FINANCIAL TIMES
El perdón de la deuda y el maremoto

FINANCIAL TIMES <BR>El perdón de la deuda y el maremoto

La respuesta al desastre provocado por el “tsunami” se está convirtiendo en una subasta política global, en la que los líderes del mundo desarrollado procuran superar a los demás en sus esfuerzos por ayudar a un continente asiático golpeado por la crisis.

Gordon Brown ha sido el último en reclamar las luminarias con su propuesta de ofrecerle a los países  afectados una moratoria inmediata de los pagos al Club de París, seguido de un posible perdón de la deuda. El canciller británico tiene razón en desplazar el debate más allá de la ayuda humanitaria a los desafíos a más largo plazo de la reconstrucción y el desarrollo. Sin embargo, el énfasis sobre la deuda parece estar mal ubicado.

Aceptado: una moratoria sobre los pagos bilaterales pudieran hacer algún bien. Indonesia debería efectuar cuantiosos pagos este año, mientras que la situación fiscal de Sri Lanka era precaria aún antes de que el maremoto la golpeara. Sería una perversidad exigir un pago a tiempo cuando los presupuestos de estos gobiernos tienen que dar respuesta a necesidades de excepción. Y existen precedentes. El Club de París mostró una flexibilidad similar cuando el huracán “Mitch” devastó el Caribe.

Sin embargo, es duro argumentar que la deuda sea el problema principal en este caso. Mientras la crisis humanitaria inmediata trata de controlarse, el próximo paso sensato sería que el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional presentaran un plan conjunto para la reconstrucción de cada país, con el acuerdo de los países ricos y las agencias multilaterales de compartir la carga de los pagos. El perdón de la deuda bilateral es, en el mejor de los casos, una forma indirecta de ayudar. Una deuda más baja pudiera ayudar al desarrollo a largo plazo, pero tendrá poco peso en el gasto de reconstrucción en los años más inmediatos.

Uno sospecha que muy pocos países terminarán dando el paso adelante para buscar el perdón de la deuda. Después de todo, la deuda externa es perfectamente manejable para la región en su conjunto. La reestructuración formal del Club de París requiere programas del FMI y concesiones equivalentes de los acreedores privados. El Tesoro dice que es demasiado temprano para decir si se pudieran realizar arreglos especiales. Sin embargo, India, Tailandia y Malasia es poco probable que den el paso por temor de poner en peligro sus reputaciones como prestatarios de crédito.

Indonesia sí tiene una gran carga de deudas, pero en gran medida se trata de deuda privada y el problema no tiene nada que ver con el maremoto. La provincia devastada de Aceh aporta el 2.5% del producto interno bruto de Indonesia. Hay buenas razones para cuestionar si el perdón de la deuda de Yakarta resultaría en más dinero para Banda Aceh; Indonesia puede y debería ser estimulada a reconstruir su credibilidad como un mercado emergente. Lo cual deja a Sri Lanka, un caso de genuina necesidad, aunque no es peor que muchos países africanos que no disfrutan de tratamientos especiales.

Irónicamente, el señor Brown está más consciente que muchos de que el peligro de solicitudes especiales para el Asia afectado por el maremoto está desviando la atención de problemas con raíces mucho más profundas en África. La presidencia británica del G8 debería intentar edificar puentes desde la crisis actual hasta temas estratégicos de desarrollo. La deuda es sencillamente el lugar erróneo para empezar.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

Publicaciones Relacionadas

Más leídas