POR ADAM THOMSON
BUENOS AIRES.- Néstor Kirchner, el presidente de Argentina, lanzó ayer el ataque más feroz hasta ahora contra una compañía de propiedad internacional, instando a los 36 millones de habitantes del país a boicotear a Royal Dutch / Shell, el productor de petróleo anglo-holandés.

«A Shell los argentinos no tienen que comprarle nada. No compren ni una sola lata de petróleo», dijo.

Su llamado a un «boicot nacional» de productos de Shell sigue a una decisión de la compañía el martes de incrementar el precio de la gasolina y el diesel en las bombas entre 2.6% y 4.2%.

El incremento en el precio, que Shell dice es resultado del creciente incremento en el costo internacional del crudo, es el primero en ocho meses. Sin embargo, ha tocado un nervio del gobierno en momentos en que los temores de inflación han empezado a nublar la impresionante recuperación de Argentina.

Los precios subieron en un inesperado 2.5% en los primeros dos meses de 2005, y la mayoría de los expertos pronostica ahora que incrementos en marzo ayudarán a aumentar esa cifra a 3.5% desde el 1 de enero. Alzas más marcadas vendrían si otros productores de gasolina siguen el ejemplo de Shell, dicen. Al mediodía de ayer, los productores rivales dijeron que estaban manteniendo los precios como estaban.

Shell no comentó sobre el llamado a boicot del señor Kirchner, pero dijo que la decisión de elevar los precios está vinculada directamente al aumento de los precios del petróleo por encima de US$55 el barril esta semana. Es una práctica estándar de las compañías petroleras pasarle el costo del incremento en los precios del crudo a los clientes en las estaciones de distribución, dijo.

El tono de confrontación del señor Kirchner con un inversionista internacional importante sin duda azuza las preocupaciones del sector privado ante los arranques de retórica populista del presidente.

Todavía el presidente está por anunciar algún plan específico para combatir la inflación, pero las compañías están preocupadas porque el señor Kirchner pudieran tratar de implementar un sistema de control de precios. También temen que el éxito reciente del país en la reestructuración de un récord de US$103 millardos de deuda no pagada pudiera estimular al izquierdista señor Kirchner a la adopción de políticas más radicales.

Una señal temprana pudiera producirse el 20 de abril, cuando el gobierno tiene programado sostener la primera de una serie de reuniones públicas con las compañías de servicios públicos principalmente europeas.

Estas compañías han estado tratando de persuadir a Buenos Aires -por lo general, sin éxito- para que apruebe incrementos en los precios a los consumidores, que según argumentan, son vitales para asegurar niveles adecuados de inversión.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION