FINANCIAL TIMES
La calma que precede a la tormenta

FINANCIAL TIMES <BR>La calma que precede a la tormenta

La temporada de huracanes del Atlántico terminó oficialmente con la llegada de diciembre, y ni un minuto antes para los residentes del sudeste de EEUU y el Caribe, y para los aseguradores. La temporada de 2004 fue la más costosa que se registra, con estimados de pérdidas aseguradas que van de US$20 millardos a US$24 millardos.

El periodo tuvo 14 tormentas tropicales en la cuenca del Atlántico; ocho de estas llegaron a la categoría de huracán. Mientas los huracanes “Alex”, “Danielle”, “Karl” y “Lisa” se mantuvieron lejos de las costas de EEUU, “Charley”, “Frances”, “Iván” y “Jeanne” ocasionaron múltiples destrozos.

El costo humano fue inmenso: cerca de 2,000 murió en la ciudad haitiana de Gonaïves en inundaciones súbitas provocadas por la tormenta tropical “Jeanne”, que cobró la vida de más de 100 personas en Estados Unidos. El huracán “Iván”, la más poderosa de las tormentas, se llevó cientos de vidas por todo el Caribe.

Se estima que “Iván” le haya costado a la industria del petróleo y gas de EEUU cerca de US$2 millardos, mientras se desplazaba lentamente por el golfo de México y golpeaba las refinerías y centros de almacenaje en la costa del Golfo. A pesar de las furtes plataformas diseñadas para resistir durante 100 años de tormentas, una parte significativa de la producción del Golfo sigue “cerrada” debido a graves daños a los conductos submarinos.  “Iván” tocó tierra justo al oeste de la península de La Florida y provocó grandes pérdidas en la costa norte del Golfo. En resumen, una de cada cinco casas en el estado sufrió daños por causa de las cuatro tormentas que azotaron el estado durante seis semanas, con un resultado de miles de personas sin hogar.

La mala noticia, tanto para los residentes como para las compañías de seguros, es que el resto de la década es probable que se parezca mucho al año 2004.

El tiempo transcurrido entre la década de 1970 hasta cerca de 1995 fue un periodo de actividad de huracanes inferior a promedio, de acuerdo con el Centro Nacional de huracanes. Desde entonces, “el péndulo empezó a moverse en el otro sentido”, según el vocero Frank Lepore.

Las apuestas también han subido. Si el huracán “Andrew” tocó tierra a solo 20 millas más al norte en 1992, estima el CNH, las pérdidas por seguros hubieran sido de USW$70 millardos (en dólares de 1992). Desde entonces, los condominios de se han disparado a lo largo de la costa de La Florida, por lo que el valor asegurado -y por tanto, la perspectiva de enormes pérdidas para los aseguradores- es ahora mucho más alto.

En 2004, las tormentas solo los mayores centros de desarrollo en las costas, pero las apuestas son que más temprano o más tarde, una gran tormenta golpee Miami, Fort Lauderdale o Palm Beach. De igual manera, si la senda de “Iván” hubiera sido solo un poco más la oeste este año, Nueva Orleans hubiera recibido un impacto directo, un suceso que muchos pronosticadores dicen pudiera inundar la ciudad.

Las consecuencias financieras van más allá que las pérdidas por seguros. Cuando pareció que Nueva Orleans pudo ser batida, los futuros del café se dispararon. “Iván” contribuyó también al aumento en los precios del petróleo por encima de los US$50 el barril, con más de una cuarta parte de la producción de petróleo del Golfo bloqueada en determinado momento. Mientras la  mayor parte de las instalaciones de producción ya se han reparado, se espera que el daño a los oleoductos y gasoductos limite la producción aún durante parte del año próximo, mucho más de loe esperado. 

En el extraño cálculo de las suscripciones, no todos los grandes desembolsos del 2004 constituyen malas nuevas para el negocio de los seguros. Los suscriptores esperan que el nivel de reclamos en 2004 signifique una presión decreciente en las primas en 2005 de haber sido el caso a la inversa. Los niveles de primas en gran medida se han mantenido estables, en una meseta, después de marcados incrementos después de los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2002. Una personas familiarizada con el mercado de seguros de Londres dijo que el precio de cobertura a las instalaciones de petróleo y gas cayó desde mediados de este año hasta septiembre. Pero las grandes pérdidas de los huracanes de este año parecen haber detenido el descenso.

Mike Hammond, jefe ejecutivo de JLT Risk Solutions, parte del corredor del Reino Unido Jardine Lloyd Thompson, dijo que las pérdidas por huracanes se vieron limitadas en gran medida las pérdidas de energía en el mar y a propiedades en La Florida, lo que limitó potencialmente el impacto en el nivel de las primas en otros sitios. “Los comentaristas del lado de los empresarios de seguros están haciendo ruido con que [el nivel de pérdidas por los huracanes] al menos les permite mantener las tasas, en lugar de aflojarlas más, pero ya veremos”, dijo.

La industria de seguros residenciales de La Florida, que sufrió una enorme reestructuración después del huracán “Andrew”, pareció capear el ataque, aunque a duras penas. Puesto que las pérdidas suscritas se distribuyeron en cuatro tormentas en lugar de un solo reclamo monstruoso, como en el caso de “Andrew”, cuando las pérdidas por seguro alcanzaron casi US$21 millardos en dólares de 2003, muchos aseguradores no llegaron a los límites deducibles en ninguna de las tormentas.

Las tormentas le han venido bien al CNH, con el envío por parte del Congreso de unos US$14,7 millones adicionales para financiar las investigaciones. Ahora el personal del centro está disminuyendo, pero enfrentarán una nueva fecha tope: la necesidad de gastar el descanso acumulado antes de que termine el año.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

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