FINANCIAL TIMES
Terrorista fugitivo de Cuba pone a prueba guerra contra el terrorismo de Bush

FINANCIAL TIMES <BR>Terrorista fugitivo de Cuba pone a prueba guerra contra el terrorismo de Bush

POR MARC FRANK
LA HABANA.- Han pasado casi 29 años desde que una bomba terrorista derribó el vuelo 455 de Cubana de Aviación sobre las costas de Barbados. Pero el pueblo cubano no ha perdonado el incidente de octubre de 1976 que acabó con la vida de 73 pasajeros y tripulantes, incluyendo el joven equipo de esgrima del país.

Un sospechoso principal del atentado ­Luis Posada Carriles, de 77 años, experto en explosivos entrenado por la CIA­ está pidiendo asilo en Estados Unidos. La decisión pudiera constituir un desafío para la guerra contra el terrorismo de George W. Bush y su política de que aquellos que financien y den asilo a los terroristas son igualmente culpables.

En una de las mayores movilizaciones políticas orquestadas por Fidel Castro desde que el presidente asumiera el poder en 1959, cientos de miles de personas se manifestaron contra lo que el señor Castro llama una red terrorista radicada en EEUU. Él dice que la organización ha atacado y disparado contra diplomáticos del país, funcionarios de líneas aéreas, barcos y otros blancos fáciles en el extranjero, y que ha intentado asesinar a dirigentes cubano e infiltrarse en la isla para incitar al caos.

El señor Castro inició un maratón de 20 discursos televisados el mes pasado, golpeando a la administración Bush por su pasividad en relación con Posada, que se encuentra en el área de Miami desde marzo, según dicen sus abogados y amigos, pero cuya residencia el gobierno de EEUU insiste se desconoce.

El señor Posada ha admitido haber organizado docenas de ataques a líderes cubanos y blancos fáciles, pero niega su participación en el incidente del avión de Cubana.

En una ocasión admitió una serie de bombas en hoteles y restaurantes de La Habana, en 1987, que dejaron un empresario italiano muerto y 11 turistas heridos. Es un fugitivo de Venezuela, donde tiene ciudadanía, y que formalmente pidió su extradición el viernes en una carta al Departamento de Estado.

El Departamento de Seguridad Nacional confirmó la semana pasada que el señor Posada había solicitado asilo político. Pero el Departamento de Estado no se ha comprometido, e insistió la semana pasada que no conocía la ubicación del señor Posada, y desvió hacia el Departamento de Justicia las preguntas sobre si EEUU ha considerado siquiera al señor Posada como un terrorista.

El señor Castro acusa a la administración Bush de no actuar sobre el caso Posada porque irritaría a los partidarios cubano-americanos del señor Bush en el estado de La Florida, cde que su hermano, Jeb Bush, es el gobernador

«Tenemos que exigir que se haga justicia y que Posada Carriles y sus cómplices sean arrestados y castigados por sus crímenes», dijo el señor Castro la semana pasada. «No se imaginen que cesarán las protestas [si el señor Posada es arrestado y deportado]», expresó.

El señor Castro añadió que quería llevar a la justicia a otros «terroristas de Miami» y que se liberen cinco de sus agentes capturados en Miami a finales de los años 90, sentenciados a largas penas de prisión por espionaje. «Estados Unidos es responsable de todos los ataques terroristas a nuestro país desde la revolución», afirmó el señor Castro.

Desde la década de 1960, Cuba ha enviado docenas de agentes a Miami, cuando los exilados, frustrados por el fracaso de la invasión de Bahía de Cochinos empezaron a atacar cualquier objetivo cubano que pudieran encontrar. Los agentes ayudaron a malograr numerosos intentos para asesinar al señor Castro y enviar comandos a Cuba. Se han elaborado expedientes sobre docenas de exilados que, según Cuba, organizaron, financiaron y ejecutaron actividades terroristas.

«Los registros desclasificados no dejan duda de que Posada ha sido uno de los más resueltos perpetradores de la violencia terrorista del mundo», dice Peter Kornbluth, del proyecto de investigación del Archivo de Seguridad nacional en la Universidad George Washington. El caso Posada resultará una prueba de PH en la guerra contra el terrorismo, dijo.

Documentos de inteligencia de EEUU desclasificados, publicados en el sitio en la red de la Agencia nacional de Seguridad la semana pasada identificaron a los señores Posada y Orlando Bosch, su socio y reputado líder de la organización anticastrista CORU, como los ingenieros del sabotaje al avión en 1976. Los récords los vinculan a otros actos terroristas, incluyendo un carro-bomba que mató a Orlando Letelier, el exilado ministro de Relaciones Exteriores de Chile, y su ayudante norteamericano en Washington dos semanas de la explosión de Cubana.

El presidente George H.W. Bush era el director de la Agencia Central de Inteligencia cuando estalló el avión de Cubna y vicepresidente cuando el señor Posada empezó a suministrarle ilegalmente armas a los «contras» nicaragüenses, después lograr mediante el soborno su escape de una prisión venezolana durante el escarceo legal sobre su papel en el sabotaje. En 1990 ­pasando por encima de las objeciones del Departamento de Justicia, que llamó al señor Bosch «un terrorista, al margen de las leyes o la decencia humana»­, el señor Bush autorizó la entrada del señor Bosch a EEUU desde Venezuela.

Arrestado en 2000 y acusados en Panamá, junto a otros tres cubano-americanos, de un plan para asesinar al señor Castro, el señor Posada y sus conspiradores fueron perdonados. Los socios del señor Posada volaron directamente a Miami, pero él desapareció, para resurgir más tarde en EEUU, y para convertirse en el tema perfecto de la campaña del señor Castro para neutralizar sus enemigos más difíciles.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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