POR ANDY WEBB-VIDAL
MIAMI.- El oficial principal de Estados Unidos, responsable de la cooperación en temas de seguridad en América Latina, advirtió sobre el potencial desestabilizador que representa para la región el controvertido gobierno de Venezuela, y su opaco programa de obtención de armamento.

Hugo Chávez, el presidente del quinto país exportador mundial de petróleo, empezó a firmar contratos para comprar una gran variedad de armamentos con el cual modernizar su defensa para frustrar lo que, según dice, pudiera constituir una «agresión» desde el exterior.

Esos temores se intensificaron hace dos semanas cuando funcionarios venezolanos se alarmaron ante la presencia de naves de guerra y «marines» estadounidenses cerca de Curação, cerca de las costas de Venezuela. Funcionarios de EEUU dijeron que se trataba de maniobras de rutina.

El equipo, que incluye desde 50 aviones tácticos MIG-29 de la última generación, hasta docenas de helicópteros artillados, 100,000 fusiles automáticos Kalashnikov (AK) y una flota de navíos, ha sido reportado como entrega inminente para el nuevo arsenal de Venezuela.

El general Bantz Craddock, comandante en jefe del Comando Sur de EEUU, dijo que el plan de compra de armas de Venezuela es una preocupación porque las razones que se dan son poco claras, y despierta preocupaciones entre sus vecinos latinoamericanos.

«Nos estamos preguntando cuál es la verdadera intención en esto», dijo el general Craddock en una entrevista. «Si se trata de defensa del exterior, obviamente cada país puede hacer lo que le corresponde, mientras sea en términos para proteger su soberanía y sus límites nacionales».

Pero el general Craddock, que tiene programado testificar ante el comité de Fuerzas Armadas del Senado hoy, dijo que no está claro si quien terminará utilizando algunas de las armas, en particular, los 100,000 fusiles, será realmente Venezuela.

«Si es para exportar inestabilidad, tenemos una situación diferente», expresó. «Nos preocupa eso y nos gustaría que no ocurriera».

A los funcionarios de la Defensa les preocupa especialmente que, una vez que los fusiles sean entregados, exista el riesgo de que otras armas y municiones de Venezuela pudieran caer en manos de las guerrillas colombianas, que están buscando derrocar al presidente Álvaro Uribe, el principal aliado de Washington en la región.

Las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), desde hace tiempo han recibido armas y municiones de facciones delincuentes dentro de gobiernos de países vecinos.

Vladimiro Montesinos, el jefe de espionaje de Perú bajo el expresidente Alberto Fujimori, está acusado de haber organizado la entrega de 10,000 fusiles AK a las FARC, como parte de una operación encubierta cuando estaba en el poder.

Sin embargo, los funcionarios de EEUU están menos preocupados por los planes aparentes del señor Chávez de adquirir los MIG–29 de Rusia. «La mayoría de nosotros aquí pensamos que esto sería un desperdicio de dinero colosal para Chávez, pues no podría mantener esas naves en el aire durante mucho tiempo», dijo un oficial militar de EEUU. Ya Venezuela cuenta con F-16 de fabricación norteamericana y Mirages franceses, pero los analistas de defensa creen que pocos estén en condiciones operacionales.

A algunos de los oficiales de EEUU les preocupa más lo que ven como una falta de transparencia financiera en la negociación de armas, que por la capacidad bélica de las armas en sí mismas. La cuenta, que puede llegar a US$5 millardos, se ha reportado como el costo total del festival de gastos de defensa del señor Chávez financiado con el petróleo, sin embargo, ninguna de estas compras ha sido debatida todavía por la legislatura de Venezuela.

«Es una orgía de corrupción», dijo Roger Pardo-Maurer, vice-secretario asistente para el Hemisferio Occidental del Departamento de Defensa de EEUU.

El señor Chávez respondió el mes pasado que EEUU no tenía autoridad moral para quejarse de esa forma, porque «mintió» sobre la existencia de armas de destrucción masiva, como justificación principal para invadir a Irak.

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION