POR ANDREW BALLS
WASHINGTON.- La Reserva Federal de Estados Unidos se dispone a continuar adelante con su campaña de elevar las tasas de interés en su reunión de la semana próxima, a pesar del impacto económico del huracán «Katrina». Sin embargo, se espera que haya una discusión intensa sobre la necesidad de cambios sustanciales en la redacción de la declaración política que acompaña el anuncio.

Los funcionarios de la Fed están razonablemente relajados por el impacto del huracán en las medidas de nacionales de producción y gasto de los consumidores y del empleo.

Se espera que un ligero pestañeo en el segundo semestre se recupere durante el esfuerzo de reconstrucción.

Dentro de la Fed, existe considerable escepticismo sobre la necesidad de una pausa «compasiva» en la campaña de ajuste que algunos políticos han pedido después de la devastación causada por la tormenta en Nueva Orleans y la región sureña circundante.

Un tema de discusión importante será si la Fed debería abandonar su caracterización de la política monetaria como «acomodamiento», y si debería mantener su guía de que es probable que continúe aumentando la tasa de fondos federales a un ritmo «mesurado».

El Comité Federal de Mercados Abiertos ha elevado las tasas en pasos de un cuarto de punto en sus últimas 10 reuniones, levantando la meta de la tasa de fondos federales a 3.5%

De gran preocupación es el impacto del incremento de los precios de la energía, en particular, la gasolina. Precios más altos en el petróleo pudieran afectar la confianza y el gasto de los consumidores. En momentos en que hay escasa capacidad de producción disponible, o espacio en el mercado laboral, esto también pudiera alimentar la inflación central.

Alan Greenspan, presidente de la Reserva Federal, al hablar en la conferencia de la Fed en Jackson Hole a finales de agosto, dijo que la flexibilidad de la economía le había permitido a EEUU superar la fuerte subida de los precios de la energía «hasta ahora», e intencionalmente evitó expresar sus puntos de vista sobre la resistencia del gasto de los consumidores y la probabilidad de una inflación cardinal más elevada.

La reacción del mercado desde el paso del huracán «Katrina» indica que los inversionistas están preocupados por el impacto de precios más altos de la energía en el crecimiento el año próximo. El rendimiento de los bonos del Tesoro a dos años, que estaba por encima del 4% a finales de agosto, ha caído por debajo de 3.9%.

Los datos publicados ayer revelan que los precios mayoristas en EEUU saltaron 0.6% en agosto, debido al precio más alto en la energía antes del huracán, pero que el precio al consumidor, excluyendo alimentos y energía no tuvo cambios.

Por otra parte, el déficit comercial de EEUU se contrajo a US$57.9 millardos en agosto, de US$59.5 millardos en julio.

En una extraña admisión pública de responsabilidad personal, el presidente George W. Bush reconoció ayer que el huracán había «expuesto serios problemas en nuestra capacidad de respuesta a todos lo niveles de gobierno, y hasta un punto que el gobierno federal no hizo bien completamente bien su trabajo, y yo asumo la responsabilidad».

La decisión de aceptar la culpa es una movida inusual para el presidente, quien se ha visto obligado a pasara a la defensiva por su manejo de la crisis, y que ha ayudado a debilitar su reputación de liderazgo fuerte. Se produce después de la renuncia el lunes de Michael Brown, el funcionario que había estado a cargo de la respuesta a la emergencia al nivel federal.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION