POR RAPHAEL MINDER
Desde su oficina en Gelsenkierchen, Jurgen Richter, jefe ejecutivo de Gelco, una compañía de ropa Alemania está a poco distancia a pie de una pila de 38,000 «pullovers», que ase quedaron esperando en un almacén debido a los límites a las exportaciones de textiles chinos de la Unión Europea.

Las prendas de vestir fueron enviadas por avión desde Shanghai el mes pasado, pero fueron bloqueadas por las autoridades alemanas ante las noticias de que China ya había violado la cuota para «pullovers» que se le concedió para 2005, como parte de un acuerdo textil firmado en junio entre –China y la Unión Europea.

El señor Richter decidió llevar sus quejas a la corte constitucional de Alemania, argumentando que el bloqueo representa una pérdida ilegal de un millón de euros (US$1,2 millones) para Gelco, que emplea a 300 personas en el país. Dijo: «Quizás sea yo el primero que acude a la corte, pero si no hubiera sido yo, otros seguramente lo hubieran hecho igual».

Los problemas del señor Richter se han reflejado en toda la UE, lo cual representa un nuevo dolor de cabeza para Peter Mandelson, el comisario de comercio de la UE, quien negoció el acuerdo en junio. Él está bajo intensas presiones para que resuelva el bloqueo a los embarques. Los gobiernos de países como Suecia, Alemania, Dinamarca, Finlandia y los Países Bajos, que tienen todos fuertes industrias minoristas, advirtieron a Bruselas sobre nuevos litigios con sus detallistas internos.

Las dificultades de embarque, sin embargo, parecen menos agudas para las mayores compañías de ropa, que han podido desviar en poco tiempo alguna producción a otros países de bajo costo. Por ejemplo, Gerry Weber, un grupo de ropa alemán con ventas anuales de 400 millones de euros, dijo que estaba negociando con productores en Indonesia y Camboya, en lugar de China, para su colección de verano de 2006.

Una vocera dijo: «Estos países también tienen grandes instalaciones de producción y no tienen restricciones».

Hennes y Mauritz, el grupo sueco que obtiene el 30% de la ropa que vende en China, también dijo que había encontrado «vías para salir del problema», en particular, re-orientando su producción a otros países de Asia y enviando más productos a centros comerciales ubicados en países fuera de la UE, como Noruega, Suiza y Canadá.

La semana pasada, el señor Mandelson irritó a los detallistas al culparlos de «tratar de quebrar las restricciones » situando pedidos masivos antes del 11 de julio, cuando entró en vigor el acuerdo. Los detallistas respondieron que el señor Mandelson había mostrado falta de comprensión de sus prácticas de hacer negocio y del desajuste temporal que generalmente se produce entre las órdenes y las entregas. Dijo el señor Richter: «El mayor problema es que Bruselas estableció límites a las importaciones sin saber, aparentemente, que la mayoría de los productos ya se habían pedido a China mucho más temprano este año. Eso es el elemento fatal de esta situación».

Las demandas de los detallistas a Bruselas han eclipsado más temprano este año la presión del sector textil europeo, que forzó a Bruselas a imponer controles a las exportaciones de ropa china. Euratex, la asociación de textiles europeos, ha expresado que hasta un millón de empleos en el sector de textiles pudieran perderse en Europa este año, si no se vuelven a introducir los controles, después de la eliminación del sistema de cuotas textiles a comienzos de 2005.

Sin embargo, Thomas Ostros, , el ministro de comercio de Suecia calificó esta semana las nuevas cuotas como «absurdo», y lamentó en particular el hecho de que la UE esté ayudando a proteger productores textiles europeos no competitivos a expensas de los diseñadores de modas y las compañías de ropa de valor agregado, donde Europa debe concentrar su estrategia de crecimiento industrial.

«Estas firmas innovadoras son obviamente el futuro de la industria textil europea», dijo al Financial Times.

El señor Mandelosn prometió sostener nuevas negociaciones con el gobierno chino para resolver la crisis en los embarques, una vez que Bruselas haya completado su valoración de las últimas cifras de importación solicitadas por los estados miembros de la UE, y que haya medida en toda su extensión el problema minorista.

Los «pullovers» y pantalones de hombres son las dos categorías textiles en las que China ya agotó su cuota de exportación para 2005, dejando una cantidad en almacén de 56 y 14 millones de unidades, respectivamente.

Los detallistas esperan que la lista se extienda en breve a artículos como los sostenes y blusas para mujeres. Ya hay algunos expresando su preocupación sobre la disposición de China a responder a los últimos alegatos de Europa.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION