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Cumbre desaprovecha oportunidad histórica

FINANCIAL TIMES <BR>Cumbre desaprovecha oportunidad histórica

COMENTARIO EDITORIAL
Hace dos años, inmediatamente después de la invasión de Irak, Kofi Annan dijo a los líderes mundiales que la Organización de Naciones Unidas había llegado a una encrucijada. En una dirección estaba la reforma y revitalización, en la otra, una irrelevancia creciente. Es, dijo, un momento «no menos decisivo que en el mismo 1945, cuando se fundó la ONU». La cumbre de líderes mundiales en Nueva York esta semana es la culminación del proceso que él empezó aquel día. Situada frente las ambiciosas esperanzas con las que está investida, tiene que ser juzgada como una decepción.

Los negociadores lograron evitar la amenaza de un desastre y acordaron una declaración con elementos valiosos. Hay acuerdo para establecer una comisión que busque la paz y un nuevo consejo para los derechos humanos que sustituya la desacreditada comisión actual. Además, se renovó el compromiso de alcanzar los objetivos de desarrollo del milenio, además de una redacción importante sobre la responsabilidad de la protección contra el genocidio.

Pero muchas más cosas están ausentes. El señor Annan destacó que no se haya logrado una cuerdo sobre la no proliferación nuclear y el desarme. Sin embargo, es no es más que la omisión más evidente. El texto no logra respaldar la definición de terrorismo establecida por el panel de expertos de alto nivel de secretario general. No dice nada sobre la necesidad de una votación super mayoritaria para asegurar que solo los estados con buenos registros tengan un asiento en el nuevo consejo para los derechos humanos. Le otorga al secretario general solo una limitada libertad gerencial adicional. También está ausente cualquier fórmula para la expansión del consejo de seguridad.

El fracaso de no tomar acuerdos sobre puntos específicos refleja un fracaso aún más profundo para edificar un nuevo consenso que reemplace el que fue hecho pedazos por Irak: uno que esté basado en un reconocimiento compartido de que en una era de globalización los países tienen que actuar en conjunto contra los peligros transnacionales y ver las amenazas a cada uno como una amenaza a todos.

La culpa de esto está ampliamente compartida. Los señores Annan y Ping -el presidente de la asamblea general-, permitieron que la negociación básica de la seguridad más el desarrollo se convirtiera en el árbol de Navidad en el cual los estados colgaron sus chucherías favoritas. Una tardía y agresiva intervención del señor John Bolton, el nuevo embajador de Estados Unidos ante la ONU, recortó algunos adornos, pero al precio de incrementar el apoyo a posiciones hostiles a la reforma.

Si esto es así, la ONU sigue estando en peligro de un declive terminal. Sin embargo, no tendría que ser así. Todo depende de si los líderes mundiales están dispuestos a que los bloques que la componen se coloquen donde deben estar por la cumbre, y a que se siga edificando partir de ahí en los meses y años que se avecinan.

La señal más esperanzadora vino del impresionante discurso del presidente George W. Bush en la ONU ayer, que acogió el concepto de un mundo inter-dependiente encargado de librar la lucha contra la pobreza, las enfermedades y la desesperación, además del terrorismo. Si la retórica viene seguida de la acción, podríamos estar al comienzo de algo altamente significativo. Pero Estados Unidos tiene que entender que no puede liderar mediante dictados, y que para conseguir más reformas en la ONU tendría que estar preparado para dar más de lo que ha estado dispuesto a ceder hasta ahora.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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