FINANCIAL TIMES
Inversionistas inmutables ante inestabilidad política de América Latina

FINANCIAL TIMES <BR>Inversionistas inmutables ante inestabilidad política de América Latina

POR RICHARD LAPPER
Medir el riesgo político en los mercados emergentes nunca es veraz. Aún así, existe un sentimiento raro en las reacciones de Wall Street ante las tendencias recientes en América Latina.

En el mercado de bonos, Argentina, que a principios de año castigó a los acreedores con un violento acuerdo reestructuración de la deuda ha visto caer los rendimientos en los últimos meses. Los inversionistas parecen amar a Ecuador, un país que ya perdió un presidente este año y está marcado por una inestabilidad política extrema, mientras que el escándalo de corrupción de Brasil parece haber hecho poco por desviar a los inversionistas de una exposición creciente en el país.

La semana pasada, por ejemplo, el día después que un prominente publicista brasileño admitiera que había financiado ilegalmente de cuentas en el exterior parte de la campaña electoral del partido en 2002, un banco de inversiones aumentó su peso en Brasil. La semana, que también fue testigo de graves crisis políticas en Perú, fue la mejor de este año para las acciones corrientes de América Latina en cuanto a compras extranjeras.

De acuerdo con las cifras circuladas por el Deutsche Bank, los flujos hacia una variedad de fondos de acciones corrientes de América Latina este año equivalente a cerca de un tercio de los activos totales de esas acciones. Ricardo Fernández, analista de acciones corrientes en ING en Sao Paulo, dice: «Los extranjeros están adoptando el criterio de que no se hace plata abandonando las posiciones cuando hay una crisis política».

A Vitali Meschoulam, un economista de HSBC en Nueva York, le preocupa que los problemas de Brasil pudieran estar debilitando la fuerza institucional del país, pero dice que es difícil ganar discusiones con los clientes.

Es poco probable que el presidente Luis Ignacio Lula da Silva sea impugnado, sin embargo, la crisis significa que su actitud amigable con el mercado ya no constituya más un modelo para otros partidos izquierdistas de la región. «Le he estado diciendo a los inversionistas que no se trata de una crisis pasajera y que saca a la luz interrogantes que afectan a toda la región. Puedo dibujar algunos cuadros lúgubres, pero nadie tiene interés en atender», dice.

Los optimistas del mercado cuentan con algunos buenos argumentos. Las tendencias económicas de base son positivas en muchos países. Mientras que la inflación en descenso y la administración económica conservadora garantizan la estabilidad, los altos precios de las acciones y la demanda mundial creciente están impulsando las exportaciones y los excedentes en la cuenta corriente. Mohamed El-Erain, administrador de fondos de Pimco, dice que el Brasil el impacto del escándalo político ha sido compensado por factores como una mejoría en las condiciones económicas y el fortalecimiento de sus instituciones. Alega que si no fuera por la turbulencia política, Brasil probablemente obtendría mejora en las calificaciones del crédito.

Sin embargo, quizás el factor decisivo para explicar el debate sea la liquidez internacional. Con tasas de interés todavía bajas en Estados Unidos, los que administran fondos están desesperados por obtener retornos adicionales dondequiera que puedan conseguirlos. El papel soberano de alto rendimiento es atractivo y los instrumentos denominados en moneda local se han vuelto particularmente populares. Las tasas diarias de Brasil, actualmente en 19.75% y cerca de 14% en términos reales, pueden que sean las más altas del mundo, pero ofrecen atractivos retornos a corto plazo sobre los llamados «carry trades», y en las palabras de un administrador de fondos de Wall Street, hacen del país «el niño del anuncio del dinero caliente».

Y como ya descubrió América Latina, a su pesar, en el pasado, esas virtudes tiene un valor cuestionable. La liquidez y el apetito por el riesgo pueden desaparecer en un instante. Cuando lo hacen, la política empieza a importar.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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