FINANCIAL TIMES
Gobiernos andinos movidos a ser más duros con los manifestantes

FINANCIAL TIMES <BR>Gobiernos andinos movidos a ser más duros con los manifestantes

POR HAL WEITZMAN
LIMA.-
La cubierta del número reciente de Caretas, la principal revista política de Perú, traía una foto burlona de Pedro Pablo Kuczynski,  el primer ministro, y flautista, del país. El señor Kuczynski, un ex banquero de inversiones, se representa con un casco anti-motines y un chaleco antibalas. En lugar de una flauta, sostiene un tridente.

Al nuevo premier no le va a gustar la imagen. En una declaración al Congreso a finales del mes pasado, en la que delineaba su agenda, el señor Kuczynski puso como prioridad las medidas de seguridad, incluyendo la reforma de la Policía y el uso pleno de todos los mecanismos legales para proteger el orden público.

La nueva actitud de la administración peruana sigue a meses de quejas de los grupos de empresarios de que las manifestaciones violentas en las provincias, con frecuencia dirigidas contra los inversionistas extranjeros, no reciben respuesta, y que el Estado ha reaccionado con lentitud. Pero eso también forma parte de una tendencia más extendida en la región de los Andes, en la medida que los gobiernos dan señales de estar hartos de la inquietud social creciente.

En Ecuador, el mes pasado, el gobierno decretó el estado de emergencia y envió a las fuerzas armadas a ocupar dos provincias amazónicas, después que los manifestantes atacaran instalaciones petroleras. En Bolivia, el presidente Eduardo Rodríguez emitió una orden ejecutiva en julio que se puede emplear para desplegar tropas alrededor de los yacimientos de gas para evitar que sean ocupados, como ocurrió en junio durante las manifestaciones que llevaron al derrocamiento del su predecesor Carlos Mesa.

Hay señales de un cambio de actitud en América del Sur. Néstor Kirchner, el presidente de Argentina, ordenó a la policía el mes pasado que impidiera que grupos de manifestantes desempleados bloquearan los caminos hacia Buenos Aires: fue la primera vez que lo hacía desde que asumió el cargo en 2003.

Si se mantiene, esta línea más dura será bien recibida por aquellos que han criticado a los gobiernos andinos por no lograr imponer sus propias leyes de orden público. En los últimos años, la política de la región ha seguido, por lo general, un esquema familiar: protestas en las calles, que suelen terminar en que los gobiernos cedan a las demandas o los presidentes dejen el cargo. Como resultado, la región ha desarrollado una reputación de gobiernos débiles e inestabilidad.

Lourdes Flores Nano, jefa del Partido Popular Cristiano de Perú, y actual favorita en la carrera presidencial, dice que la actitud del gobierno hacia los conflictos sociales ha caído en un esquema familiar. “La estrategia ha sido designar una comisión y llegar a un acuerdo con los manifestantes, dándoles lo que quieran. Esto envía un mensaje completamente erróneo. Tenemos que aprender a de decir `no´”.

El criterio de que los gobiernos andinos pudieran ceder enfrentados a los manifestantes ha llevado a que la inversión extranjera en la industria de gas de Bolivia y el sector del petróleo en Ecuador estén de hecho congeladas este año.

El sector minero de Perú sigue siendo considerado atractivo por las compañías extranjeras, pero estas tienen que incluir la “prima de protestas” en sus planes. Varios inversionistas internacionales de alto nivel han sido blanco de los manifestantes en el último año, incluyendo BHP-Billiton, la mayor compañía minera del mundo. Newmont, para la explotación de oro, de EEUU, y Monterrico Metals, una compañía de desarrollo de recursos del Reino Unido. Todas fueron obligadas a suspender sus operaciones, o a retirarse de los proyectos.

Muchos observadores aplaudieron la firme respuesta de Ecuador a las protestas por el petróleo, una política que le permitió al país reiniciar la producción de crudo mucho más rápidamente de lo que se esperaba. De igual forma, las propuestas del señor Kuczynski, que también están orientadas a mejorar la seguridad persona y combatir el tráfico de drogas, han sido respaldadas en Perú.

Walter Spurris, de la Universidad Casa Grande en Guayaquil, dice que la forma en que se manejó la crisis del petróleo en Ecuador marcó un cambio en la política. “Es una buena señal, después de la incapacidad del gobierno para proteger las instalaciones”.

Pero una estrategia para identificar y prevenir problemas antes de que se salgan de control y se conviertan en protestas que debilitan al país, aparentemente está más allá de las posibilidades de los gobiernos andinos, cuyas políticas de seguridad pública están por lo general más cerca de la variedad de apagafuegos. La semana pasada, Mauricio Gándara, el ministro del interior de Ecuador, se vio obligado a dejar el puesto por no actuar con decisión suficiente contra las manifestaciones. Además, la nueva posición es probable que se someta a duras pruebas en los próximos meses. La mayoría de los especialistas esperan que se incremente la intranquilidad social en la medida que se aproximan las elecciones. Bolivia elegirá un nuevo presidente y un nuevo Congreso en diciembre, Perú en abril y Ecuador en octubre de 2006.

Mientras tanto, los gobiernos puede que se vean atrapados entre sus deseos de mejorar el orden público y su reticencia a ser muy enérgico. La administración de Alejandro Toledo en Perú es profundamente impopular; en Ecuador, las tasas de aprobación del presidente Alfredo Palacios están cayendo rápidamente, y el gobierno interino de Bolivia prefiere evitar loas tensiones antes de hacer el traspaso a la próxima administración que resulte elegida en enero.

El señor Palacio trató la semana anterior de mejorar su decreciente popularidad al decir que los contratos existentes con los inversionistas extranjeros en el sector del petróleo eran “injustos2 y que deberían ser modificados para darle al Estado una mayor participación mayor en las ganancias.

Miguel Palacios, de CONACAMI, una organización peruana que representa a las comunidades afectadas por los proyectos mineros, dice que el estado tiene que tomar en cuenta por qué se producen las confrontaciones. “Mientras el gobierno no cree instituciones para atender las quejas, la intranquilidad social va a continuar”, dice.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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