POR RAYMOND COLITT EN SAO PAULO
Luis Ignacio Lula da Silva pareció esta semana haber conseguido algún respiro de la peor crisis política en la historia reciente del país, después que la oposición diera un paso atrás de una posible impugnación ante indicaciones de que la campaña del presidente en 2002 fue financiada ilegalmente.
Los mercados financieros, que el lunes ganaron en relación con las bajas de la última semana, perdieron terreno ayer. En las primeras horas del mediodía, el real, la moneda de Brasil se comerciaba cerca de 2.34 frente al dólar, una mejoría en relación con los R$2.39 del viernes. La bolsa de Sao Paulo rondaba los 27,000 puntos, también mejor que la baja de 26,650 del jueves pasado.
Los líderes de la oposición dijeron el lunes que no forzarían un procedimiento de impuganaciòn inmediato contra el señor Lula da Silva, cuyo administrador de la campaña admitió la semana pasada haber aceptado pagos ilegales para la campaña electoral del Partido de los Trabajadores en 2002.
«Hay entendimiento dentro de la oposición de que la voluntad política, el clima político, que es crucial para una impugnación no existe», dijo Eduardo Paes, diputado en la cámara baja del Congreso por el Partido Socialdemócrata de Brasil (PSDB). Sin embargo, los principales partidos de oposición prometieron profundizar las investigaciones sobre el escándalo de tres meses de duración y exigieron que la declaración financiera de la campaña del señor Lula da Silva sea re-examinada..
A pesar de que las encuestas muestran una preocupación creciente por la corrupción en el gobierno, los líderes del PSDB y el Partido Frente Liberal (PFL) dice que ellos no quieren aparecer que están forzando la caída del presidente antes de tener evidencias concretas de que estuvo involucrado en lo mal hecho.
Prefieren enfrentar a un presidente debilitado en las elecciones del año próximo en lugar de arriesgarse a una confrontación radical con un resultado incierto en la economía, dicen los analistas.
«Para la oposición es beneficioso cocinar lo [al presidente] a fuego lento hasta las elecciones», dijo Alexandre García, un analista político en Brasilia. «Ya su autoridad y poder están debilitados, especialmente en el Congreso».
Después del discurso del viernes pasado, en el cual el presidente pidió disculpas y dijo que había sido traicionado, el gobierno mostró esta semana una defensa más agresiva del señor Lula da Silva. «No existe la menos base política, judicial ni ética para algún tipo de proceso contra el presidente», dijo Dilma Rousseff, jefe de gabinete.
Ayer, en Brasilia miles de estudiantes y sindicalistas manifestaron contra la corrupción, pero a favor de la administración de Lula da Silva.
Sin embargo, algunos analistas dijeron que los mercados no reflejaron el daño ya causado por el escándalo. La tasa de interés interna de Brasil continúa ofreciendo algunos de los retornos más altos del mundo, más de 14% anual, en términos ajustados a la inflación.
Cuando las tasa caigan, la secuela duradera será aparente, dijo Mario Mesquita, jefe económico del banco de inversiones ABN Amor, en Sao Paulo. «La crisis ha incrementado el riesgo para que un candidato no amigable con el mercado gane las elecciones de 2006», y ha debilitado el crecimiento necesario para sostener una agenda de reformas, dijo.
VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION