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El desafío Wolfowitz

FINANCIAL TIMES <BR>El desafío Wolfowitz

Paul Wolfowitz asumirá la presidencia del Banco Mundial a finales del mes próximo, en medio de graves preocupaciones internacionales sobre sus creencias neo-coservadoras, falta de experiencia en desarrollo, y cercana identificación con los intereses nacionales de Estados Unidos. Esperamos que el señor Wolfowitz demuestre que estas dudas están mal ubicadas. Esto requerirá disposición para trabajar con sus críticos y concentrarse de lleno en la misión del Banco de combatir la pobreza.

El Banco Mundial no es el Pentágono. Opera en un mundo de asociaciones. Para ser eficaz, el señor Wolfowitz tendrá que garantizar el respaldo de los gobiernos donantes y prestatarios, de izquierda y de derecha; trabajar con otras organizaciones internacionales, e involucrarse con la sociedad civil. James Wolfenshon, el presidente actual, ha estado demasiado presto para ceder ante las organizaciones occidentales no-gubernamentales. Pero el Banco no necesita comprarle a un rango amplio de accionistas globales.

Al mismo tiempo, el señor Wolfowit tiene que fijar su propio punto de vista. El Banco requiere un enfoque más amplio. Bajo el señor Wolfensohn se expandió en una amplia gama de actividades sociales, institucionales y ambientales. Estas no deben echarse a un lado,. pero sí es necesario que estén integradas a un esquema mucho más ajustado.

Este marco deberá estar definido por dos principios como guía. Primero, que el Banco existe para combatir la pobreza, y la mejor manera de hacerlo es promover un crecimiento de amplia base. Segundo, que el Banco está ahí para llenar las brechas dejadas por el fracaso del mercado y los gobiernos. Esto sugiere dos tareas principales: aportar financiamiento a países que no pueden acceder al mercado privado, y producir conocimiento sobre el desarrollo, un bien público global.

Alinear los recursos del Banco tras estas taras fundamentales requerirá una mejor administración interna. Hasta los admiradores del señor Wolfensohn admiten que ha sido un administrador débil. El señor Wolfowitz necesitará un equipo fuerte, definido por la capacidad, no por la nacionalidad. Una de las mayores contribuciones del Banco es propiciar un campo de entrenamiento para los políticos nacionales.

El desafío del desarrollo que enfrenta el Banco hoy es estrecho y más intratable que el que enfrentó hace 30 años. El crecimiento económico ha echado raíces en la mayor parte de Asia y América Latina. Más y más países tienen acceso al capital privado. Pero un núcleo fuerte de países, abrumadoramente concentrados en el África Sub-sahariana, languidece en una miseria espantosa.

El señor Wolfowitz tiene que hacer de África su prioridad principal. Esto exige una estrategia de varias puntas, respaldando hasta el mango a esos pocos países con una gobernabilidad tolerablemente buena, ayudando a edificar instituciones y capacidades en otros lugares, y uniendo la ayuda a la seguridad en los estados frágiles con gobiernos débiles o fracasados. Para esto, también va a necesitar más dinero.

Además, el señor Wolfowitz debe preguntar por qué el Banco continúa prestando a países de ingresos medios, con acceso a los mercados de capital. Pudiera ser que esto resultara sustancial para sostener la base del conocimiento global, y aportar potencia para ayudar a los grupos ignorados por los capitales nacionales. Pero obviamente, este no es el caso. Al menos se requiere un examen exhaustivo.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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