Hoy 
POR MARK MULLIGAN
MADRID.- El gobierno socialista español prometió ayer liberalizar los mercados de capital del país y el sector energético, como parte de las iniciativas encaminadas a enfrentar la creciente competitividad global.
Entre las medidas reveladas ayer está un recorte de 40% en los costos por registro para los emisores de bonos y nuevos límites sobre la cantidad de acciones que las compañías de electricidad y gas pueden tener en las redes nacionales de distribución. El Ministerio de Economía también ha prometido liberar los mercados de las telecomunicaciones, el transporte y los servicios postales, aportando incentivos para la inversión en la tecnología y fortaleciendo los derechos de los consumidores.
Las políticas de reformas, muchas de las cuales requerirán la aprobación del Parlamento, están diseñadas para responder a las preocupaciones sobre el crecimiento a largo plazo de España. A pesar de superar las tasas de crecimiento del PIB en la eurozona durante los últimos 10 años, la brecha entre España y sus vecinos está empezando a cerrarse.
Más preocupante aún es que los propios cálculos del Ministerio de Economía español revelan que el PIB por trabajador creció solo 3.9% entre 1998 y 2004, comparado con 5.4% en la eurozona y 16% en Estados Unidos. En el mismo periodo, el déficit de la cuenta corriente actual se ha ampliado y los niveles de inflación han estado constantemente por encima del promedio europeo.
El turismo y la construcción, dos impulsores principales de la economía, están dando señales de desaceleración, mientras que los manufactureros locales e internacionales han empezado a desviar la producción hacia Europa Oriental y Asia, en una tasa de uno o dos instalaciones por semana, de acuerdo con algunos estimados del sector privado.
TRW, el fabricante de componentes de automóviles de EEUU, anunció recientemente planes para cerrar una planta en Burgos, en el norte del país, con la pérdida de más de 300 empleos. España dejó de ser vista hace tiempo como una opción productiva de bajo costo para la industria automotriz.
Si esta situación continúa, tendremos que abandonar el euro y regresar a una tasa monetaria flotante para evitar el desempleo masivo y las bancarrotas, dijo Luis de Sebastián, economista de la escuela de comercio ESADE, en Barcelona. Los retornos del turismo ya no están compensando nuestra falta de competitividad exportadora.
Los economistas apuntan a la burocracia estatal, la rigidez del mercado laboral, el cartelismo, la escasa investigación y el gasto en desarrollo, y los abusos de los antiguos monopolios estatales como los culpables principales del retroceso en la competitividad del país.
En respuesta a todo lo anterior, el Ministerio de Economía prometió ayer reducir la burocracia, mejorar las exenciones de impuestos en algunos sectores de la alta tecnología y las exportaciones, y facilitarle a los inversionistas de portafolio las inversiones en el país.
VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION
