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El ajuste de la economía mundial necesita de Alemania y Eurozona

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Martin Wolf
Alemania dice “nein”. Esa es la conclusión más importante a ser trazada del debate de la política económica de la eurozona. Lo que el gobierno alemán está diciendo es que la eurozona debe convertirse en una Alemania más grande. Pero esta política tendría implicaciones profundamente políticas para la economía mundial.

La carta de esta semana dirigida a FT de parte de Ulrich Wilhelm, secretario de estado y vocero del gobierno, y el artículo de la semana pasada de mi amigo, Otmar Issing, anterior miembro del consejo del Banco Central Europeo, son significativos no sólo por lo que dicen, sino por lo que no dicen.

El punto que ellos reconocen es que Alemania no se arriesgará a minar su competitividad. El punto que ellos no reconocen es que la economía mundial tiene por delante un difícil ajuste, para lo cual la eurozona y Alemania necesitan contribuir.

En el primer punto, el Sr. Issing está bastante claro: “Siguiendo los años de divergencia entre el costo de la unidad laboral y las pérdidas en la competitividad en un número de países, la idea está ganando terreno de que la economía con el mayor superávit, Alemania, podría ayudar aumentando los salarios en los intereses de los países con déficit y la comunidad en general”. Por el contrario, él insiste, que dado el elevado desempleo los salarios aún en Alemania están todavía muy altos.

Encuentro difícil no estar de acuerdo. Muchos países entraron en la unión de la divisa sin reconocer las implicaciones para los mercados laborales. Antes que las reformas de membresía se requirieran, ellos gozaban de una fiesta de las que ocurren “sólo una vez en la vida”. La fiesta terminó. Con los costos de la unidad laboral alemana estancada y el euro todavía fuerte, los costos laborales en los países europeos periféricos deben caer fuertemente. Estos países no tienen alternativa, dentro de la unión de la moneda que ellos eligieron para unirse.

Sin embargo, en el segundo de los dos puntos, el Sr. Wilhelm hace entrega de un párrafo inquietante: “La clave para corregir los desequilibrios en la eurozona y restaurar la estabilidad fiscal radica en aumentar la competitividad de Europa en general. Mientras más países con actuales cuentas de déficit sean capaces de incrementar su competitividad más fácil ellos encontrarán la forma de reducir sus déficits comerciales internacionales y públicos. Una política menos orientada a la estabilidad en Alemania dañaría la eurozona en conjunto.

Encuentro difícil estar de acuerdo. Lo que es fascinante acerca de estos señalamientos es que no hay mención de la demanda. El Sr. Wilhelm está invitando a todo el mundo a disfrutar un mundo de políticas de suma-cero en el cual todos los países tratan de acaparar el mercado de acciones del resto. En un momento de debilidad global, esto es una recomendación contraproducente, tanto para la eurozona como para el mundo.

Más precisamente, lo que Alemania desea, es ver es una fuerte reducción en los déficits fiscales a lo largo de la eurozona. Con el déficit fiscal contrayéndose y la producción debilitándose, el camino de salida para cada país sería a través de la disminución relativa de los costos de la unidad laboral y exportaciones netas más altas. Si se tiene éxito, esto cambiaría la debilidad económica de cada país a otros países de la eurozona o, más posiblemente, para el mundo, vía un mayor superávit de exportaciones netas de la eurozona.

De acuerdo a la Organización para el Desarrollo y Cooperación Económica, el déficit fiscal gubernamental general de la eurozona estará cerca de un 7% del producto interno bruto este año. Se asume que este será reducido rápidamente a un 3%, mientras que los excedentes financieros del sector privado quedan cerca de un 7% del producto interno bruto, que es ahora implícitamente pronosticado. Entonces, la cuenta actual de la eurozona necesitaría mejorar por alrededor de un 4% del producto interno bruto. Eso rondaría los $600 millardos, o no estaría lejos de un 1% del producto interno bruto mundial.

¿Dónde Alemania piensa que pueden ocurrir cambios compensatorios en los mayores déficits externos? Esta política seguramente haría impracticable el desafío de ajuste post crisis por los países de déficit antiguo, incluyendo, no al menos, E.U. y R.U. ¿Sobreviviría una economía mundial abierta?

Quizás yo estoy muy pesimista acerca de las implicaciones para la demanda del constreñimiento fiscal previsto. Tal vez en algunos países incremente la credibilidad de la posición fiscal estimularía el gasto privado. Todavía, en general, la eurozona probablemente experimentaría renovada debilidad en la demanda local o la exporte tal debilidad al exterior.

¿Podría una política monetaria agresiva hacer la diferencia? El Banco Central Europeo ha sido exitoso en sostener el rápido crecimiento del escaso dinero durante la crisis, además, de hecho, también la Reserva Federal y el Banco de Inglaterra. Pero el crecimiento del dinero ha colapsado. Además, la agresiva política monetaria ha fracasado en detener la fuerte caída en el producto interno bruto nominal, el cual bajó por un 2% en el año hasta el cuarto trimestre del 2009 dentro de la eurozona.

Desafortunadamente, la política monetaria parece estar presionando en una corriente. Ha hecho los bancos rentables y a los banqueros más ricos, con modestos beneficios para la economía real. Eso es improbable que cambie pronto.

Una solución alternativa puede ser ayudar al mundo a absorber grandes superávits de exportación desde la eurozona, E.U., Japón y R.U. Es cierto, ninguna salida sostenible desde el actual conflicto puede ser previsto sin incrementados flujos de capital neto en los países emergentes. También parece evidente que aquí es donde los ahorros del superávit del mundo debieran terminar. Pero se tomará tiempo y mucha reforma para hacer que esto suceda.

Permítanme aclarar lo que estoy diciendo y lo que no estoy diciendo sobre el rol de Alemania en la eurozona y la eurozona en el mundo.

No estoy diciendo que Alemania está en falta por fabricar productos manufacturados de primera línea. Es un logro admirable. Tampoco estoy diciendo que Alemania puede hacer a sus trabajadores incompetentes o aceptar una inflación mucho más alta.

Estoy diciendo que los superávits de Alemania fueron posibles por los déficits de otros países, y de esa forma la estabilidad alemana por la inestabilidad de otros países. Estoy diciendo que parte de las exportaciones netas de Alemania fueron ilusorias, pagadas con un préstamo excesivo, a menudo financiado por alemanes. Estoy diciendo que si la Europa periférica está por mejorar sus cuentas externas, ni siquiera Alemania puede superar cierta parte de esto, o la cuenta actual de la misma eurozona puede cambiar hacia el superávit, con impactos adversos en la frágil economía mundial.

En pocas palabras, la política económica tiene que ver con más que competitividad. Justo cuando el mundo está tratando de luchar por salir de una profunda recesión, la demanda también importa. Como la cuarta economía más grande del mundo y centro de la eurozona, Alemania tiene un rol que jugar en reequilibrar la demanda global. Aprecio que esto es un difícil desafío. Esto debe encontrarse, todo igual.

Las claves

1.  Disminución de costos

Con el déficit fiscal contrayéndose y la producción debilitándose, el camino de salida para cada país sería a través de la disminución relativa de los costos de la unidad laboral y exportaciones netas más altas.

2.  Política monetaria

Desafortunadamente, la política monetaria parece estar presionando en una corriente. Ha hecho los bancos rentables y a los banqueros más ricos, con modestos beneficios para la economía real. Eso es improbable que cambie pronto.

3.  Alternativa

Una solución alternativa puede ser ayudar al mundo a absorber grandes superávits de exportación desde la eurozona, E.U., Japón y R.U.  Ninguna salida puede ser prevista sin aumentar los   flujos de capital neto en los países emergentes.

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