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Mercados: prevalece un amibente de inquietud

FINANCIAL TIMES <BR>Mercados: prevalece un amibente de inquietud

POR DAVE SHELLOCK
Las preocupaciones de que una combinación de los altos precios de las materias primas y aumentos en las tasas de interés pudieran ahogar le crecimiento económico global continuaron gravitando sobre las bolsas de valores del mundo la semana pasada.

La primera parte de la ecuación fue subrayada por un repunte de los precios del petróleo a nuevas alturas récord, a pesar de una decisión de la Organización de Países Exportadores de Petróleo de elevar la producción en medio millón de barriles diarios.

“El mercado echó a un lado las medidas de la OPEP por ser demasiado reducidas y llegar demasiado tarde”, dijo Stephen Lewis, de Monument Securities, en Londres. “En pocas palabras, los que participan en el mercado parece que finalmente asimilaron que el desequilibrio suministro/demanda en el petróleo es un problema a largo plazo”.

El crudo ligero de Estados Unidos llegó a un pico de US$57.60 el barril el jueves, antes de retroceder, cuando la toma de ganancias hizo acto de presencia el viernes. El crudo Brent también llegó a una altura histórica. Mientras tanto, los economistas han sido algo menos que agresivos en cuanto a las perspectivas del crecimiento global.

 “Desde mediados de 2004, la expansión económica mundial ha perdido impulso económico considerable, con las tasas de crecimiento del producto interno bruto y especialmente de la producción industrial [del Grupo de los Siete países más industrializados] desacelerándose marcadamente”, dijo Ian Harwood, economista global de Dresdner Kleinwort Wasserstein. Añadió: “Mientras que los indicadores principales están dando señales actualmente de perspectivas de una reanimación de EEUU y el impulso económico global durante el segundo semestre de 2005, no están indicando, al menos todavía un repunte con mucho espíritu”.  

Varias firmas de inversiones emitieron notas cautelosas sobre las acciones corrientes la última semana. Deutsche Bank, por ejemplo, redujo ayer su posiciones en exceso en las acciones corrientes por segunda ocasión en tres semanas.

Sin embargo, Anais Faraj, estratega global de Nomura International, sugirió que los temores actuales sobre el crecimiento no son mucho más que una tormenta en un vaso de agua.

“Los inversionistas están muy nerviosos, y ligeramente preocupados con el riesgo de una corrección importante en los mercados de deuda y valores”, comentó.

 “El mercado de bonos de EEUU, el petróleo y General Motros [que anunció una advertencia sobre ganancias esta semana] son todos, aparentemente, los culpables, y una desaceleración en el crecimiento global está de nuevo al doblar de la esquina. Eso dicen los `osos´”, dijo els eñor Faraj.

Observó, sin embargo, que las preocupaciones del mercado no dejan de ser plausibles, dada las cifras de producción e inversiones publicadas por China la semana pasada.

“Además, los mercados económicamente más sensibles -América latina y la zona Asia-Pacífico- han rebotado alegremente, lo cual confirma nuestro criterio de que el debate actual está en peligro de perder le visión de la realidad”.

Y de acuerdo con la encuesta más reciente de Merrill Lynch, los administradores de fondos se han vuelto más agresivos con las acciones que en cualquier otro momento anterior en los últimos seis años.

Sin embargo, eso no impidió que Wall Street perdiera terreno. En el intermedio de la sesión del viernes, el Promedio Industrial Dow Jones bajaba 1.5% en la semana, después de recibir un fuerte golpe con el anuncio de General Motors, el mayor fabricante de vehículos de EEUU. El indicador S&P 500 caía 1.1% y el Nasdaq Composite cargado de tecnología estaba 1.4% más bajo.

Europa mostró ligeramente mayor flexibilidad, con el índice FTSE Eurofirst 300 con 0.5% menos. En Asia, Nikkei 225 Average de Tokio y el índice Seng de Hong Kong, perdían ambos 0.4%.

El dólar tuvo una semana mucho mejor, al recuperar parte de sus pérdidas recientes frente al euro y el yen.

Esto se debió principalmente al “carry trading”, la maniobra mediante la cual los inversionistas piden préstamos en dólares para comprar activos de alto rendimiento en otros países. La unidad monetaria de EEUU también se benefició con las noticias de que las compras extranjeras de activos norteamericanos en enero habían sido más que suficientes para financiar el déficit comercial del mes.

En el lado negativo para el dólar, hubo cifras desalentadoras en la cuenta corriente y la inversión extranjera directa. Los precios de bonos de EEUU subieron durante gran parte de la semana, lo que hizo bajar los bonos.

Las ganancias se debieron principalmente a una “fuga hacia la calidad”, cuando los mercados emergentes vieron fuertes deslizamientos en los bonos, las monedas y ls acciones.

Los inversionistas también a los “treasuries” en medio de temores de una degradación del crédito de General Motors, uno de los mayores emisores de bonos corporativos del mundo.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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