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Argentina espera luz verde para reconstruir

FINANCIAL TIMES <BR>Argentina espera luz verde para reconstruir

El agobiado país pudiera tener que esperar semanas para saber si una corte de apelaciones acepta la oferta de reestructuración de la deuda, escribe Adam Thomson

 En una corte de apelaciones esta mañana, Argentina se enfrentará con los tenedores de bonos que rechazaron su reestructuración de deuda récord por US$100 millardos en febrero.

Ambas partes tienen mucho pendiente del resultado. Argentina, que en febrero logró persuadir a los inversionistas poseedores del 76% de la deuda soberana incumplida para que aceptaran la oferta de reestructuración, está desesperada por cerrar el negocio. Si el tribunal de apelaciones no falla del lado del gobierno, Argentina dice que no podrá completar la reestructuración.

Para los acreedores, la audiencia de hoy es la última oportunidad de mantener con vida una jugada de último minuto que resultó en que un juez congelara US$7 millones de bonos soberanos argentinos no pagados pocos días antes de el país se dispusiera a completar el canje. Según las palabras de uno de los abogados de los acreedores, la táctica representa “lo que quizás sería su única posibilidad de colectar el resultado de sus juicios”.

Y como si esto no fuera suficiente, el caso se lleva a juicio mientras el fondo Monetario Internacional y el Grupo de siete países industrializados incrementan la presión sobre Argentina para desarrollar “una estrategia realista” para tratar con los inversionistas que se mantuvieron al margen con cerca de US$20 millardos de bonos no pagados, que no aceptaron la oferta.

El proceso de hoy, sin embargo, difícilmente represente el marco más amplio. Están implicados solo un puñado de acreedores “sofisticados”, de los cuales los más prominentes son NML Capital, un fondo de cobertura radicado en Islas Caimán y EM Limited, un fondo que pertenece a Kenneth Dart, el inversionista estadounidense.

Ambos son conocidos por rechazar ofertas de reestructuración y por mantenerse al margen para crear el daño máximo a los gobiernos, con la esperanza de que se les pague rápidamente y completo. NML, por ejemplo, está vinculado a Elliott Associates, el fondo de cobertura famoso por haber obligado a Perú a pagar cerca de US$50 millones a mediados de los años 90.

Los expertos dicen que el caso de hoy no es diferente. NML Capital, que el mes pasado consiguió la congelación de US$7 millardos de los US$62 millardos en bonos argentinos incumplidos ofrecidos en el canje, retiene cerca de US$360 millones de la deuda no pagada. La mayor parte está constituida por trozos grandes, casi 50% en un caso y dos tercios en otro de dos tipos de títulos.

Esto es importante para los inversionistas pendientes porque ser propietario de grandes pedazos de una emisión de bonos asegura bloqueos potenciales en una reestructuración. Dicen los analistas que esa es la razón por la cual NML pagó un promedio de 60 centavos por dólar, incluyendo costos por financiamiento por los títulos poco antes de que Argentina cesara en sus pagos. Ese es un precio que ni siquiera los tenedores de bonos más optimistas esperaban que el país ofreciera en un acuerdo de reestructuración.

Recientemente, las cosas no han marchado bien para los acreedores. El mes pasado, el juez Thoams Grieasa tomó partido por Argentina y anuló la orden de embargo, aunque concedió a NML Capital y EM Ltd. una suspensión para permitir la apelación.

El juez Grieasa concluyó que permitir que la congelación se mantuviera derrotaría el derecho de Argentina a cancelar los bonos viejos. “Si estos embargos siguen en efecto, arrojamos duda, para decir lo menos, sobre la conclusión del canje de deuda”, dijo.

¿Y qué dirán las partes ante el tribunal? Los argumentos son complejos, pero en su forma más simple, Argentina continuará diciendo que la reestructuración de la deuda es una operación integral simple en la cual no puede emitir los nuevos títulos sin recibir y cancelar los viejos.

También argumentará que dejar que los acreedores congelen US$7 millardos de los bonos no pagados rápidamente escalaría para consumir el resto de los US$62 millardos de los bonos no pagados, en la medida en que otros acreedores salten al mismo vagón.

Mientras tanto, los acreedores insisten en que la reestructuración comprende tres operaciones: emisión de los nuevos títulos, recepción de los viejos bonos de los acreedores que acepten, y finalmente, la cancelación de esos bonos. De no cumplir el tercer paso no debería y legalmente no puede poner en peligro los dos primeros.

Los expertos dicen que Argentina probablemente tenga la mejor posibilidad de éxito. Las cortes de apelaciones pueden tomarse varios días, y hasta semanas, para llegar a una decisión. Por ahora, la única probabilidad es que los funcionarios del gobierno y los acreedores estarán con los nervios de punta durante algún tiempo.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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