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Las reformas de Lula tienen que atacar la burocracia en su tercer año

FINANCIAL TIMES <BR>Las reformas de Lula tienen que atacar la burocracia en su tercer año

Después de su crisis financiera de 2002 y el estancamiento del año pasado, Brasil ha empezado a parecer más como un país viable de nuevo. El presidente Luis Ignacio Lula da Silva, que completa su segundo año al timón esta semana, ha estabilizado a la novena economía del mundo y ha adelantado algunas reformas que deberán mejorar la productividad. Pero para sacar verdaderamente provecho del potencial de su país, el señor Lula da Silva necesita ahora atacar la burocracia que ahoga los pequeños negocios.

El señor Lula no puede quedarse con el crédito de toda la mejoría. El renacimiento de la economía mundial y un aumento en la demanda de China han ayudado a estimular el precio de los minerales y otras materias primas que Brasil exporta. Tasas de interés relativamente bajas han ayudado a aliviar las presiones financieras externas.

Pero al mismo tiempo, Brasil se ha estado ayudando a sí mismo. El equipo económico ha sido firme en perseguir una ajustada política fiscal. La inflación se mantiene aplacada. La deuda pública se ha reducido y la proporción de la deuda vinculada a la tasa de cambio es ahora 10% del total. El señor Lula da Silva ha sido un promotor asiduo de las exportaciones de su país a nuevos mercados. Y ha presionado por continuar con las reformas estructurales.

Durante 2003 logró pilotar una reforma de gran alcance del sistema público de pensiones de salud del país que deberá aliviar la carga fiscal de la nación a largo plazo. Continuó en 2004 con nuevas leyes para reducir la duración de los procedimientos legales.

Nuevas reglas que están garantizando la inversión privada en proyectos públicos de infraestructura pudieran ayudar a atraer capital a planes muy necesarios para mejorar la espantosa calidad de los caminos, ferrocarriles, puertos y puentes.

Todo esto se ha logrado frente a una feroz oposición y disidencia dentro de las filas de la coalición gobernante de nueve partidos. En verdad, en los inicios del mes pasado, el señor Lula da Silva perdió el respaldo formal del centrista Partido del Movimiento Democrático Brasileño, aunque la mayoría de sus congresistas continuarán votando con el gobierno.

Después de un periodo de altibajos a inicios del pasado año, Brasil está creciendo en cerca de 5.2% en 2004, la expansión más rápida en al menos una década. Pero para sostener este nivel de crecimiento, el gobierno tiene que hacer más para aprovechar el potencial empresarial del país, en particular haciendo más fácil para los brasileños pobres y socialmente marginados su integración a la economía formal. Impuestos punitivos, leyes laborales restrictivas y una burocracia irresponsable atraen a los negocios informales a mantenerse fuera de la economía formal.

El gobierno ha dado algunos pasos para reducir la carga burocrática sobre los pequeños negocios, pero han sido muy tímidos. La reforma del mercado laboral para hacer más fácil y barato contratar y despedir trabajadores es particularmente vital si el país va a ser capaz de reducir las persistentes altas tasas de desempleo. El señor Lula da Silva y su Partido de los Trabajadores han abrazado la causa de la estabilidad. Ahora necesitan defender la causa de la empresa.

TRADUCCION: IVAN PEREZ CARRION

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