FINANCIAL TIMES
Analizan regulaciones, las culpas y concesiones en crisis financiera

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Analizan regulaciones, las culpas y concesiones en crisis financiera

Francesco Guerrera
Mientras cuatro de los titanes de Wall Street se alinearon frente a una comisión que investiga las causas de la crisis financiera, un veterano de Washington no pudo resistir un chiste.

“Parece la presentación de un criminal sospechoso en público”, él le susurró a un colega, mientras los jefes ejecutivos de Goldman Sachs, JPMorgan Chase, Morgan Stanley y Bank of America se reunieron por tres horas de hostil cuestionamiento en enero”.

La referencia a la ocasional práctica de la aplicación de la ley de E.U. de los sospechosos de crímenes de cuello blanco que desfilan a través de lugares públicos reflejan las expectativas, al tiempo que algunos grandes nombres enfrentan prisión.

Grupos financieros, agencias de clasificación crediticia, reguladores e inversionistas,  han sido arremetidos y amonestados. Los directores de un número de jefes de bancos han rodado y las regulaciones han sido endurecidas.

Pero por toda la angustia popular y posicionamiento político, no ha habido tal “presentación de un criminal sospechoso en público”. Las exitosas prosecuciones criminales han sido virtualmente no existentes y aún casos civiles han sido pocos y distantes.

A simple vista, esto parece raro. La crisis del sistema financiero extingue las compañías, dejando millones de personas sin empleos o viviendas. ¿Seguramente alguien debe tener la culpa?

Esa es la pregunta que los investigadores del Departamento de Justicia de E.U. tienen que ponderar después de perder un caso contra dos directores de fondo de protección de Bear Stearns y la presentación de otro caso contra el jefe de la unidad que cercanamente derribó a AIG.

Por comparación, la Comisión de Valores e Intercambio ha sido un panal de actividad, en parte debido a que estuvo luchando por su vida después de sus fracasos pre-crisis: sin mencionar a Bernard Madoff.

La acción civil de la SEC contra Angelo Mozilo provocó que el jefe ejecutivo anterior de la institución hipotecaria Countrywide pagara un acuerdo de $67.5 millones y acordara una suspensión de por vida del servicio como oficial corporativo o director.

Y la multa de $550 millones pagados por Goldman para resolver los cargos civiles contra el fraude ocurrido en julio, sin admitir o negar las irregularidades, fue el mayor pagado por un banco de Wall Street.

Ha habido otras acciones exitosas por parte de la SEC. Pero nombres tales como American Home Mortgage y New Century no exactamente determinan el pulso acelerado y la pregunta de por qué mayores y más conocidos grupos financieros y sus ejecutivos no son llamados a rendir cuentas.

La realidad es que las consecuencias legales de la depresión observada entre el 2007 y el 2009 serán menos severas que los casos que siguieron a los escándalos tales como el de Enron y WorldCom. En parte eso es a causa de que los líos de los CDO, CLO, RMBS y el resto de la sopa de alfabeto de productos tóxicos es demasiado complicado para los jueces y jurados.

La diferencia entre los escándalos del pasado y la crisis más reciente es la naturaleza casi universal de la última.

Debido a que la mayoría de las compañías financieras, sus reguladores y las agencias de clasificación y los medios de comunicación fallaron en ver la aproximación de la tormenta que se acercaba, es más difícil demostrar que los individuos conspiraron para engañar o defraudar a los inversionistas.

Ese es el porqué “la caída de los valores” y la “falta de comunicación” de casos típicamente presentados por la SEC, en la cual los ejecutivos son acusados de ocultar información de los accionistas para esconder las pérdidas y salvar sus empleos, bonos o legado, han sido tan raros.

En las palabras de un prominente abogado de defensa, “mi respuesta es: mi representante puede haberlo hecho, pero todo el mundo lo hizo también”.

Cuando han sido presionados, los ejecutivos de Wall Street han culpado la ignorancia o un brote de la amplia estupidez industrial. No se puede fallar en revelar lo que no se sabe.

El jefe anterior de Citi, Chuck Prince, dijo a los investigadores congresionales: “No previmos lo que estaba justo delante de nosotros”.

El hecho de que él y otros fueran pagados generosamente para tener una perspectiva, no es suficiente para condenarlos.

Hasta el momento la historia indica que una crisis que fuera de todo menos sin víctimas, podría terminar siendo menos criminal. Si las ruedas de la justicia continúan desmoronando esto poco a poco, la industria financiera se volverá por sí misma uno de los perdedores.

Como con cualquier trauma, se necesita un cierre. La historia muestra que los casos legales han tenido un efecto saludable sobre el público, así como en la comunidad de accionistas. Enron no vio inversión en las consumidas compañías energéticas. El escándalo Madoff no ha destruido el rol de los asesores financieros.

La percepción de que la justicia se ha hecho, y que los culpables eran manzanas podridas, ayuda a la gente a creer que el malestar ha terminado.

No esta vez

Meses después del fin de la crisis, la industria financiera está luchando por limpiar su imagen ante un público enojado y reguladores escépticos.

A estas Alturas en el ciclo de las emociones públicas, Wall Street podría llegar a una gran catarsis y a poca eficacia.

La clave

1.  Poca demostración

Debido a que la mayoría de las compañías financieras, sus reguladores y las agencias de clasificación y los medios de comunicación fallaron en ver la aproximación de la tormenta que se acercaba, es más difícil demostrar que los individuos conspiraron para engañar o defraudar a los inversionistas.

La cifra

$550  millones  pagados de multa  por Goldman para resolver los cargos civiles contra el fraude ocurrido en julio, sin admitir o negar las irregularidades, fue el mayor pago por un banco.

Los inversionistas están entre la confusión y la  incertidumbre

Pauline Skypala

La confusión reina en el mundo de la inversión. El alivio cuantitativo aumentará los precios de los activos dicen algunos; verdaderamente que sólo la expectativa de este lo ha hecho. Pero las tensiones geopolíticas que dominan los titulares pueden persuadir a muchos inversionistas de que la perspectiva para los activos riesgosos todavía es altamente incierta.

Los directores de fondos, parecen generalmente de la opinión de que los riesgos de una recesión doblemente profunda han retrocedido, y las acciones son el lugar para estar.

Escribiendo en FT esta semana, Guy Monson, jefe oficial de inversión en Sarasin & Partners, ve la oportunidad particularmente en los valores de primera clase del mundo desarrollado, muchos de los cuales rinden más que los bonos gubernamentales (nada difícil, dado los bajos rendimientos de ellos).

A Daniel Pinto, presidente y socio gestor en Stanhope Capital, también le gustan las acciones de calidad de alta capitalización, habiendo estado enfocado en esto por alrededor de 18 meses. Con la segunda ronda de alivio cuantitativo ahora en camino en E.U., él dice que este es el momento de reducir los bonos y el efectivo, y de incrementar las acciones, especialmente las del mercado emergente, las asiáticas y las de primera clase.

La gente está todavía cautelosa de las acciones, debido a su reciente experiencia, de acuerdo a Dave Fishwick, jefe de inversiones macros y de acciones en M&G.

Pero, él siente que su aversión a la volatilidad está comenzando a cambiar, aunque esto todavía tiene que mostrarse en los flujos.

Siempre es bueno escuchar una historia de inversión positiva. Pero si se quiere algo pesimista, alguien siempre lo suplirá. No mire más adelante de lo que James Montier, estratega de inversión en GMO.

Hablando en la conferencia de inversión europea del Instituto CFA la semana pasada, Montier aparentemente sugirió que el efectivo puede ser una mejor opción que las acciones o los bonos.

“Los bonos gubernamentales no tienen un retorno potencial; los mercados emergentes parecen sobrevalorados; en un mundo donde tanto los bonos como las acciones pueden ser demasiado caros, el efectivo se vuelve una inversión mucho más atractiva, aún cuando el rendimiento esté cerca de cero.

No solamente el efectivo es una protección mejor contra la inflación en relación a los bonos (es un activo de duración cero), este puede actuar como una reserva de valor durante periodos de deflación. Para el GMO radicado en Boston, la inflación no es una preocupación actual. 

Zoom

Favorecer

Todas estas incertidumbres pueden favorecer a los directores de fondos ofreciendo financiamientos multiactivos que ayudan a proveer un retorno absoluto, o al menos un grado de protección capital. Pero a juzgar por un adelanto de las cifras de ventas del tercer trimestre para los fondos europeos de Lipper FMI que FTfm introducirá en la emisión del 22 de noviembre, los fondos de bonos quedaron como las clases de activos muy favorecidas.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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