FINANCIAL TIMES
Cómo caminar en la cuerda floja fiscal que sigue frente a nosotros

<STRONG>FINANCIAL TIMES<BR></STRONG>Cómo caminar en la cuerda floja fiscal que sigue frente a nosotros

MARTIN WOLF
Niall Ferguson no es dado a la subestimación. Así que yo no me sorprendí por la afirmación de la semana pasada de que Estados Unidos enfrentará una crisis griega. Prontamente yo descarté esto como histeria. Como muchos otros países de altos ingresos, E.U. está verdaderamente caminando por una cuerda floja fiscal. Pero los peligros son las excesivas holguras en el largo plazo y las excesivas contracciones en el corto plazo. Es un dilema que el profesor Ferguson parece ignorar.

Ferguson declaró que, de acuerdo a las proyecciones de la Casa Blanca, la deuda federal bruta excederá el 100% del producto interno bruto para el 2012; que E.U. está pronosticado a nunca presentar nuevamente un presupuesto equilibrado; que la política monetaria, no los déficits, salvó la economía; que tasas de interés más altas están de camino; y que la alta deuda fiscal es perjudicial.

Brad DeLong de la Universidad de California, Berkeley, respondió que partes de este argumento es equivocado o desorientador: Las proyecciones de la Casa Blanca para la deuda federal mantenida por el público sería de un 71% del producto interno bruto en el 2012 y no excederá el 77% para el 2020; la política monetaria no ha provisto aún la limitada recuperación que ha tenido por sí sola; y más altas tasas de interés pueden verdaderamente estar próximas, pero no hay nada que lo indique en las actuales curvas del rendimiento.

Además, no hay razón para presupuestos balanceados en un país donde el crecimiento nominal del producto interno bruto es de hasta un 5% al año en tiempos normales.

Ferguson está tratando de asustar a los legisladores de E.U. de sostener, o mejor todavía, de incrementar el estímulo fiscal, aunque el verdadero problema ya no es la sostenibilidad a largo plazo. Él también acusa a los oponentes de creer en un “almuerzo gratis keynesiano. Nada que ver. El argumento, es más bien, que los beneficios de una mayor producción en el presente excedan mañana los costos de servicios de deuda.

En cambio,  Ferguson cree en un almuerzo libre conservador. Esta es la opinión de que el constreñimiento fiscal actual tendría poco efecto en la actividad, que normalmente, cuando la política monetaria tiene espacio para maniobrar y el préstamo del sector privado está contraído, eso es correcto.

Pero, como Olivier Blanchard, jefe economista del Fondo Monetario Internacional, y los colegas denotan en el reciente reporte llamado “Reconsiderando la Política Macroeconómica”: “En el caso de que la política monetaria, incluyendo el alivio crediticio y cuantitativo, haya en gran parte alcanzado sus límites, los legisladores tuvieran poca alternativa más que depender de la política fiscal”.

Los países de altos ingresos que han experimentado grandes aumentos de déficits y deudas, inevitablemente han sido Irlanda, España, Reino Unido y E.U., según Stephen Cecchetti, y los colegas en el Banco para Resoluciones Internacionales lo señalaron en “El Futuro de la Deuda Pública”, un informe que presentaron la semana pasada en una conferencia celebrando el 75 aniversario del Banco de Reservas de La India. Estos son los países que tuvieron los mayores auges de crédito y burbujas de activos. Es allí, como resultado, que el gasto del sector privado ha estado más constreñido por la presión al apalancamiento.

Los aumentos en los déficits fiscales son la imagen del espejo de la racionalización por parte de los azotados sectores privados. En E.U., el balance financiero del sector privado (el espacio entre el ingreso y el gasto) cambió desde el mínimo de 2.1% del producto interno bruto en el cuarto trimestre del 2007 a un máximo de 6.7% en el tercer trimestre del 2009, un cambio de un 8.8% del producto interno bruto. Este cambio masivo ocurrió a pesar de los esfuerzos de la Reserva Federal en sostener el financiamiento y el gasto. Cambios similares ocurrieron en otros países afectados por la crisis.

Si estos gobiernos habían decidido equilibrar sus presupuestos, como muchos conservadores demandan, dos posibles resultados pueden ser previstos: lo creíble es que ahora estaríamos en la reedición de la Gran Depresión; lo imaginativo es que, a pesar de los enormes incrementos en los impuestos o las vastas reducciones en el gasto, el sector privado habría prestado y gastado como si ninguna crisis hubiera sucedido. En otras palabras, un constreñimiento fiscal masivo realmente expandiría la economía. Esto es creer en magia.

Los enormes incrementos en los déficits fiscales fueron los apropiados para las circunstancias. La única forma de haberlos evitado hubiera sido prevenir previas expansiones del crédito y la deuda privada. Pero Ferguson está en lo correcto: todo el mundo sabe que tales déficits no pueden continuar indefinidamente. Como Carmen Reinhart y Kenneth Rogoff señalan en un reciente informe, una vez que las proporciones de la deuda pública para el producto interno bruto excedan el 90%, las medianas tasas de crecimiento caen por un 1% al año. Eso sería muy costoso. Además, hay un riesgo de que, en cierto punto, la confianza sería perdida y las tasas de interés subirían, con un nefasto impacto sobre las dinámicas de deuda.

Sin embargo, la dificultad es que como denota el Instituto Global McKinsey en un reciente reporte: “Los episodios históricos de apalancamiento han sido dolorosos, en promedio durando seis a siete años y reduciendo la proporción de deuda al producto interno bruto por un 25%”. Las únicas formas de acelerar esto serían vía una bancarrota masiva o de la inflación. Si estas son eliminadas, ¿qué puede apoyar la demanda mientras los apalancamientos continúan? Si la política fiscal es también eliminada, la única opción sería la demanda extranjera. Pero, ¿quién es probable que supere la demanda en contracción en E.U. y otras economías fuertemente afectadas? Desgraciadamente, nadie, es la respuesta.

Todavía, como denotó también el informe BIS, las proyecciones fiscales a largo plazo en gran parte guiadas por la antigüedad, son funestas. Haciendo una proyección adicional de los espantosos puntos de inicio, los autores del BIS argumentan que las proporciones de deuda pública del producto interno bruto podrían alcanzar un 250% del producto interno bruto en Italia para el 2050, un 300% en Alemania y un 400% en Francia, un 450% en E.U. y un 500% en Reino Unido, y un 600% en Japón. Si las deudas soberanas de países de altos ingresos no están por ser reducidas a basura, estos países verdaderamente necesitan planes creíbles de racionalización. Sobre esto no hay desacuerdo.

El mejor enfoque serían fuertes reducciones en el crecimiento a largo plazo  del gasto general. Además, cuando las economías se recuperen, la acción fiscal a corto plazo será necesitada. Las acciones tendrán que incluir reducciones de gastos e incrementos en los impuestos para restaurar los beneficios perdidos para siempre durante la crisis.

Ahora llegamos al gran dilema: ¿qué sucedería si el apalancamiento privado y los déficits fiscales continúan por años en E.U. y en otros lugares, como sucedió en Japón? Entonces los países clasificados triple A, incluyendo aún a E.U., pueden perder todo el contexto fiscal. Esto todavía no ha sucedido a Japón. Puede que no suceda a E.U., pero podría.

Así es que, sí, los países de altos ingresos enfrentan enormes desafíos fiscales. Y sí, los países afectados por la crisis comienzan desde posiciones fiscales fuertemente insostenibles. Pero E.U. no es Grecia. Además, un constreñimiento fiscal masivo hoy, sería un grave error. Hay un enorme riesgo, en mi opinión, una certeza, de que esto inclinaría mucho al mundo de vuelta a la recesión. El sector privado debe curarse. Eso, y no el retraimiento fiscal, es la prioridad.

Las claves

1.  Crisis

Como muchos otros países de altos ingresos, E.U. está verdaderamente caminando por una cuerda floja fiscal.

2. Deuda

Las proyecciones de la Casa Blanca para la deuda federal mantenida por el público sería de un 71% del producto interno bruto en el 2012 .

3.  Gastos

Las acciones tendrán que incluir reducciones de gastos e incrementos en los impuestos para restaurar los beneficios perdidos para siempre durante la crisis. Los países de altos ingresos enfrentan enormes desafíos fiscales.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

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