POR MURE DICKIE
Los jefes de la propaganda en China ordenaron controles más firmes a la participación de extranjeros en el mercado de medios con el fin de defender “la seguridad cultural nacional”. Las nuevas reglas a las “importaciones culturales” anunciadas en un artículo publicado por el Diario del Pueblo, el vocero del regente Partido Comunista, subraya el criterio cauteloso reciente de Pekín sobre la apertura de una industria que considera un baluarte político.

Las reglas prohiben “en principio” la concesión de permisos para cualquier otro canal de televisión extranjera, o la emisión de nuevas licencias para que las compañías manejen las importaciones culturales, áreas en las cuales a las compañías extranjeras ya se les ha permitido un acceso mínimo.

Sin embargo, la significación principal de las regulaciones, publicadas por el departamento de propaganda del partido y cinco medios relacionados con ministerios y administraciones del gobierno, es darle más peso a la línea conservadora reciente de Pekín ante una nueva apertura de los medios.

En los últimos años, China ha estado buscando estimular la inversión extranjera y privada en la industria de medios doméstica, que espera convertir en un pilar de la economía nacional.

En unos movimientos señeros el año pasado, los reguladores de la radiodifusión emitieron reglas que le permitían a los extranjeros invertir en  compañías de producción de televisión de riesgo compartido, por primer vez, mientras que a algunos periódicos estatales se les dijo que podrían registrar sus operaciones comerciales en el exterior. 

Sin embargo, este año Pekín redujo los límites de los “joint ventures” de producción y se vio a los funcionarios mucho más lentos en la aprobación de inversiones, para desaliento de grupos de medios internacionales que están deseosos de desempeñar un papel en lo que constituye un enorme mercado potencial.

“Las cosas se vuelto muy lentas”, dijo un banquero de inversiones radicado en Hong Kong. “Nuestra impresión es que el gobierno se ha vuelto más conservador y está más preocupado por el interés de los extranjeros en los medios”.

Grupos de medios internacionales como Viacom y News Corp han trabajado duro durante años para cultivar el favor de Pekín, pero hasta ahora han logrado un espacio limitado para operar en China y siguen estando sujetos a derechos para sus canales de televisión fuertemente reducidos.

La renovada reserva con la apertura de los medios se produce frente a una retirada en el  incremento en los esfuerzos por reprimir a los disidentes políticos, frenar a los periodistas chinos y fortalecer la censura en el Internet.

Dicen los analistas que estas acciones reflejan la determinación de Hu Jintao, el presidente, de descabezar cualquier amenaza a su autoridad, o al mandato del partido.

Pekín intentó suavizar el impacto del llamado a un control más riguroso al decir que está orientado a garantizar “la protección de los derechos de propiedad intelectual y la elevación del nivel de apertura al mundo exterior”.

Sin embargo, el contenido de los reglamentos, tal como fueron revelados por los medios estatales deja claro el énfasis en controlar contenidos no deseados.

Dijeron que los controles en la cantidad y tipo de importaciones de televisión debería ser fortalecido, y que se debe ejecutar con firmeza la censura a las producciones conjuntas sino-extranjeras.

“Hay que tomar medidas eficaces para evitar cualquier invasión de programaciones dañinas”, expresa el decreto, según lo citan medios estatales.

Los reglamentos también pudieran ser la señal de una actitud más conservadora hacia las publicaciones noticiosas foráneas, a pesar de la decisión tomada el año pasado que permite que se impriman periódicos extranjeros en China.

Las regulaciones recalcan la necesidad de un control “estricto” a la distribución, añadiendo que “ningún individuo o unidad laboral puede vender diarios o periódicos extranjeros en el mercado sin autorización”.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION