FINANCIAL TIMES
Cómo la generación posterior a la  II Guerra dirige  los mercados

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John Authers
¿De dónde vienen las burbujas de inversión, y qué podemos hacer al respecto?
Las dos décadas pasadas han visto la producción de una enorme burbuja. Una real burbuja de inversión usada para venir una vez cada generación o dos. Pero los pasados diez años han visto dos crisis épicas. Mientras la primera, que explotó hace casi exactamente una década, tenía un claro epicentro en las acciones de Internet, la segunda involucró activos dispares en todo el mundo, de todas las monedas de los mercados emergentes a través de materias primas hasta precios inmobiliarios y, por supuesto, el crédito estructurado.

También ha habido una burbuja en el uso de la palabra “burbuja”. Financial Times la usó más de un 66% más a menudo durante el año pasado que en el 2006. Dada la reciente experiencia, la gente está comprensiblemente inclinada a ver burbujas por todos lados.

El último episodio del Estudio de Bonos de Barclays, publicado la semana pasada, da cierto contexto. Este suministra rigurosas comparaciones de retornos de inversión a largo plazo.

Este año, Barclays eligió estudiar cómo las burbujas de los pasados 10 años se desarrollaron. Los factores económicos no ayudan mucho. El punto general de una burbuja es que los precios de los activos están separados de los fundamentos económicos.

Más bien, Tim Bond de Barclays indica que estas burbujas fueron guiadas por cambios en la demanda por acciones y otros activos, y estos, en cambio, fueron guiados por lo demográfico.

Él señala que las acciones sólo comenzaron a volverse vehículos de ahorros masivos del  mercado en los años 50, cuando las compañías de gestión de inversión comenzaron a mercadear sus servicios.

Este proceso se aceleró fuertemente a principios de los 80, mientras la generación posterior a la Segunda  Guerra Mundial comenzó a entrar a la edad de productividad pico y a ahorrar, y según la introducción de los llamados planes de pensiones en Estados Unidos dio a los individuos un mayor incentivo para comenzar a jugar en los mercados de acciones.

Como en 1980, el mundo ha sobrevivido sin una burbuja real desde la Gran Crisis de 1929. La única excepción fue el oro, lo cual afectó niveles absurdos a inicios de ese año cuando el segundo aumento del precio del petróleo suscitó temores de persistente inflación.

Desde ese punto, la economía mundial disfrutó de la “Gran Moderación”, un periodo en que el crecimiento económico era inusualmente estable, y cuando la inflación pareció ser golpeada, seguida por una mayor volatilidad en los precios de los activos y las burbujas de la década pasada.

Bond indica, de forma extremadamente convincente, que esto puede principalmente ser atribuido a las demografías.

A medida que envejece la generación post segunda  guerra mundial, y el gran mercado bajista los hizo más confiados, así ellos sobre invirtieron en activos alrededor del mundo.

El proceso estaba ya aparentemente creciendo cuando Alan Greenspan pronunció su famoso discurso acerca de los riesgos de la exhuberancia irracional a finales de 1996, y fue obvio con la crisis de Asia del año siguiente, y luego la gran burbuja de Internet que finalmente explotó en el año 2000.

Como lo pone  Bond, el tamaño de la cantidad de capital disponible para verter en los mercados de acciones asiáticos, o en las acciones de Internet, fue desproporcionado para la disponibilidad de oportunidades de inversión.

No estaba en los intereses de nadie decir esto a la generación post Segunda Guerra Mundial, debido a que la industria de inversión era pagada de acuerdo a la cantidad de activos que manejaba.

Visto a largo plazo, Barclays comparó las proporciones cíclicas precio/ganancias sobre las acciones desde 1950 con la proporción de 35 a 54 años de edad en la población. Según muestra la gráfica, el ajuste es excelente. Las valoraciones de acciones se volvieron más extensas justo cuando la cohorte de esa generación estaba ahorrando y produciendo más.

¿Cómo  cambió esto en la crisis crediticia posterior? Los errores que se cometieron tanto en la política monetaria de Estados Unidos como en la regulación de los préstamos hipotecarios de Estados Unidos, fueron serios factores colaboradores. Pero nuevamente, los factores demográficos son una potente fuerza subyacente. Enfrentados con la crisis en las acciones, y con sus inminentes retiros, dicha generación sólo se esperaba que pusiera dinero en bonos y otros productos de deuda, y de ese modo ayudar a presionar las tasas de interés hacia arriba. Eso es exactamente lo que ellos hicieron.

Esto condujo a un aumento en el apetito global para colocar ahorros en instrumentos de deuda, lo cual, como señala  Bond es lo mismo que un aumento en el apetito global para prestar.

Las implicaciones para el futuro son incómodas. La proporción de 35 a 54 años de edad en la población se mantendrá disminuyendo por otra década, mientras el inminente crecimiento en la retirada población podría ser muy fuerte.

Eso implica que las valoraciones de acciones pueden mantenerse bajando. El cambio demográfico que guió a un mercado bajista de acciones por dos décadas puede esperarse que guíe a un mercado alcista por otras dos décadas. Eso implica que este mercado alcista tiene otra década por delante.

En contra de esto, las valoraciones de acciones ya se han calmado bastante. Si las compañías se mantienen produciendo un decente crecimiento de ingresos, las acciones pueden todavía rendir.

Y esto puede hacer los mercados más eficientes. Con la cantidad de capital disponible en contracción, al menos seremos menos susceptibles a burbujas de inversión.

Las claves

1. Burbujas

Las dos décadas pasadas han visto la producción de una enorme burbuja. Una real burbuja de inversión usada para venir una vez cada generación o dos, la segunda involucró activos dispares en todo el mundo, de todas las monedas de los mercados emergentes

2.  Mal empleo de la palabra

También ha habido una burbuja en el uso de la palabra “burbuja”. Financial Times la usó más de un 66% más a menudo durante el año pasado que en el 2006. Dada la reciente experiencia, la gente está comprensiblemente inclinada a ver burbujas por todos lados.

3.  Cambios en  demanda

Más bien, Tim Bond de Barclays indica que estas burbujas fueron guiadas por cambios en la demanda por acciones y otros activos, y estos, en cambio, fueron guiados por lo demográfico.

4.  Guiado por un nuevo cambio

 El cambio demográfico que guió a un mercado bajista de acciones por dos décadas puede esperarse que guíe a un mercado alcista por otras dos décadas. Eso implica que este mercado alcista tiene otra década por delante.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE  ROSANNA CAPELLA

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