FINANCIAL TIMES
Un rejuvenecido presidente intenta movilizar la mayoría silente boliviana

FINANCIAL TIMES <BR>Un rejuvenecido presidente intenta movilizar la mayoría silente boliviana

POR HAL WEITZMAN
LA PAZ.-
Cristina Monasterios cree que la democracia boliviana se salvó en el piso 20 del banco central en La Paz la tarde del martes. La señora Monasterios, una vendedora en las calles del viejo barrio de San Pedro en La Paz, estuvo al borde de las lágrimas el martes, cuando relataba cómo estuvo entre la multitud nerviosa de la Plaza Murillo, cerca del palacio de gobierno, para exigirle al Congreso que rechazara la oferta de renuncia del presidente Carlos Mesa.

Cuando se filtraron las noticias del banco, poco después de las 5 p.m., de que los negociadores del gobierno y los líderes del Congreso habían llegado a una cuerdo para mantener al señor Mesa en el poder, el ambiente de la plaza se tornó festivo.

 “Mesa es un buen líder; es un hombre de paz”, dice la madre de tres niños, que sostiene una bandera boliviana y está vestida con la tradicional “pollera” del país, su manto y sombrero. “Ellos han salvado la república y es el momento para celebrar”.

El señor Mesa, que precipitó una crisis política la noche del domingo al ofrecer su salida del cargo, espera el respaldo continuado de la señor Monasterios y miles de otros bolivianos que se manifestaron a su favor en los últimos días.

El presidente, cuyo audaz juego de poder surgió de la creciente turbulencia que buscaba garantizar tasas de punitivas a los derechos de los inversionistas en la industria del gas de Bolivia, se había referido en ocasiones a una “mayoría silenciosa” ahogada por los activistas radicales. En un sentido, la amenaza de renuncia del señor Mesa apuntaba a provocar a esa mayoría y conducir sus propias facciones por las calles en defensa de la moderación.

En una alocución triunfante la noche del martes, después que el Congreso rechazara su renuncia, el señor Mesa instó a la mayoría silenciosa a tomar de nuevo las calles hoy para demostrar su oposición a las docenas de bloqueos de las vías que han estado amenazando con asfixiar al país.

Este llamado es un intento por ampliar el terreno intermedio de la política boliviana, donde los agresivos intereses sectoriales -como los ricos que buscan la autonomía de la próspera provincia de Santa Cruz, o el anti-capitalismo radical de los organizadores comunales de El Alto- con frecuencia dictan las condiciones. “La mayoría silenciosa realmente no se ha sentido representada durante los últimos cinco años”, dice Carlos Alberto López, un analista en La Paz.

El intento del señor Mesa de emplear la protesta pacífica como un arma contra las manifestaciones de los movimientos sociales radicales es sensato y necesario en el contexto de la historia reciente del país. “Sería muy difícil alterar los patrones del comportamiento político que se ha formado en los últimos años”, dice Eduardo Gamarra, un politólogo de la Universidad Internacional de La Florida.  “La movilización es la vía de hacer que se logren cosas”.

Al firmar el plan de cuatro puntos con los principales partidos políticos, y con el llamado a esa mayoría silenciosa, el señor Mesa, por ahora, ha defendido los instrumentos convencionales del gobierno. Estas alianzas también le han posibilitado al señor Mesa identificar sus enemigos de manera más clara. En su discurso al Congreso, el presidente señaló a Evo Morales, el líder radical del Movimiento al Socialismo (MAS), el único partido importante que no firmó el pacto. Al hacerlo, el señor Mesa volteó la mesa con el líder indigenista. El señor Morales ya había recibido un golpe ese mismo día, cuando Hugo Chávez, el líder izquierdista venezolano que se rumoró que lo estaba financiando le ofreció su respaldo al señor Mesa.

Sin embargo, el aislamiento del MAS pudiera empezar a rondar al señor Mesa. El grupo ha prometido fortalecer la presión en el Congreso para incrementar las tasas de pago a las compañías en 50%. Ayer, el MAS formó una alianza con otros grupos de izquierda para asegurar la “nacionalización por derecho” de los recursos energéticos.

El plan de cuatro puntos del señor Mesa es poco claro sobre el tema de los derechos, al solo instar a una legislación que “preserva la legislación extranjera y observa la soberanía nacional”.

Pero por ahora, el mandato del señor Mesa se ha rejuvenecido. La señora Monasterios dice que va a volver a la Plaza Murillo hoy, aunque le cueste otro día de salario. “Esto es más importante. Está en juego el futuro del pueblo boliviano”.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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