FINANCIAL TIMES
Voto por CAFTA-DR da a Brown esperanzas de victoria en la última cruzada

FINANCIAL TIMES <BR>Voto por CAFTA-DR da a Brown esperanzas de victoria en la última cruzada

POR HOLLY YEAGER Y EDWARD ALDEN
La oficina de Sherrod Brown en el Capitolio está regada con los recuerdos de su larga batalla contra los tratados de libre comercio. Hay una colección de pegatinas que dicen «Nafta + Cafta = Shafta» y una pila de impresos de ventas por quiebra de los manufactureros norteamericanos.

En la pared cuelga un cartel que se burla de un informe del Consejo de Asesores del Presidente, que contemplaba clasificar los empleos en los restaurantes de comida rápida como empleos de manufactura. Sobre una fotografía de un auto, dice «Manufactura»; sobre un «cheeseburger», «No-manufactura».

El señor Brown representa a un viejo cordón industrial en el norte de Ohio, el estado que mantuvo al presidente Geroge W. Bush en la Casa Blanca el año pasado. Desde que llegó a la Cámara de Representantes en 1992 -y desafiando al presidente Bill Clinton, un socio demócrata , poco después tratando de liquidar el Acuerdo de Libre Comercio de América del Norte- el señor Brown ha sido un opositor manifiesto de la tendencia de Estados Unidos de llenar el mundo con firmas de tratados.

Sin embargo, como jefe de los demócratas de la Cámara en su campaña contra el Acuerdo de Libre Comercio de América Central y República Dominicana, se está produciendo algo poco frecuente.

Al igual que con el NAFTA, dice, el público sospecha del acuerdo, mientras que la mayoría de las «elites», desde economistas hasta editores de periódicos lo favorecen. El señor Bush está tratando de utilizar sus poderes de persuasión para anexarse a los legisladores indecisos sobre el CAFTA-DR, tal como el señor Clinton hizo con el NAFTA.

Y entonces y ahora, el señor Brown dice que la falta de protección de los derechos laborales y normas del medio ambiente le ha vuelto imposible respaldar el acuerdo. ¿La diferencia principal? Esta vez, su bando tiene posibilidades reales de ganar. «Con el NAFTA nunca dijimos `Si el voto fuera hoy, ganaríamos´», dice el señor Brown.

El Senado aprobó el acuerdo el 30 de junio por un margen 54-45, la votación más cerrada sobre un acuerdo de libre comercio en el usualmente Senado partidario del libre comercio en más de 40 años. Pero enfrenta una prueba mucho más dura en la Cámara. Hoy, el señor Bush dirá un discurso sobre el CAFTA-DR en una planta textil de Carolina del norte, donde espera ganarse los republicanos más indecisos, mientras la Casa Blanca está procurando una votación a finales de mes.

«La diferencia son los más de 12 años de políticas comerciales fallidas, por lo que el pueblo ve realmente estos acuerdos mucho peor de cómo los veía hasce 12 años», dice el señor Brown.

Según su cuenta tentativa más reciente, el señor Brown espera que cerca de 195 de los 202 demócratas de la Cámara voten con él, además de entre 40-45 republicanos, bastante más de los 218 necesarios para derrotar el acuerdo. «Ellos tienen obviamente un enorme por trabajo hacer», dice de los que apoyan el tratado. Pero no los está descartando.

Cuando se realice la votación, el señor Brown pronostica que será tarde en la noche y que durará mucho tiempo, para que los líderes republicanos podrán extraer cuantos votos necesiten. «Quieren que sea lo más conservador que se pueda lograr, y no quieren gastar nada más que el capital político que necesiten», dice.

El señor Brown representa una posición extrema, aún dentro del partido demócrata. A diferencia de algunos de sus colegas que también se oponen al CAFTA, rara vez ha visto un acuerdo comercial que le guste. Muchos demócratas respaldaron el acuerdo de la ronda de comercio mundial de la Ronda Uruguay en 1994, y relaciones de comercio permanentes con China en 2000.

El señor Brown dice que el respaldó un acuerdo comercial, el tratado de libre comercio de EEUU con Jordania en 2001, pero admite que fue un voto oral que no quedó registrado.

De todas formas, sostiene que su posición –exigir que los acuerdos comerciales contienen duras normas laborales aplicables con las mismas herramientas que se utilizaron en disputas puramente comerciales- no es extrema. Mientras que el acuerdo de Jordania nunca despertó problemas serios sobre derechos laborales, él y otros demócratas dicen que es un buen modelo que podría haber sido el inicio de un consenso más amplio en EEUU.

«Puede que no haya una coalición que tuviera normas laborales tan fuertes como las que yo quisiera, pero en verdad sí hay una coalición para normas laborales fuertes», comentó. «Yo pudiera lograr con muchísimos republicanos un acuerdo comercial que sería muy satisfactorio para mí, y para ellos».

Los sondeos le dan cierto respaldo a este criterio, una encuesta publicada el lunes por Programas para Actitudes de Política Internacional (PIPA) de la Universidad de Maryland encontró que el país está divido equitativamente sobre el CAFTA-DR, con 50% de republicanos y 51% de demócratas que favorecen el acuerdo.

Cuando se les preguntó que dirían si Washington prometiera incrementar la ayuda a los trabajadores norteamericanos que pierdan su empleo y se insistió en que los países de América Central impondrían normas de salud a los trabajadores y de seguridad, el apoyo al CAFTA-DR salto a 65%.

«El público de EEUU está a favor de un gran acuerdo: permitir el crecimiento del comercio siempre que haya mayor ayuda para los trabajadores en casa y se hagan cumplir más normas laborales en el extranjero», dijo Steven Kull, director de PIPA

El señor Brown dijo: «Lo que estamos haciendo ahora, no funciona».

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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