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Sacude al Caribe plan UE para terminar el régimen azucarero

FINANCIAL TIMES <BR>Sacude al Caribe plan UE para terminar el régimen azucarero

Jamás sería fácil para los países anglófonos de Caribe aceptar el desmantelamiento del régimen de protección azucarero que ha protegido a una de sus industrias principales de la competencia internacional durante una buena parte de su larga historia. Aún así, los líderes de la región han sido sorprendidos por el anuncio de esta semana de una propuesta de recorte de 39% en los precios garantizados por la Unión Europea.

Los precios de la UE serán cerca del doble del nivel del libre mercado, pero el recorte será un fuerte golpe, y la transición de dos años les deja menos tiempo del esperado para diversificar. Por si fuera poco, las reducciones planeadas se han introducido con un mínimo de consultas con las seis ex colonias británicas del Caribe que forman parte del grupo de los 18 países más pobres de la ACP (Äfrica, Caribe y el Pacífico) que tradicionalmente han exportado azúcar hacia Europa.

Los líderes de Jamaica y Guyana -los dos países caribeños más afectados- han sido golpeados particularmente fuerte por la baja prioridad que le ha brindado el gobierno británico a su dura situación. «A nadie le importa, y no nos prestan atención», dijo al Financial Times Bharrat Jagdeo, el presidente de Guyana.

Cerca de una quinta parte de 750,000 personas se ganan el sustento con el azúcar, y la industria paga por campos deportivos, locales comunitarios y hasta los sistemas de drenaje en áreas rurales.

Si la UE sigue adelante con la propuesta, el recorte le costará a Guyana al menos US$40 millones (£22 m, _33 m) en ingresos por exportaciones, más de seis veces la ayuda estimada en US$8 millones que el país ganaría como resultado de la reciente iniciativa d alivio de deuda encabezada por el G8 para los países pobres.

Jamaica, donde el azúcar no solo es un gran generador de empleos sino un suplidor de fondos para servicios contra incendios y ambulancias, enfrenta un dilema similar.

Tiene planes para desarrollar usos alternativos para la caña de azúcar, como etanol y plantas generadoras de electricidad que emplean bagazo como combustible. Sin embargo, Derick Heaven, presidente ejecutivo de la autoridad de la industria del azúcar de Jamaica, dice que las peticiones por más tiempo y compensación adecuada han caído en oídos sordos.

Los pagos propuestos por la UE de 40 millones de euros al año están disminuidos por las cantidades que se ponen a disposición de los granjeros de remolacha europeos, y no llegan a los _500 millones exigidos por los países de la ACP. «Hay una tendencia de considerarnos mendigos, [como si] siempre hubiera arrogancia hacia nuestro punto de vista», dice el señor Heaven.

Este mes, P.J. Paterson, el primer ministro de Jamaica, le protestó a Tony Blair, su homólogo británico, que él y otros líderes de países del ACP se habían enterado del recorte a través de «los medios, documentos filtrados y estudios de asesores».

Ambos líderes caribeños advierten que la pérdida de empleos aumentará los altos niveles de desempleo y conducirá a nuevos descensos en las áreas rurales y la escalada del crimen violento y el comercio de drogas.

El fracaso en sumar el respaldo de Gran Bretaña a estos argumentos es sorprendente, dados los vínculos históricos y la prioridad que dieron los ministros británicos a la seguridad y el combate a las drogas.

Parte del problema es que el grupo negociador británico que tradicionalmente defendía los intereses caribeños se ha debilitado. Compañías como Cable & Wireless, De la Rue (el manufacturero de billetes de banco) y BAT han mantenido interés, pero los días en que «30 o 40 blue chips británicos» tenían intereses importantes allí se acabaron, de acuerdo con David Jessop, director del Caribbean Council.

Las esperanzas de que las comunidades caribeñas británicas -creadas por la inmigración en las décadas de 1950 y 1960- pudieran influir en los políticos tampoco han sido tomadas en cuenta.

Los militantes de las organizaciones no gubernamentales cuyos esfuerzos han ayudado a estimular acciones sobre el alivio de la deuda de la región, el azúcar es un tema complicado. La percepción del público de la región se ha visto influida por el hecho de que Barbados, el productor con el cual la mayoría de los británicos están familiarizados porque es un destino popular de los vacacionistas, es relativamente rica. Y en Trinidad, otro país con buena posición económica, la importancia del azúcar ahora está disminuida por la industria del gas natural.

Al mismo tiempo, otros países en desarrollo que son más eficientes en la agricultura se van a beneficiar con una mayor liberalización.

Duncan Green, jefe de investigaciones de Oxfam, dice que «los países más pequeños y vulnerables del Caribe y África tienen la parte más corta del palo», pero que la reforma tiene que equilibrar sus intereses con los de productores grandes y eficientes, como Brasil.

Un desplazamiento en la política exterior británica -de la supervisión basada en cada país a un enfoque en temas como el terrorismo- ha ido en detrimento de la región, como lo ha sido el énfasis del Departamento de Comercio en los grandes mercados estratégicos. Y, Guyana aparte, la región tiene un nivel de vida demasiado alto para beneficiarse de las iniciativas del Reino Unido para ayudar a los países más pobres. «Mercados fragmentados como el caribeño, o el de América Central no encajan en este orden», dice el señor Jessop. «Se ha complicado más para los miembros del Parlamento y los `lobbies´ hacerse oír».

Este año, el señor Jagdeo llevó a Peter Mandelson, el comisario de comercio de la UE por regiones azucareras guyanesas. «{Dijo:] `Si, el azúcar es muy especial´», dice el líder guyanés. El señor Jagdeo debe estar esperando que el criterio de su huésped tenga algún peso durante los próximos dos meses, mientras continúa el proceso legislativo de la UE.

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