FINANCIAL TIMES
Analizan los efectos que llevaron a regulación bancaria limitada

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Analizan los efectos que llevaron a regulación bancaria limitada

Brooke Masters y Megan Murphy
New York y Londres
Cuando el grupo de banqueros centrales y reguladores responsables de reformar el sistema bancario mundial se sentaron en una sala de conferencias en Toronto, Canadá, a mediados de junio, las esperanzas de alcanzar un convenio global histórico fueron debilitándose rápidamente.

Mientras el objetivo general era redactar reglas diseñadas para prevenir una repetición de la crisis financiera del 2007-08, país por país comenzaron a discutir exenciones especiales que beneficiarían sus bancos locales. Algunos participantes comenzaron a desesperarse. “Me siento como si hubiéramos llegado a un punto muerto”, dijo uno.

Repentinamente, una alarma suena: la cocina estaba en llamas. Con mucho alivio, la reunión fue suspendida y los planes para el anuncio público fueron descartados.

La fijación integral de las reformas fue producida sólo seis semanas más tarde, lo que acrecentaría el golpe regulativo de los bancos alrededor del mundo. La forma en que eso ocurrió ha sido el asunto de especulación desde Wall Street hasta Hong Kong y más allá.

Los reguladores esperan que las nuevas reglas hagan más seguro el sistema financiero, guiando a un crecimiento más firme antes que a altibajos. Sin embargo, muchos bancos temen que sean forzados a cambiar sus modelos de negocios y deban enfrentar fuertes disminuciones de ingresos y pagos.

El paquete, conocido como Basilea III debido a que es la tercera versión de las reglas a surgir del Comité de Basilea con base en Suiza sobre Supervisión Bancaria, fortalece la definición de lo que los bancos pueden incluir su capital básico central entre los principales activos que ellos mantienen para protegerse en contra de las pérdidas. Esto también requiere que las instituciones crediticias mantengan activos líquidos suficientes para traspasar a través de una crisis de 30 días y fijen una “proporción de apalancamiento” para limitar los préstamos bancarios en general.

Pero, los críticos de los compromisos en el paquete de julio acusan a los reguladores de desplomar la legislación industrial. Ellos señalan que las reglas son sustancialmente menos estrictas de lo que era el primer borrador promulgado el pasado diciembre, y que una de las dos propuestas de liquidez ha sido demorada a causa de las revisiones adicionales. Algunos banqueros detallistas y defensores del consumidor están particularmente decepcionados, creyendo que los bancos de inversión que ellos culpan por la reciente crisis financiera han escapado grandemente a medidas enérgicas.

En lo esencial, los banqueros han acogido el paquete con alivio, complacidos con la proyección de un nivel de reglas globales claras, y que los reguladores han acordado un periodo de transición que podría durar ocho años. “Hemos dado un paso hacia la dirección correcta.

El simple hecho de que hay un convenio es una buena noticia, dice Conrado Passera, jefe ejecutivo de Intesa Sanpaolo de Italia.

La verdad es más compleja. Financial Times habló con los reguladores y banqueros centrales de cinco países, así como también con dos docenas de banqueros, consultores y analistas, con el fin de determinar cómo el comité de Basilea se movió a partir de las severas propuestas de diciembre hasta el compromiso de julio; y qué cambios adicionales deben estar en perspectiva mientras el paquete se prepara para el endoso en la cumbre del Grupo de 20 de las principales economías el próximo mes de noviembre en Seúl.

La investigación revela que los cambios fueron más el resultado de los crecientes temores acerca del impacto de las propuestas sobre una naciente recuperación económica, antes que por los desesperados esfuerzos legislativos por parte de la industria bancaria.

Mientras la confianza en los bancos de Europa se atenuó entre la crisis de deuda soberana griega en mayo, y la recuperación de E.U. mostró señales de debilidad en junio, los reguladores a nivel mundial se alarmaron de que el efecto combinado de las propuestas de diciembre limita la habilidad de los bancos de prestar y disminuye su rentabilidad hasta niveles potencialmente insostenibles.

Los reguladores, quienes hablaron anónimamente debido a la naturaleza confidencial de las discusiones, insisten en que las medidas de julio no son sólo una mejoría sustancial sobre las reglas existentes, sino también más factible que el primer borrador de diciembre. Un participante llama el anuncio de julio un “buen paquete severamente trazado”, mientras otros insisten: “La gente ha perdido la noción de cómo son los fundamentos de la reforma”.

Los banqueros acordaron: “Yo he visto los recientes cambios a las propuestas de Basilea III descritas como cierto tipo de victoria para los bancos”, dice John Varley, CEO de Barclays de Reino Unido.

La historia comienza hace más de un año atrás, cuando la mitad de una docena de comités de reguladores internacionales se reunieron en Basilea para reunir propuestas con el propósito de regular el capital, la liquidez y el apalancamiento, y considerar varios tipos de capital extra para hacer el sistema menos cíclico. 

Redactar las reglas bancarias globales usualmente toma años, pero esta vez, los reguladores estuvieron bajo presión de forma que ellos publicaron un borrador en diciembre. Ellos dicen que reconocían los cambios que serían necesitados. El Comité de Basilea, a diferencia de muchos de los reguladores de E.U. y R.U., a menudo hace cambios sustanciales a los borradores prematuros en respuesta a los comentarios globales. Nada del material ha sido evaluado. Cualquiera que fuera la opción más duramente percibida en ese momento, llegó en la propuesta”, dice un participante.  La severidad del paquete resultante afectó el mercado. “Los cambios en las definiciones de capital básico ellos estuvieron proponiendo que fuera remitida a varios países. Si tú aumentas los requerimientos de capital, tú restringes la habilidad mundial de tomar prestado” dice Gene Ludwig, un alto regulador que dirige Promotory Financial Group, una firma consultora de E.U.

Los analistas también avisaron que una de las propuestas de liquidez, diseñada para prevenir a los bancos de depender del financiamiento a corto plazo, cambiaría drásticamente los modelos de negocios. Entre ellos, Credit Suisse y Barclays, estimaron que los bancos de E.U. y Europa necesitarían aumentar un total de aproximadamente $3,000 millardos de financiamiento a largo plazo.

Una vez que los reguladores y banqueros centrales comenzaron a enfocarse en los detalles, encontraron que cada propuesta tenía mérito individualmente, ellos se preocuparon sobre el impacto combinado. “Nosotros no teníamos que esperar a escuchar nada de la industria. Sabíamos que esto funcionaría”, dijo uno.

La regla de liquidez, también conocida como la proporción estable de financiamiento, fue “mal juzgada”, dice otro regulador, agregando que: “No había suficiente financiamiento estable en el mundo que reuniera los requerimientos”.  Cuando los bancos intensificaron su legislación, comenzando en febrero, nuevos cuestionamientos emergieron sobre las definiciones más estrictas de capital. Los reguladores todavía querían que los bancos mantuvieran más acciones y efectivo pero ellos comenzaron a reconocer que algunas de las propuestas de diciembre tenían consecuencias imprevistas.

El plan para detener a los bancos de contar las acciones como capital básico sostenido por la minoría de socios en las subsidiarias internacionales voló a consecuencia de la forma en que los mercados emergentes, tales como La India y China, trabajaron con los bancos occidentales. Otra regla que lanza activos fiscales diferidos, créditos fiscales que se esperaban en años futuros, habría desalentado a los bancos japoneses e italianos de reservar dinero contra futuras pérdidas, exactamente lo opuesto de lo que los reguladores estaban tratando de lograr. Una tercera propuesta de prohibir los honorarios que los bancos reciben por manejo de hipotecas, a pesar de la experiencia de los reguladores americanos que llamaron derechos de servicios hipotecarios, fue negociable en la crisis, habría afectado los bancos de E.U. de una forma particularmente dura.

En abril y mayo, los investigadores de Basilea reunieron su data sobre el impacto potencial en el mundo real, conocido como el estudio de impacto cuantitativo. El estudio encontró que bajo la versión más difícil de la proporción de apalancamiento, la cual habría incluido el total bruto de las posiciones derivadas, aunque algunos son apuestas en direcciones opuestas, los bancos al detalle y de inversión habrían estado muy lejos de que virtualmente no había una forma de fijar una norma global. Y, una vez que las más estrictas definiciones de capital y la más alta consideración de riesgo para los libros de propietarios comerciales fueran tomadas en cuenta, las proporciones de capital básico central caerían para algunos bancos por un 50%.

Para el momento de la reunión de Toronto, muchas cosas estuvieron aptas para aprovechar que los reguladores y banqueros estuvieron luchando para indicar legítimos cambios de promesas de especial interés. El punto bajo, acordaron varios negociadores, fue cuando un regulador impaciente propuso reestablecer “la buena voluntad”, aunque esto había demostrado ser inútil en la crisis financiera.

Zoom

Cuestionamientos

Algunos reguladores privadamente condenan la influencia política, diciendo que ésta los obliga a abandonar posiciones que eran “moralmente correctas”. Pero otros dieron la bienvenida a la presión debido a que ésta prevenía que el proceso se hiciera interminable por años, como había sucedido con las negociaciones de Basilea II.

Iniciativas

Los esfuerzos para fortalecer las definiciones de capital quedaron colgados hasta el final, mientras los reguladores y supervisores trataban de trazar una línea entre la remoción de toda la basura que había arrastrado en el capital básico central, sin abrumar el sistema bancario de ningún país.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE MARIA DEL CARMEN MARTÍNEZ

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