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El crecimiento sigue a los recortes en los impuestos

FINANCIAL TIMES<BR>El crecimiento sigue a los recortes en los impuestos

POR AMITY SHLAES
Mejor de lo esperado: este es el titular que se le concede al avance de la economía de Estados Unidos. El año pasado, el déficit fue un humillante 3.6% del producto interno bruto. El déficit este año, según indican las nuevas cifras, será 2.75 del PIB: aceptable. ¿La diferencia? Ingresos extra. Al parecer, los ingresos federales para este año serán US$85 millardos más elevados de lo que se haya estado pronosticando en fecha tan reciente como marzo. Y en cuanto al crecimiento, también puede ser más fuerte que el esperado, manteniéndose por encima del 3%. ¿Y el desempleo? Algunos pronosticadores consideran ahora que bajará cerca del rango de 4.5%

Todas estas cifras son impresionantes, pero quizás la más impresionante sean los influjos. Los dólares adicionales son demasiado pocos para equipararse al reto de las obligaciones de Washington a largo plazo –programas como la Seguridad Social y el Medicare. Sin embargo, estos casi compensan los US$5 millardos al mes que EEUU gasta en Irak. Después de todo, estamos en camino de contar con cañones y mantequilla.

No obstante, pocos se preguntan qué generó el flujo de efectivo. Cuando uno lee los periódicos pudiera pensarse que el hecho de que el Tesoro esté ahora nadando en dinero es como nadar en la playa un día fresco de agosto, después de varios días calurosos: nada más que sorpresa agradable.

Pero no debe tomarse como una sorpresa. Los influjos son el resultado directo del compromiso de la administración Bush con un concepto: los individuos responden a los incentivos. No simplemente los enfocados –una exención, digamos, a un grupo específico de manufactureros–, sino de incentivos generales para la empresa. La administración dedujo de este concepto que los recortes en impuestos al capital y al trabajo inspirarían a los ciudadanos y a las empresas a hacer más transacciones. El equipo de Bush procedió entonces a ejecutar esas reducciones.

Hace unas tres décadas, los principales economistas se rieron de programas similares como el error de un grupo marginal, los suministradores. Si queremos ser generosos, debemos decir que la burla de esos economistas era comprensible. La filosofía dominante del periodo, el Keynesianismo, hacía hincapié en que el gasto del gobierno era la mejor herramienta para el crecimiento. Y es más., la mayoría de los adultos en EEUU, Francia, Alemania y Gran Bretaña tenían más experiencia con el aumento de las tasas de impuestos que con reducirlas.  

Desde entonces, sin embargo, EEUU y otros países han realizado experimentos exitosos con la reducción de las tasas. Sin embargo, la teoría de las tasas e incluso el principio básico de que los incentivos siguen siendo a menudo tratado como algo raro, o por probar en Europa Continental, Gran Bretaña y hasta en EEUU. Steve Levitt, un economista que publicó un libro* que aborda ampliamente los incentivos, sintió la necesidad de darle un título que menosprecia a la propia obra: “Freakconomics” . De ahí quizás que valga la pena revisarlo.

La Casa Blanca de Bush y el Congreso aplanaron la inclinada estructura de tasa ascendente del impuesto a los ingresos, al bajar la tasa marginal más alta. Redujeron el impuesto a los dividendos a 15% de 39.5%; 15% devino el nuevo tope de la tasa para las ganancias de capital. Igualmente, crearon un programa de amnistía por una ocasión para las compañías que repatriaran ganancias. Los impuestos a ingresos corporativos este año se incrementaron 42% sobre ellos del año anterior. Nadie puede estar seguro todavía de que cambios tuvieron mayor significación para los negocios; el análisis completo de los retornos toma dos años.  Pero como destaca Stepehn Entin, del Instituto de Investigación de la Economía de los Impuestos de Washington, sabemos que el dinero nuevo se relaciona con el ingreso que no es salario –ganancias de pequeños negocios, dividendos, ganancias de capital. El ingreso gravable se incrementó más donde los recortes a los impuestos fueron más marcados.

Anteriormente, el presidente Bill Clinton y Robert Rubin, su secretario del Tesoro también redujeron el impuesto a las ganancia de capital. La actividad de negocios y los ingresos extra ayudaron a crear la sorpresa de aquella era, un excedente en el presupuesto federal. Y aún antes, en 1978 y 1981, EEUU recortó su tasa de ganancias de capital dos veces, desplazándola de 35% (o a veces más alto) a 20%. Con cada recorte, los influjos saltaron, y “la magnitud de la respuesta obviamente sorprendió a algunos en el gabinete2, recuerda el señor Entin, que estaban en el Tesoro entonces. Lo que siempre recordarían los que estuvieron involucrados entonces fue una sensación de melancolía: una nueva conciencia de la probabilidad del crecimiento económico de los 70, el periodo de tasas más elevadas.

Otros países tienen experiencias similares, incluyendo por igual el éxito y la retrospección melancólica. Gran Bretaña e Irlanda tuvieron crecimiento e incrementos en los ingresos por impuestos después de recortar las tasas. Rusia tuvo incremento en sus ingresos después que estableció su tasa rasa, y no todo provino de los incrementos en el precio del petróleo. Rumania., Estonia, Hong Kong, todos, han tenido un crecimiento forzoso bajo el régimen de tasa plana.

El defensor del régimen de tasa plana, Steve Forbes menciona las evidencias en un nuevo libro. Sin embargo, hay más disponible, en el Reino Unido, en el centro de análisis Reform. Después de observar la tendencia entre los vecinos orientales, Angela Merkel, de la Unión Demócrata-cristiana de Alemania, nombró la semana pasada a un reductor de impuestos, Paul Kirchhof, en su equipo de campaña. 

El crecimiento y los ingresos después que se reducen los impuestos no son una casualidad. No son raros, ni dependientes. Las tasas bajas con la clave para el progreso de una economía de mercado. La reforma tributaria radical merece el respeto de los factores más importantes. Y en cuanto a los regímenes de impuestos planos, ya es tiempo de reconocer que son constituyen simplemente un remedio limitado a los paraísos fiscales o los países pequeños o desesperados. Cuando los países grandes reducen los impuestos, no hay que tener solo la esperanza de un buen resultado. Podemos contar con eso.  

*Flat Tax Revolution (Regnery)

 

VERSION AL ESPAÑOL DE IVAN PEREZ CARRION

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