POR RAYMOND COLITT 
SAO PAULO.- El gobierno del presidente Luis Ignacio Lula da Silva se tambaleaba ayer con una dañina derrota en el Congreso de Brasil sobre el proyecto de ley del salario mínimo que pudiera elevar los gastos en más de US$5 millardos.

El Senado aprobó una ley tarde el miércoles para incrementar el salario mínimo de R$260 (US$114, _92, £64) al mes a R$384, superando ampliamente los R$300 propuestos por el señor Lula da Silva. El incremento desestabilizaría el presupuesto del gobierno y pudiera poner en riesgo los excedentes necesarios para el pago de la deuda.

La legislación todavía pudiera ser derrotada en la cámara baja, o vetada por el presidente. Sin embargo, aún si la administración reuniera los votos, podría resultar dañino para el gobierno reducir una generosa ley salarial antes de las elecciones generales del año próximo.

El episodio refleja las crecientes dificultades que es probable que el señor Lula da Silva enfrente durante lo que le falta del periodo presidencial, como resultado del escándalo de corrupción que ha estado a punto de desmembrar su coalición de gobierno y que ha arrojado al Congreso en un delirio de investigaciones.

También pudiera cambiar el ambiente en los mercados financieros, que según sugieren algunos analistas, pudiera estar subestimando el riesgo de un presidente limitado.

«La crisis política, aún cuando no conduzca a la impugnación de Lula, todavía pudiera lacerar la economía y el mercado», dice Ricardo Ribeiro, un analista político de la consultoría MCM. «No solo no habrá una agenda legislativa positiva, sino que pudiera haber una negativa».

A pesar de un cambio reciente en el gabinete que se suponía iba a consolidar la mayoría del gobierno, 11 senadores de la alianza gubernamental, incluyendo dos del Partido de los Trabajadores (PT) del señor Lula da Silva, votaron con la oposición. Veintiún congresistas rebeldes del PT fundaron una facción «PT Libre», declarando que ellos ya no van a seguir las guías del partido.

A comienzos de esta semana, el gobierno sufrió una votación preliminar en el Congreso que aprobó una serie de enmiendas que complicarán más lograr un presupuesto de ahorros para el año próximo.

Al menos cuatro indagaciones del Congreso han enfrentado ex aliados entre sí en un intento por conseguir pruebas y castigar a cerca de dos docenas de congresistas que aparentemente aceptaron pagos indebidos mediante un plan de financiamiento ilegal organizado por el ex tesorero del PT.

Ya la oposición está tratando de ganar capital político con el debate sobre el salario mínimo. «Yo estoy haciendo lo que Lula prometió pero no hizo: duplicar el salario mínimo», dijo Antonio Carlos Magalhaes, el senador que propuso el incremento hasta R$384.

En respuestas a las presiones crecientes, el señor Lula da Silva está desarrollando una ofensiva de relaciones públicas.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION