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EEUU revisa vínculos con Arabia Saudita

FINANCIAL TIMES <BR>EEUU revisa vínculos con Arabia Saudita

ROULA KHALAF Y GUY DINMORE
La administración de Estados Unidos inició una revisión de sus relaciones con Arabia Saudita, en medio de preocupaciones en ambas partes de que los aliados se están apartando demasiado.

La revisión que empezó la embajada de EEUU en Arabia Saudita, se produce mientras Washington y Riad se preparan para conmemorar el 60 aniversario del encuentro entre Franklin Roosevelt y el rey Abdulaziz, fundador del reino a bordo del «USS Quincy».

La cumbre del 14 de febrero de 1945 llevó a una relación especial, basada en intereses comunes sobre el petróleo y la seguridad. Pero desde los ataques del 11 de septiembre, desencadenados por un grupo integrado principalmente por sauditas, EEUU ha forcejeado con sus amigos autócratas del Oriente Medio, culpando a su falta de democracia de incubar el extremismo.

En medio de la creciente alienación entre ambas sociedades, el número de sauditas que viaja y estudia en EEUU ha descendido seriamente, mientras que las exportaciones hacia Arabia Saudita también han disminuÍdo.

«Los sauditas han estado observando la relación y nosotros también. Estamos tratando de encontrar términos para la relación en el contexto posterior al 11/8», dijo James Oberwetter, embajador de EEUU en Arabia Saudita ayer. Se dice que el señor Oberwetter ha estado preocupado por su primera reunión con el príncipe Saud a-Faisal, el ministro de Relaciones Exteriores, quien le dijo abiertamente que la relación se está debilitando.

Mientras los diplomáticos desean mejorar las relaciones, por ejemplo, mediante un aumento en el intercambio cultural, la administración Bush está bajo crecientes presiones para analizar más seriamente la relación con los sauditas.

Algunos miembros del Congreso se molestaron la semana pasada cuando recibieron un informe de Freedom House, un vigilante de la democracia, que acusa al gobierno saudita de emplear las mezquitas y centros culturales en EEUU para diseminar el odio y la intolerancia contra los que no son musulmanes. De todas formas, los diplomáticos y negociadores en Washington no esperan un cambio súbito en la política norteamericana, debido al consenso de que la alternativa inmediata para la familia real saudita sería peor.

Arabia Saudita es el producto definitorio clave de la Organización de Países Exportadores de Petróleo y era el mayor suplidor de petróleo crudo de EEUU en noviembre de 2004, el último mes reportado hasta ahora.

Clifford May, jefe de la neo-conservadora Fundación para la Defensa de la Democracia, se sorprendió gratamente con que el presidente George W. Bush destacara a Egipto y Arabia Saudita en su informe sobre el estado de la nación de la semana pasada, al pedirles que encabecen la vía hacia la democratización.

«Él está preocupado por Arabia Saudita», dijo el señor May. «Esto no es decir exactamente que sepa qué hacer al respecto. Es una relación complicada con un régimen que predica el odio y prepara el terreno en el cual crece el `bin ladenismo´».

Las elecciones municipales parciales, que empezaron ayer en Arabia Saudita, se contemplan como parte de una respuesta a la oleada de críticas de EEUU. La exclusión de las mujeres, sin embargo, ha debilitado el entusiasmo occidental por el primer paso hacia la reforma política en el reino conservador. Desde que la red al-Qaeda inició sus ataques en Arabia Saudita hace casi dos años, sus soberanos empezaron una represión costosa contra los extremistas, un esfuerzo que ha sido elogiado por Washington.

Bashir al-Ghorayedh, vicepresidente del comité de asuntos extranjeros del consejo consultante, designado por el rey en Riad, se quejó de que EEUU hubiera castigado a toda una sociedad por las acciones de unos cuantos terroristas, lo que ha convertido en indeseables a los sauditas en EEUU.

«Sentimos que hasta al nivel oficial no parecen entender nuestros puntos de vista sobre las cosas, después de una larga amistad», dijo. «Es necesario que se produzca un diálogo serio entre nosotros».

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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