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Negocio de Ecuador con Chávez irrita a la Casa Blanca

<P>FINANCIAL TIMES <BR>Negocio de Ecuador con Chávez irrita a la Casa Blanca</P>

HAL WEITZMAN
Ecuador tiene una tradición de política por control remoto. Las elites políticas de Guayaquil, la principal ciudad del país, durante mucho tiempo han movido los hilos en Quito, la sede del gobierno. León Febres-Cordero, un ex presidente cuyo epíteto es «el dueño del país», dirige a los social cristianos, uno de los partidos políticos más poderosos de Ecuador, desde el puerto occidental.

Abdala Bucaram, el ex presidente derrocado en 1997 bajo criterios de «incapacidad mental», controla a los «roldosistas», otro de los partidos principales del país, desde su exilio en Panamá.

Lucio Gutiérrez, que fue obligado a dejar la presidencia en abril, está actualmente en Perú, organizando a sus partidarios en Ecuador contra el gobierno de Alfredo Pacheco, su sucesor, y promete regresar.

Esta semana fue testigo de un notorio ruidoso ejemplo del fenómeno, cuando Magdalena Barreiro, la nominada del señor Palacio para el Ministerio de Finanzas, dijo que ella no aceptaría el puesto a menos que recibiera el respaldo de Rafael Correo, el ministro saliente.

El hecho que la designación dependa más del señor Correa –quien se vio obligado a salir del puesto la semana pasada después de chocar con el señor Palacio- que del presidente ilustra claramente la fragilidad de una administración que ha estado en el cargo menos de cuatro meses.

«Este gobierno nació débil», dice Mauricio Pozo, un ex ministro de finanzas. «No fue elegido y no tiene un partido político o diputados en el Congreso. Además, no tiene el tiempo ni la libertad política para lograr el cambio político fundamental que los ecuatorianos desean».

La beligerancia del señor Correa hacia Estados Unidos y los prestadores multilaterales, unido a su respaldo a políticas internas populistas, lo convierten en el miembro más popular de la administración.

En contraste, las encuestas muestran que las tasas de aprobación del presidente cayeron de 78% cuando asumió el cargo a 38%. Cuando los partidarios del señor Correa amenazaron con revueltas sociales esta semana en protesta por su salida, el señor Palacio dijo que renunciaría si el pueblo ecuatoriano lo pidiera.

Aunque el beligerante se marchó, su políticas permanecerán como parte del acuerdo de aposento que se hizo esta semana para asegurar su apoyo a la designación del señor Barreiro. Científicamente, el señor Correa quería asegurar dos medidas: incrementar el gasto social financiado por los ingresos del petróleo y completar el acuerdo para venderle unos US$300 millones en bonos a Venezuela.

La consecución del primer objetivo enfrentó al señor Correa con el Banco Mundial, que el mes pasado rechazó desembolsar un préstamo de US$100 millones, la segunda partida de su programa de ayuda fiscal para Ecuador. Mientras que la designación del señor Barreiro debería mejorar las relaciones con las organizaciones multilaterales, la prioridad del gobierno del gasto social por encima de la reducción de la deuda continuará.

La venta de bonos ha creado consternación en Washington, donde el Hugo Chávez, el presidente de Venezuela es visto como una fuerza del mal con ambiciones imperialistas. Aparte del préstamo, Caracas también ofreció refinar el petróleo de Ecuador. Algunos miembros del Departamento de Estado se preocupan por qué favores políticos espera Venezuela a cambio.

«Ecuador es un país que Chávez identificó como maduro para formar parte de su proyecto regional», dice Michael Shifter, de Diálogo Interamericano, en Washington. «La administración Bush no está feliz con que Venezuela extienda su influencia de esta manera».

Sin embargo, el señor Shifter dice que a EEUU le preocupa empujar más a Ecuador hacia los brazos del señor Chávez.

Aparte de su flirteo con Venezuela, el gobierno también intentó hacer algunos comentarios molestos contra EEUU. Antonio Parra, el ministro de Exteriores dijo el mes pasado que Ecuador no renovaría el acuerdo que le permite a EEUU operar su única base sudamericana de Manta, en la costa ecuatoriana. Sin embargo, su gobierno no tomará la decisión: el acuerdo vigente se extiende hasta 2009, antes de lo cual Ecuador, políticamente inestable es probable que pase por varias administraciones.

A Washington también le preocupan los ruidos hostiles hacia Occidental, el gigante petrolero norteamericano que ha sido acusado de violar su contrato con Petroecuador, la compañía estatal ecuatoriana. El jefe de Petroecuador renunció la semana pasada después de exigir que Occidental fuera expulsada del país.

Otra preocupación es el incremento en la tensión entre Ecuador y Colombia, el aliado más cercano de EEUU en la región. Ambos países se han acusado entre sí de no hacer suficiente por asegurar la frontera que se ha convertido en un campo de batalla entre las fuerzas colombianas y las guerrillas izquierdistas de las FARC.

Mientras que el señor Palacio se concentra en aferrarse al poder hasta las elecciones del año próximo, el señor Correa pudiera estar preparando su propia oferta presidencial o vice-presidencial. Joven, apuesto y carismático, el ex académico está valorando si es capaz de traducir el respaldo de la calle en votos. Entre tanto, libre de las limitaciones del gobierno, puede que llegue a disfrutar el ejercicio de la influencia política desde lejos.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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