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DR: La victoria revive ambiciones de Bush con pactos comerciales

FINANCIAL TIMES-CAFTA <BR>DR: La victoria revive ambiciones de Bush con pactos comerciales

POR EDWARD ALDEN Y HOLLY YEAGER 
WASHINGTON.- Cuando el presidente George W. Bush llegó al cargo, su administración prometió revertir lo que él calificó la «estancada» agenda comercial de Estados Unidos. Mientras Europa ha concretado casi 30 acuerdos comerciales en una década, la nueva administración sostuvo que EEUU solo había completado un puñado.

Con el voto de ayer de la Cámara para aprobar el Acuerdo de Libre Comercio de América Central y República Dominicana (CAFTA-DR, por sus siglas en inglés) la administración Bush puede declara con fuerza que ha revertido esa tendencia.

El señor Bush ha impulsado la aprobación media docena de pactos comerciales en el Congreso, incluyendo pactos bilaterales con Jordania, Singapur, Chile, Marruecos y Australia. Se concluyó un acuerdo con Bahrain y continúan las conversaciones con Tailandia, Panamá, los países andinos y África del Sur.

Sin embargo, esta victoria no resultó fácil. Después que el Senado aprobara el proyecto de ley por 54 –51 el mes pasado, los republicanos en la Cámara de Representantes se apresuraron para conseguir los votos necesarios que necesitaban. Sherrod Brown, quien encabezó la oposición al pacto, había pronosticado que si el CAFTA-DR resultaba aprobado, se produciría tarde en la noche, que los 15 minutos para votar se extenderían indefinidamente, y que los republicanos ganarían por no menos de tres votos. Al final, el acuerdo se selló a las 12.09 a.m. la mañana de ayer, después de una votación de más de una hora por solo dos votos, 217 – 215.

El señor Bush, quien se reunió con los miembros de la Cámara reiteradamente para tratar el tema, realizó una extraña visita al Capitolio la mañana del miércoles y ocho llamadas telefónicas tarde en la noche a los republicanos indecisos. El vicepresidente Dick Cheney invirtió la mayor parte del día en la Cámara solicitando votos. «El presidente fue personalmente más responsable para mover a los miembros en esta votación que nada que hayamos hecho hasta la fecha. Él lo entendió en una forma que la mayoría de nosotros no lo hizo», dijo Roy Blunt, el vocero republicano de la Cámara.

El CAFTA-DR que vincula a EEUU con algunos de los países más pobres del hemisferio occidental –El Salvador, Guatemala, Honduras, Costa Rica, Nicaragua y República Dominicana– fue con mucho el acuerdo de comercio más controvertido que se haya negociado hasta ahora por la administración Bush. El tema que ha dividido a republicanos y demócratas sobre comercio –si los pactos comerciales se deben utilizar para obligar a los países a elevar sus normas de trabajo y medio ambiente- resultó críticamente importante en países donde esos estándares siguen siendo débiles.

Los sindicatos de trabajadores de EEUU alertaron en una carta en términos fuertes que cualquier demócrata que votara a favor del CAFTA-DR no recibiría más financiamiento de las uniones para sus campañas. Solo 15 demócratas en total respaldaron la ley, la menor cantidad jamás vista en voto sobre comercio.

Del lado republicano, la administración se vio obligado a cerrar una serie de acuerdos con miembros de los estados productores textiles y de azúcar que tienen fuertes electorados opuestos al acuerdo. Donde esos acuerdos no resultaron –se cita al republicano Jim Kolbe–, el liderazgo de la Cámara «le torcería el brazo a algunos republicanos hasta que se quebraran en mil pedazos».

Aún así, algunos republicanos desafiaron al presidente. C.L. «Butch» Otter, un republicano de Idaho, dijo: «Ellos han prometido y amenazado con todo lo que han podido», pero él aún se negó a respaldar el acuerdo.

Howard Coble, un republicano de Carolina del Norte cuya madre trabajaba en una fábrica textil, también rechazó las gestiones del presidente.

«Cuando las trabajadoras textiles me pidieron que votara en contra, le dije al presidente, «Esa es mi madre hablándome, y no puedo poner oídos sordos a sus peticiones».

Al final, sin embargo, los republicanos contaban con votos suficientes. Las promesas de continuar respaldando la muy protegida industria del azúcar generó un puñado de votos, y las promesas de ponerse duro con China al permitirle a las compañías que pidieran tarifas contra la competencia china subsidiada trajo otros más. Los textiles resultaron ser el tema más crítico, mientras la administración prometía endurecer las reglas que evitaran el empleo de telas asiáticas en la ropa que se embarque desde los países del CAFTA-DR a EEUU.

El señor Blunt dijo que muchos republicanos de estados textileros fueron persuadidos por el argumento de que vínculos estrechos con América Central son necesarios para defenderse de la competencia de China. Fue un «voto anti-China» para algunos miembros, comentó.

La seguridad nacional también estuvo muy presente. Los seis países del CAFTA-DR tienen líderes elegidos democráticamente en una región que estuvo sacudida por el autoritarismo y la guerra civil, y el señor Bush advirtió repetidamente que una derrota del CAFTA-DR podría echar atrás el reloj, mientras que otros republicanos dijeron que ello pudiera enviar oleadas de inmigrantes ilegales rumbo norte, hacia EEUU.

El señor Kolbe lo calificó como «un pequeño acuerdo comercial con pocas consecuencias económicas para nuestro país. Pero es un tema importante de seguridad nacional con implicaciones enormes para toda nuestra política exterior». Advirtió que a Hugo Chávez, el líder anti-norteamericano de Venezuela, «nada le gustaría más que recoger las piezas de una política económica en la región destrozada por la derrota del CAFTA-DR».

Las implicaciones de una votación cerrada se harán más claras, en la media que la administración puje por acuerdos más ambiciosos. Rob Portman, el ex congresista reclutado por el señor Bush como representante de comercio, en gran medida para que ayudara a que el CAFTA fuera aprobado en la Cámara, tiene que volverse ahora al difícil desafío de tratar de obtener un acuerdo global en la ronda de Doha.

Lori Wallach, director de Global Trade Watch, de Public Cititizen, que ha combatido desde hace tiempo los acuerdos comerciales de EEUU, pronosticó que la dificultad para aprobar el CAFTA-DR haría imposibles futuros acuerdos comerciales.

Sin embargo, el señor Portman y la administración están mucho más optimistas. El voto, dijo, «envía una señal poderosa a la región y al mundo de que Estados Unidos va a continuar liderando la apertura de mercados y nivelando el terreno de juego».

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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