JOHN AUTHERS
Inflación o deflación? El debate todavía sigue latente. Y yo todavía temo que la respuesta correcta pueda ser ambos.
Este año se ha observado una óptica distinta en los temores de inflación para el mundo desarrollado. Esa es la consecuencia natural de la data edificante de EEUU, donde tanto el mercado laboral como el inmobiliario hasta el momento están mostrando cierto tipo de recuperación después de grandes depresiones. La actividad económica implica mas presión inflacionaria.
Esto puede verse más claramente en las implícitas expectativas de inflación del mercado de bonos. A juzgar por la diferencia entre los bonos de la Tesorería vinculados a la inflación y los bonos de tasa fija, el mercado espera una inflación de un 2.23% por año en la próxima década, por encima de un 1.7% el pasado septiembre.
Pero hay otras fuentes de inflación. Una viene del suministro de recursos naturales. Los precios del petróleo están aumentando neciamente una vez más. Siguiendo al año pasado, la insurrección en Libia, cuyo suministro se recuperará sólo lentamente, ahora también hay la proyección real de un embargo sobre los suministros petroleros desde Irán.
Esto mayormente afecta a los productores europeos, donde los precios del petróleo parecen particularmente feos.
Cuando midieron en euros el precio del crudo Brent del Mar del Norte está ahora sólo un 2% por debajo de su pico histórico, fijado poco antes del colapso de Lehman en el 2008. Los refinadores ya parecen estar cambiando al petróleo ruso, el cual es similar al iraní.
Una inflación como esta, que viene de las restricciones de suministro, no es saludable para la economía.
En el corto plazo es inflacionaria, a medida que los precios del petróleo están en los índices de inflación. En el largo plazo, es deflacionaria, tanto como los precios petroleros pesen sobre el gasto.
Otra fuente de inflación es deliberada. Los bancos centrales en occidente quieren la inflación, así que ellos están inyectando dinero al sistema, típicamente comprando bonos del gobierno (conocido como alivio cuantitativo). El Banco de Inglaterra esta haciendo esto. El Banco de Japón anunció esta semana que estaba haciendo lo mismo; la Reserva Federal de EEUU se espera que haga más en los próximos meses; y la crisis de la eurozona se está aliviando principalmente debido a que el Banco Central Europeo está ofreciendo dinero a los bancos en términos fenomenalmente baratos. Todas estas medidas tienden a crear inflación.
Existen buenas razones para esto. La Fed, en particular, asume que la deflación es un peligro mayor que la inflación. Después de todo, esta crea deudas históricas aún más caras de pagar. Inyectar dinero al sistema también empuja en ascenso los precios de los activos y hace a todo el mundo más feliz. Y, verdaderamente, las grandes expansiones en los balances generales de los bancos centrales, de la Fed en otoño de 2010 y del BCE en el 2011, coincidieron en los aumentos en los precios de las acciones y las materias primas.
Pero los bancos centrales no operan con una aspiradora y el dinero que ellos crean es fungible. Una vez creado, este tiende a encontrar su camino hacia cualquiera que le resulte en mayores retornos. Así, en el 1998, el dinero para facilitar el sistema financiero a través de la crisis del Manejo de Capital a Largo Plazo ayudó a inflar la burbuja tecnológica, y el dinero para lidiar con la explosión de dicha burbuja infló la burbuja inmobiliaria de EEUU.
En el presente, el dinero es posible que encuentre su camino hacia los mercados emergentes. Ellos están creciendo, y tienen tasas de interés más altas. Los bonos del gobierno brasileño rinden más de un 10%. Estacione el dinero allí y nada irá mal.
Excepto los mercados emergentes tienen un problema de inflación endémico, lo cual obliga a muchos bancos centrales a aumentar las tasas después de la primera ola de impresión de dinero de la Fed en el 2009. Muchos ahora esperan que los bancos centrales emergentes alivien las tasas este año; pero eso es menos posible si el flujo de dinero de EEUU empuja en aumento la inflación una nueva vez.
Las altas tasas en las economías emergentes, en cambio, tenderían a chocar la actividad económica allí. Y eso sería una pena, ya que es de los mercados emergentes, guiados por China, que el mundo depende actualmente para su crecimiento. En una economía global, es difícil para cualquier país, incluso para EEUU, tomar acciones que no tengan un efecto contraorden en algún otro lugar en el mundo.
No hay nada nuevo sobre esto. De hecho, las similitudes con el año pasado son muy estrechas, cuando la situación de Libia condujo en ascenso los precios del petróleo, en un momento en que los mercados se convencían de que la crisis de la eurozona era contenible y se daban un banquete con el dinero fácil de la Fed. Eso terminó muy mal.
La mayor diferencia es que EEUU parece tener mucho menos necesidad de dinero fácil, las expectativas del mercado en un 1.5%, estuvieron mucho más bajas antes de la última dosis de alivio cuantitativo y la economía ahora está mostrando sus señales más prometedoras desde Lehman.
Pero si la lógica del año pasado aún se sostiene ampliamente, entonces hay todas las oportunidades de una repetición. Los países desarrollados, que son propensos a la deflación, seguirán exportando la inflación hacia el mundo emergente, que ya está propensa a ésta. Esto puede no ser la peor forma de hacer frente al exceso de deuda dejado por la crisis financiera, pero pone una limitación sobre las esperanzas para una fuerte y sostenida recuperación global. Irán merece ser observado. Las constricciones sobre el suministro de recursos naturales no han perdido nada de su poder de fastidiar las funciones económicas.
La cifra
2.23. por ciento. de inflación por año en la próxima década, esperan los mercados, por encima de un 1.7% el pasado septiembre.
Mejor data económica eleva espíritus en Estados Unidos
Louise Lucas y Adam Jones
Los consumidores, es más posible que se dirijan este año hacia las botellas antes que a comer chocolate, pizza y fideos, según indican Pernod Ricard y Nestlé.
Pernod Ricard, el segundo mayor destilador del mundo de acuerdo a las ventas, pronostica un crecimiento de un 8% en los ingresos de las operaciones recurrentes basado en la recuperación de EEUU, el sentimiento de consumo y la mejora en las macroeconomías. Consideramos que hay mucho menos incertidumbre el día de hoy de lo que había seis meses atrás, dijo Pierre Pringuet, jefe ejecutivo.
Nestlé, la compañía de alimentos más grande del mundo, estuvo más reflexiva, aunque firmemente en actitud de crecimiento. Está atrapada por su pronóstico usual de 5-6% de crecimiento de ventas como también los mejorados márgenes en el momento en que esta reportó los resultados completos del año 2011. En vista de las continuas incertidumbres económicas y la volatilidad, no esperamos que el 2012 sea más fácil que los años anteriores, dijo Paul Bulcke, jefe ejecutivo.
Parte de la divergencia en las opiniones proviene de EEUU, donde una ola de data más fuerte se está fomentada a través del incremento en el gasto, según da testimonio Nestlé en los resultados del año completo y Pernod en los seis meses hasta el final de diciembre.
No obstante, el fabricante de whisky Jameson y de vodka Absolut se han beneficiado adicionalmente de los americanos que cambian del consumo de cerveza hacia los licores, que también pasan más por las manos de los productores de licores y que en general están cambiando de los licores locales hacia los internacionales, mientras que los consumidores más saludables se están moviendo a valorar los whiskys y cognacs premiun, presentando un beneficio doble, dicen los analistas.
Pernod Ricard y su mayor rival Diageo, que reportaron resultados la semana pasada, incrementaron las ventas del mercado emergente orgánico por un 18% a medio camino. Nestlé subió un 13.3% por el año completo. Danone, el grupo suizo y el rival francés, esta semana bajaron sus objetivos de ventas y sus márgenes de ingresos operativos.
Nestlé demostró que su récord por consistencia presentó un crecimiento orgánico de 7.5% el año pasado, superando las expectativas del mercado.
Jim Singh, director financiero, dijo que el dinamismo del cuarto trimestre reflejó fuerte valoración como también un aumento en el crecimiento en Norteamérica. Singh se unió a Danone para rehusarse a comentar sobre los reportes de una propuesta para la fusión de Pfizer que fabrica leche fórmula para infantes.
VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA