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Coalición de izquierda uruguaya impresiona a los mercados

FINANCIAL TIMES <BR>Coalición de izquierda uruguaya impresiona a los mercados

POR ADAM THOMSON
MONTEVIDEO.- Danilo Astori está sentado ante una mesa imponente en su oficina forrada de roble en Montevideo, llenando el aire con palabras enunciadas suavemente sobre sus excelentes relaciones con el Fondo Monetario Internacional, el mejoramiento del entorno empresarial y el fin inevitable de los monopolios estatales de Uruguay.

El tono no es el que pudiera esperarse de un ministro de Economía, de un gobierno de izquierda que incluye comunistas y ex guerrilleros. Pero menos de 100 días después de que la coalición Frente Amplio tomara el poder, las palabras del señor Astori están alentando a los mercados e impresionando a Wall Street.

Su punto de vista, con el énfasis en la disciplina macroeconómica y el reconocimiento de la necesidad de atraer capital privado, se ve de manera creciente como la prueba de que la izquierda en América Latina finalmente ya llegó a la mayoría de edad.

La tarea que enfren0ta es grande. Este país pequeño, de 3.4 millones de habitantes, enclavado entre Brasil y Argentina, se está recuperando vigorosamente de una grave crisis financiera en 2002, si bien el 30% de los uruguayos se mantiene en la pobreza. También tiene una deuda pública que se acercó al 100% del producto interno bruto en los comienzos del año en curso.

El señor Astori, un economista de 65 años, no se hace ilusiones sobre los retos. La elección de un gobierno de izquierda -el primero en más de 170 años de independencia- ha llevado a primer plano las expectativas de una ayuda social más eficaz y rápida.

Mientras tanto, la deuda ha colocado una carga inmensa sobre la nueva administración, encabezada por el presidente Tabaré Vázques; solo los pagos de los intereses devorarán 5.1% del PIB este año.

Esto ha llevado a las facciones más radicales de la izquierda uruguaya a concluir que Uruguay se equivocó al negociar una reestructuración amigable de la deuda con sus acreedores en 2003. Dicen que Montevideo debió haber copiado el punto de vista de Argentina, de atacar a los inversionistas para obtener niveles más altos de perdón de la deuda.

El señor Astori descarta este criterio: «Uruguay eligió la mejor estrategia para sus intereses, y nos ha ganando un profundo respeto en el resto del mundo. Este es un país pequeño y frágil, pero tenemos un activo capital intangible, que es nuestra seriedad».

Hoy, el se0ñor Astori dice, que Uruguay está cosechando al menos dos beneficios de la decisión de mantener buenas relaciones con sus acreedores. El primero, es un acuerdo en tiempo récord con el personal del FMI -se esperaba ayer que la junta diera su aprobación-, que durará tres años y permitirá al país posponer el 60% de los préstamos del FMI que maduran durante el programa. Uruguay le debe al FMI cerca de US$2,7 millardos en total.

A cambio, Uruguay prometió un excedente fiscal primario este año equivalente a 3.5% del PIB (otro 0.4% del PIB irá para un plan asistencia social de emergencia), que subirá al 45 en 2007. El señor Astori planea terminar su periodo de cinco años en el gobierno con la deuda al 60% del PIB.

El segundo beneficio de las saludables relaciones de Uruguay con los inversionistas es el acceso pleno a los mercados de capital. El mes pasado emitió US$300.0 millones en bonos soberanos, que cubren la mayor parte de sus necesidades financieras para este año. La emisión tuvo un éxito resonante, dice el señor Astori.

El gobierno regresará a los mercados, probablemente en agosto, para emitir US$200.0 millones de deuda. «Podemos hacer esto solo porque los inversionistas nos respetan», dice el ministro, mientras disfruta un sorbo de mate.

El mayor desafío inmediato, sin embargo, es lograr que se apruebe en el Parlamento un presupuesto de cinco años que contiene restricciones al gasto. El señor Astori admite que lograrlo «va a ser una tarea compleja». El gobierno tiene mayoría en ambas cámaras, pero algunos temen que voces más extremas dentro de la coalición Frente Amplio pudieran rechazar un presupuesto austero, debilitando esa mayoría

Sin embargo, aún en este aspecto el señor Astori siguen confiado. «Todo el mundo sabe que tenemos que ser muy cuidadosos durante la primera mitad de nuestro gobierno y tenemos mucho apoyo. Podemos dividir nuestro periodo de cinco años en dos mitades, y en la primera mitad no hay espacio en absoluto para la flexibilidad».

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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