Hoy 
El reloj sigue su marcha para el CAFTA-DR-DR. Dentro de pocos días, los comités del Congreso elaborarán una legislación para implementar el Acuerdo de Libre Comercio de América Central República Dominicana. George W. Bush, el presidente de Estados Unidos desea que el Congreso apruebe el acuerdo antes del receso por el 4 de Julio. Pero no parece cuente con el respaldo que necesita para llevarlo a una votación exitosa
La mayoría de los republicanos en ambas cámaras apoyan el acuerdo comercial. Pero la mayoría de los demócratas en la Cámara de Representantes parecen estar preparados para votar de nuevo por razones de proteccionismo populista. Deberían pensarlo dos veces. El CAFTA-DR-DR es de manera manifiesta por el propio interés nacional de EEUU.
El acuerdo comercial le daría a los exportadores estadounidenses acceso libre de impuesto a países que ya disfrutan de acceso libre en EEUU para el 80% de sus productos, bajo los esquemas ya existentes. Los sectores industriales y agrícolas de EEUU globalmente competitivos se van a beneficiar, al igual que los consumidores norteamericanos. Las exportaciones agrícolas subirían hasta US$1,5 millardos al año.
Y aún más importante, el CAFTA-DR ayudaría a estabilizar una región frágil en la cual EEUU tiene importantes intereses estratégicos. Nicaragua, Honduras, Guatemala y El Salvador han hecho enormes avances desde los días de la guerra civil, los comunistas revolucionarios y los escuadrones de la muerte de derecha. Sin embargo, continúan siendo pobres y vulnerables.
Le economía regional está padeciendo una grave sacudida económica, mientras la competencia de China amenaza su mayor industria, los textiles, que emplean cerca de 400,000 personas. El CAFTA-DR es una respuesta imperfecta; corre el riesgo de sostener productores no competitivos. Pero ayudará a América Central a mantenerse, al asegurar el acceso al mercado y la reforma reguladora, y estimular una mayor integración regional.
La aprobación del CAFTA-DR envía una señal al mundo de que EEUU todavía está dispuesto a hacer las duras elecciones necesarias para hacer avanzar la liberalización del mercado. No hacerlo debilitaría el liderazgo de EEUU en la ronda de conversaciones de comercio de Doha. Si EEUU no puede ratificar un acuerdo, ¿por qué otros tendrían que ofrecer concesiones políticamente sensibles?
Los opositores del CAFTA-DR -una alianza no santa de barones del azúcar, fabricantes de ropa y sindicatos contrarios al libre comercio- no han presentado argumentaciones creíbles en contra. El CAFTA-DR no va a destruir el sistema de subsidios al azúcar de EEUU (lamentablemente). Pero un modesto precedente de futura liberalización es una noticia para los consumidores y productores de alimentos de EEUU.
La industria textil tiene poco que temer. Estos países ya cuentan con acceso libre de impuestos. Compiten con México y China, no con los productores norteamericanos. Cualquier pérdida para los manufactureros de ropa estaría compensada con las ganancias de los productores de telas de EEUU.
Y en cuanto al trabajo, la Organización Internacional del Trabajo dice que el problema principal es hacer que se cumplan las leyes laborales existentes, no las leyes en sí mismas. Hasta hace muy poco tiempo, la administración Bush hablaba de hacer cumplir leyes, pero ofrecía muy poco dinero para generar capacidad para ello. Ahora, Robert Prtoman, el representante de comercio de EEUU, ha reconocido el problema de financiamiento. Los demócratas del centro deberían llegar a un acuerdo y respaldar el voto.
VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION
