el enchufe de su segunda fase de alivio cuantitativo, “QE2”. Propulsados por los fuertes resultados de ganancias del primer trimestre, el índice S&P 500 esta semana tocó 1,370, su nivel más alto desde junio de 2008, aumentando a más del doble desde su nadir de marzo de 2009.

Al mismo tiempo los rendimientos de la Tesorería a diez años, los cuales se mueven inversamente a los precios de los bonos, han bajado hasta un 3.2%. Estos se comerciaron por encima de un 3.6% menos hace menos de un mes. Dejando de lado el breve combate de las compras que sirven de refugio a raíz del terremoto japonés y del tsunami de marzo, los rendimientos de la Tesorería se fijaron en su nivel más bajo desde diciembre.

Verdaderamente, después del débil primer trimestre de la economía de E.U., los alcistas de acciones han restado importancia a la expectativa de un rebote en los próximos meses, el mercado de bonos está cobrando velocidad.

Los alcistas de bonos creen que la recuperación queda frágil ya que los altos precios de los alimentos y de la gasolina socavan los bolsillos de la gente.

No faltarán evaluaciones sobre el sentimiento del mercado entre ahora y junio, cuando el QE2 deba terminar. La emisión del viernes del reporte de empleos de abril será un impulso para los bonos y las acciones. El indicador de empleos puede esperarse que fije el tono del comercio para el resto de mes y los analistas están anticipando una modesta depresión en las contrataciones.

Pero es el final del alivio cuantitativo que se perfila como la mayor prueba. Una vez que la muleta del programa multimillonario de compra de bonos en dólares de parte de la Fed sea removido, la economía tendrá que desarrollarse mucho más por sí sola.

Ha habido una cercana correlación entre la acción de la Fed y las expectativas de que esta actuaría, y la mayor etapa de la recuperación S&P. Desde que la conversación oficial respecto el QE2 comenzó el pasado agosto, con el discurso de Ben Bernanke en Jackson Hole, el S&P ha subido aproximadamente un 30%. El índice Russell 2000 de las pequeñas compañías ha llegado a un alza récord y la volatilidad en las acciones ha bajado.

El final del QE2 podría bien alterar y poner en riesgo el comercio. Ciertamente, ya hay señales de que podría estar sucediendo. Las acciones han bajado esta semana, por debajo de un 1.4%, siguiendo las cifras de la producción de Estados Unidos que fueron más débiles de lo esperado, ya que las posiciones riesgosas han sido reducidas.

“Con el flujo del estímulo de política monetaria terminando en junio, nuestra irregular recuperación económica necesitará demostrar que puede pararse en sus propios pies”, dice William O’Donnell, estratega en RBS Securities. “Yo estoy preocupado de que no pueda lograrlo”.

De ahí, también, la reciente disminución en los rendimientos de bonos y el alivio en las expectativas inflacionarias. “Pensamos que los próximas semanas son fundamentales para el mercado de tasas”, dice Jim Caron, director general de estrategias de tasas de interés. “Si la data no es lo suficientemente fuerte, entonces sube la apuesta por una reducción en las expectativas de crecimiento”.

Otros son resolutamente bajistas en relación con los bonos. En su última perspectiva de inversión, Bill Gross de Pimco, uno de los directores de fondos de bonos más grandes del mundo, dijo que aunque las tesorerías a 10 años quedaran cerca de un 3.3% y los fondos de la Fed cierren en cero por ciento, “los ahorrantes y los intermediarios financieros están siendo defraudados tanto por estos rendimientos como por todo lo demás”. Recientemente, Pimco redujo sus sostenimientos de la deuda de E.U., incluyendo las tesorerías, hasta cero, en la creencia de que los retiros de la Fed del mercado como comprador enviarían los rendimientos en ascenso.

Para complicar el cuadro para los inversionistas el hecho de que la tasa de desempleo esté en 8.8%, parece altamente relativo a la perspectiva de los ingresos de las compañías.

Las ganancias del primer trimestre para el S&P 500 se espera que sean de alrededor de US$23 por acción. Compare eso, denota Nicholas Colas de ConvergEx Group, con el primer trimestre del 2007, poco antes de la crisis y la última vez que las ganancias estuvieron por encima de US$22 la acción. Al momento que el desempleo estuvo cerca de 4.5 por ciento.

Frente a esto, las cosas parecen bajistas para las acciones. Pero el sector de manufactura ha sido impulsado por un débil dólar y una economía global en recuperación. Suscritos a la opinión de que el S&P es más que un índice global y que puede ser que un gran aumento en el crecimiento de empleos de Estados Unidos no se requiera para justificar que las acciones se comercien en alzas cíclicas.

La dependencia de las acciones de E.U. sobre las perspectivas de crecimiento global para ganancias adicionales, es riesgosa. “El hecho es que China está agresivamente restringiendo la política monetaria en un intento por frenar su economía”, argumenta Steven Ricchiuto, jefe economista de Mizuho Securities, “mientras el Banco Central Europeo está también constriñéndose para frenar la inflación, incluso la periferia está enfrentando una forzada austeridad, indica que el crecimiento global es menos posible que provea una significativa velocidad ascendente”.

El objetivo de final de año del consenso para los rendimientos a diez años es de 3.91% y para que el S&P alcance 1,404, de acuerdo a Bloomberg. Si esto es preciso, las acciones aumentarán adicionalmente, mientras las Tesorerías serán sobrevaloradas.

 “Un verano que trae consigo el fin del QE, tasas de interés benignas, un dólar estable y que los precios del petróleo no fijen nuevos récords, podría establecer la postura para una fuerte recuperación de fin de año”, dice David Bianco de Bank of America Merrill Lynch. 

Las claves

1.  Nivel más bajo

Dejando de lado el breve combate de las compras que sirven de refugio a raíz del terremoto japonés y del tsunami de marzo, los rendimientos de la Tesorería se fijaron en su nivel más bajo desde diciembre.

2. Acciones han bajado

El final del QE2 podría bien alterar y poner en riesgo el comercio. Las acciones han bajado esta semana, por debajo de un 1.4%, siguiendo las cifras de la producción de Estados Unidos que fueron más débiles de lo esperado, ya que las posiciones riesgosas han sido reducidas.

Crudo cae a baja de dos semanas por desaceleración

Gregory Meyer. New York. El petróleo crudo cayó a una baja de dos semanas después que el Gobierno de Estados Unidos reportó que el consumo de gasolina también estaba bajando, indicando que los conductores están moviendo sus vehículos menos frecuentemente a consecuencia de los altos precios del combustible.

El Departamento de Energía dijo que los productos del petróleo suministrados, una medición de la demanda, han bajado por un 2.2% en la semana hasta 8.9 millones de barriles por día. El consumo de gasolina está 1.9% más débil que el año pasado a pesar de un fortalecimiento en la economía. El declive en el consumo llega después de que los precios locales de la gasolina habían subido un 37% el año pasado hasta casi US$4 por galón, combinando los niveles alcanzados en el último aumento petrolero de mediados del 2008.

 “La demanda parece que se está suavizando a causa de los altos precios”, dijo Andy Lebow, ex vicepresidente en MF Global en Nueva York. “Es el comienzo de lo que podría ser una tendencia”.

Los refinadores continúan aumentando la producción de combustible a pesar de la moderada demanda dentro de E.U., el mayor consumidor de petróleo del mundo.

Barriles extra han sido objeto de almacenamiento o se han exportado. Petrobrás, la compañía petrolera estatal brasileña, esta semana dijo que planeaba importar más petróleo para acomodar la fuerte demanda local. El Nymex June West Texas Intermediate bajó US$2.10 hasta US$108.95 el barril, el nivel más bajo desde el 20 de abril, mientras que el ICE June Brent bajó por US$1.49 hasta US$120.96 por barril.

El petróleo queda más alto este año mientras el consumo global rompe récords y la luz de Libia, el crudo dulce, que es valorado por sus altos rendimientos de petróleo y diesel, ha parado de fluir grandemente en el mercado petrolero global debido al conflicto en ese país.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

 

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