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El tesoro y la política económica de la Casa Blanca

FINANCIAL TIMES <BR>El tesoro y la política económica de la Casa Blanca

POR ANDREW BALLS
El cambio súbito de la administración Bush sobre el régimen monetario de china fue una sorpresa para muchos. Después de varios años diciendo que su «diplomacia financiera» estaba rindiendo dividendos, el Tesoro de Estados Unidos, de pronto le pidió a china que se desplazara inmediatamente hacia una moneda flexible.

Dos altos funcionarios de la administración dijeron que el pedido de un cambio de táctica a China fue una decisión política de la Casa Blanca.

La política del Tesoro, ampliamente respaldada por los expertos en China que dicen que es probable que Pekín actúe por la presión pública, se cambió debido a la preocupación de la Casa Blanca por la creciente presión proteccionista en el Congreso.

El fuerte cambio es la señal más clara hasta ahora de que la política económica en el segundo periodo del presidente George W. Bush se va a manejar firmemente desde la Casa Blanca. Un equipo cerrado de asociados cercanos al presidente está cantando las jugadas, dicen funcionarios actuales y antiguos e la administración.

El grupo consiste de Dick Cheney, el vicepresidente; Andrew Card, el jefe de personal del presidente; Johsua Bolten, director de la Oficina de Administración del Presupuesto, y Karl Rove, el asesor político del presidente que ha asumido un papel coordinador más amplio, incluyendo la supervisión de la política económica.

Un ex funcionario de la administración dice: «La relación personal con el presidente es algo importante, que es por lo cual las agencias están en desventaja».

La Casa Blanca ha desempeñado un papel cada vez más dominante en la política económica desde que Paul O¨Neill fuera sacado del cargo de secretario del Tesoro a finales de 2002 por apartarse demasiado de la línea del presidente. Pero pasar por encima del departamento de asuntos de cambio, tradicionalmente el dominio del Tesoro, marcó un nuevo rumbo.

No está claro, exactamente, quién le hizo la petición a china.

Hubo una preocupación en aumento dentro de la Casa Blanca, después de las quejas del Congreso y del grupo de presión de los pequeños negocios, de que la gentil diplomacia del Tesoro no había resultado eficaz. El señor Card, un ex-negociador de la industria automotriz, fue un firme defensor de la presión pública sobre Japón cuando EEUU enfrentó preocupaciones comerciales similares en los años 80 y principios de los 90.

Richard Medley, jefe de Medley Global Advisors, dice a sus clientes que no hay una voz dominante en la política económica.

Los señores Cheney, Card, Bolten y Rove, los que toman las decisiones claves, llevan la voz cantante sobre diferentes temas de política económica.

«Hay reglas flojas sobre quién determina qué y quién quiere involucrarse en un asunto particular», afirma.

El círculo más íntimo de la Casa Blanca, según se reconoce ampliamente, consiste de personas muy listas. Pero no son economistas y no tienen conocimiento sobre los mercados. A algunos ex-funcionarios de la administración se preocupa que cuando se toman decisiones, no haya ningún economista en el salón.

Una grupo de funcionarios sugieren que Allan Hubbard, el recientemente nombrado director del Consejo Económico nacional, si bien no es un ente político, no debería ser subestimado porque está muy cerca del presidente.

A Alan Greesnpan, el presidente de la Reserva Federal, lo consultan sobre temas en los que respalda los criterios de la administración, especialmente la reforma de la Seguridad Social; y mucho menos sobre asuntos en los que está menos a tono con la administración, particularmente la política fiscal, dicen los funcionarios

Glenn Hubbard, quien fuera presidente del Consejo de Asesores Económicos (CAE) durante el primer periodo del señor Bush hizo un buen trabajo dando codazos para entrar al salón cuando se tomaban las decisiones políticas y trabajando fuerte para hablarle al señor Cheney sobre política económica.

Ben Bernanke, el influyente gobernador de la Fed que ha sido nominado para presidente del CAE, pudiera desempeñar también ese papel cuando se confirme su nominación. «La Fed es una sociedad para debatir, muy comedida. En la administración hay que levantar la voz y demostrar que las ideas de los demás están equivocadas», dice Ted Truman, un ex -funcionario del Tesoro durante la administración Clinton y miembro de personal a largo plazo de la Fed, que ahora está vinculado al Instituto de Economía Internacional en Washington.

«En la época de Clinton estaba claro que la política económica se hacía en el Departamento del Tesoro», añade. «Ya eso no es así».

La excepcionalmente poderosa administración Clinton reflejó los talentos de los secretarios del Tesoro Lloyd Bentsen, Larry Summers y particularmente Robert Rubin.

El señor Rubin, una importante figura de Wall Street, se ganó la confianza del presidente Clinton y del personal de la Casa Blanca cuando sirvió como director de la NEC. Formar parte del círculo interno de la Casa Blanca incrementó su influencia.

Según su propio relato como primer secretario del Tesoro del Señor Bush, el señor O´Neill deja claro que perdió la batalla sobre los recortes a los impuestos con el señor Cheney y otros.

John Snow, quien reemplazó al señor O´Neill, se considera un par de manos seguro, pero pocos en Washington lo ven muy influyente en asuntos políticos. Al contrario, suele describírsele como un vendedor leal de las políticas de la administración. Su estatura no mejoró cuando, al inicio del segundo periodo, la Casa Blanca toleró las especulaciones de que no sería re-asignado para continuar en el cargo.

Rob Nichols, el vocero del Tesoro, rechaza el criterio de que el Tesoro se haya congelado para las decisiones políticas. El trabajo del secretario del Tesoro, al igual que el de otros secretarios del gabinete, es defender las políticas del presidente -dice-, y el trabajo del señor Snow es ser el vocero principal de su economía.

Apunta que las personas fuera de la administración con frecuencia subestiman el volumen del debate y las idas y venidas entre las agencias y la Casa Blanca en la creación de la política. «Trabajamos en colaboración y constructivamente con la Casa Blanca sobre todos los aspectos de la política económica»

La Casa Blanca no devolvió una llamada que intentaba conocer sus comentarios.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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