Solo unas pocas semanas después que Argentina cerrara su oferta de reestructuración con los propietarios de su deuda incumplida por valor de US$100 millardos, el gobierno está bajo presión para que la vuelva a abrir.

En las reuniones anuales del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, tanto los países ricos como los países en desarrollo instaron a Argentina a negociar con el 24% que retienen los inversionistas que rechazaron el canje. Argentina ha respondido que se acercará a esos inversionistas en su momento. El gobierno, y algunos tenedores de bonos que participaron en la reestructuración han expresado que las presión internacional para reabrir la oferta pudiera establecer un precedente útil.

«Los acreedores que ya aceptaron la oferta no desean que se vuelva a abrir. Han argumentado que destruiría la credibilidad de cualquiera negociación futura», dice Eugenio Díaz-Bonilla, el director ejecutivo de Argentina en el Banco Interamericano de Desarrollo.

«Adicionalmente, sería injusto, porque los acreedores al margen entrarían con un grado de certeza que no estuvo accesible para los otros».

Roberto Lavagna, el ministro de Economía de Argentina, ha rechazado la presión internacional para tratar con los acreedores excluídos en un breve plazo.

El gobierno dice que una demora en el completamiento del canje de deuda, resultante de un proceso legal pedido por dos fondos de cobertura de Nueva York, hace de las conversaciones con los tenedores algo prematuro.

Reflejando las fuertes críticas internas de un acuerdo con los tenedores de bonos pendientes, Javier González Fraga, ex – presidente del banco central, dijo en una entrevista reciente lo siguiente: «El FMI se ha concentrado en el tema de los bonos pendientes, lo cual es un gran error. No tiene sentido defender a alguien que tuvo la posibilidad de participar con todos los demás, pero eligió no hacerlo».

Mohamed El-Erian, director administrativo de Pimco, el administrador de fondos gigantes que no posee ahora bonos argentinos de los incumplidos, dice que no será fácil llegar a un compromiso.

«Si usted está de acuerdo en una nueva oferta para los tenedores pendientes sin imponerles algún tipo de impuesto, entonces nadie participará la próxima vez que haya una reestructuración». Pero si usted impone un impuesto, no habrá participantes tardíos esta vez».

El señor E-Erian dice que el método mejor sería que Argentina llegara a un acuerdo en privado con el FMI y el Grupo de los Siete de que hará una propuesta a los pendientes en una fecha posterior.

Los pedidos del G7 y el FMI para que Argentina se dirija a los tenedores de bonos pendientes reflejan en gran parte la presión de Italia y Alemania, los países con los mayores grupos de inversionistas minoristas tenedores de bonos pendientes.

La presión sobre Argentina llegará al extremo cuando trate de negociar un nuevo programa con el FMI, una medida que no se espera antes de las elecciones de octubre.

Las reglas del Fondo para hacer préstamos a un país que tenga adeudos a los acreedores privados piden esfuerzos de «buena fe» para tratar con esos acreedores.

Personas bien informadas del FMI dicen que es altamente probable que la junta del fondo decida que Argentina tiene que hacer esos esfuerzos con los acreedores marginados, entre otras razones debido al gran número de inversionistas minoristas italianos y alemanes.

Sin embargo, añaden que sería un error ejercer presión sobre Argentina para negocie con los pendientes como un llamado para que reabra la oferta de canje: a los tenedores pendientes se les pudiera ofrecer otro tipo de arreglo.

Los analistas dicen que hay tres grupos de inversionistas pendientes: inversionistas minoristas, que pudieran ofrecer sus bonos ahora si se reabriera la oferta; los que esperan para ver si los litigios dan algún resultado, y los inversionistas profesionales que no tienen intención de entrar en ningún canje que no ofrezca cerca de 100 centavos por dólar.

«Los inversionistas profesionales serios pudieran luchar en los tribunales, pero ellos deberían reabrirlo a los inversionistas minoristas que fueron muy mal servidos por sus consejeros», dice Nouriel Roubini, profesor de Economía en la Universidad de Nueva York. «Los argentinos tendrán que hacerlo para mantenerse en buenos términos con Italia y Alemania en el FMI».

Pero aún si Argentina hace una nueva oferta, un grupo de los tenedores de bonos pendientes probablemente no participaría, dejando sin resolver la cuestión de si Argentina finalmente normalizó sus relaciones con los mercados financieros.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION