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Foro Económico Mundial en Davos: Los problemas están bajo la superficie

FINANCIAL TIMES <BR>Foro Económico Mundial en Davos: Los problemas están bajo la superficie

POR ALAN BEATTIE
Podrán pasar tres años para una recuperación de la economía mundial, pero los delegados al foro económico mundial de esta semana en la pequeña ciudad suiza de Davos siguen extrañamente fraccionados.

La primera impresión es que todo marcha bien. Hay una recuperación de la economía global en marcha. El comercio mundial está rebotando, felizmente, con un crecimiento consensuado entre 7% y 8%. Han disminuido los temores de que los sucesos del 11 de septiembre y la recesión de 2001 resulten ser los equivalente de la Primera Guerra Mundial y la Depresión para el siglo XXI, que lanzarían una era de rápida de globalización de la economía en un violento retroceso.

Sin embargo, el ambiente en Davos es más contenido que a finales de los 90, cuando sus reuniones estaban imbuidas de las sensibilidades descuidadas de un mundo con dinero barato, donde las acciones de tecnología eran elevadas y todo parecía posible.

La gente de negocios escogida entonces por los ejecutivos del Foro Económico Mundial como los «jóvenes líderes globales» del mañana resultaron ser los líderes de ayer, Como dice Kalus Schwab, fundador y presidente del Foro: «La lista de líderes globales jóvenes ha cambiado bastante radicalmente de hace unos años, cuando estaba llena de empresarios puntocom durante el `boom´ de la tecnología. Ahora solo unos pocos siguen en auge, o vienen a Davos».

El título de la reunión de este año es «Asumiendo la responsabilidad por decisiones difíciles». Cierto, la representación sustancial del mundo empresarial -cerca de la mitad de los más 2,200 delegados- indica que los empresarios se han recuperado de la cautela que siguió al estallido de la burbuja de tecnología.

La integración del equipo impresionante de jefes ejecutivos de China e India destaca de dónde es probable que vayan a venir los reales líderes futuros de la economía mundial.

Sin embargo, los desequilibrios de la cuenta corriente en la economía mundial se están haciendo un motivo cada vez más urgente de preocupaciones.

«Existe una fuerte sensación de que todo en la superficie se ve muy bien, pero que algo en algún lugar por debajo no se está comportando igual», dijo Stephen King, jefe económico de HSBC, que asistirá por primera vez. «Lo que ha cambiado durante el último año es que más políticos están reconociendo que esto es un problema real, aún en EEUU».

A China se le suele echar la culpa de estos desbalances, por fijar su moneda. Pero al menos un delegado chino tendrá una fuerte respuesta disponible. Li Ruogou, el vice-gobernador del Banco del Pueblo de China, generó cierto alboroto el año pasado cuando le dijo al Financial Times que EEUU debería reducir por sí mismo su propio déficit en lugar de estar dando lecciones a otros.

Habrá, sin embargo, pocos funcionarios de altura de la administración Bush con quienes conducir un diálogo. Además de su renuencia a sacar la cabeza sobre el parapeto internacional para recibir disparos sobre el déficit de presupuesto de EEUU, esto refleja en parte la mala elección del momento. El foro se produce una semana después de la toma de posesión del presidente Geroge W. Bush, y una semana antes de su discurso sobre el estado de la Unión.

Para Condoleeza Rice, designada para el cargo de secretario de Estado y un asistente potencial, la reunión está demasiado cerca de su confirmación tras las audiencias del Senado. Robert Zoellick, el representante de Comercio designado segundo de la señorita Rice, vendrá, pero dándole no menos importancia a su asistencia a una reunión de ministros del comercio que intentarán poner algún impulso a la ronda de conversaciones de Doha. Sin embargo, adhiriéndonos a la convención de Washington de que restringe las intervenciones públicas de designados no confirmados, el señor Zoellick mantendrá su cabeza abajo.

La presencia de EEUU se consideró algo tan importante que los miembros del la junta del FEM llegaron a pensar en cambiar la fecha del encuentro. Tal como está, tienen que contentarse con atraer una buena colección de senadores (10, según la última cuenta). Como clase, los senadores en raras ocasiones están recargados de modestia excesiva y sienten aversión ante el sonido de sus propias voces.

De todas formas, por muy amplia que sea la brecha transatlántica, o el espacio entre chinos y norteamericanos, difícilmente pudiera rivalizar con el que existe entre Tony Blair, el primer ministro británico y Gordon Brown, su ministro de finanzas (canciller), y rival mal disfrazado. En Gran Bretaña, su asistencia doble a Davos ya ha generado las febriles especulaciones, resúmenes y contra-resúmenes que frecuentemente caracterizan su tempestuosa relación.

En el evento, será el señor Blair el que se incorpore al panel estelar atiborrado con los salvadores potenciales de los pobres del mundo: Bill Gates, cuya fundación familiar está en la escala de los presupuestos de ayuda de algunos países ricos, Bono, la ubicua estrella del «rock» y Bill Clinton, el favorito de Davos.

Hay, incluso, representantes del mundo en desarrollo, incluyendo Thabo Mbeki, el presidente de África del Sur, y Olusegun Obasanjo, su homólogo nigeriano. En verdad, parece haber bastante más confianza pública en que la pequeña dificultad de África se pueda resolver, a que pueda re-equilibrarse la economía mundial. Una opción difícil, sin duda alguna.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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