FINANCIAL TIMES
El fin no necesita estar cerca si hacemos caso a lección del 2008

FINANCIAL TIMES<BR>El fin no necesita estar cerca si hacemos caso a lección del 2008

John Authers
Este el fin del mundo tal como sabemos y yo me siento bien. (REM, 1987).

¿Realmente es este el fin del mundo que conocemos? Tal vez inspirados por las tristes noticias de la disolución de REM, la banda que presentó excelentes temas musicales a la juventud de mi generación, muchos parecen creer que es esta semana.

Si no es el fin del mundo, los inversionistas al menos parecen creer que es un retorno a la crisis financiera de finales del 2008, que, afortunadamente, está tan cerca del fin del mundo como la mayoría puede recordar.

Las comparaciones con octubre de 2008 son exageradas. Si comparamos con los hechos anteriores del 2008, no obstante, antes del colapso de Lehman Brothers el 15 de septiembre, entonces los paralelos verdaderamente crecen de forma inquietante.

El mundo enfrenta dos problemas separados, pero relacionados. Primero, es que el sistema financiero del mundo desarrollado está sufriendo desde el estallido de imprudentes decisiones de préstamos que causaron la crisis crediticia en primer lugar.

Segundo, hay un modelo para el crecimiento económico que se refleja en los precios de los activos y que mantiene la demanda del mercado emergente, liderada por China, tan fuerte que puede impulsar al mundo desarrollado.

Hay pocas noticias esta semana. El flujo de noticias fue limitado para la “Operación Twist” lanzada por parte de la Reserva Federal de EEUU, una maniobra técnica para empujar en descenso los rendimientos de bonos a largo plazo (y por consiguiente ayudar a los balances generales de los bancos que están luchando), junto a algunos pronósticos negativos de los directores de suministro de China. La negociación por los políticos falló en rendir medidas concretas para lidiar con la crisis de deuda soberana.

Y, sin embargo, los precios del mercado se han movido como si una recesión global repentinamente se ha vuelto mucho más posible. Ese es el hilo conductor detrás de la pris por comprar los bonos gubernamentales (incluso de países tales como España e Italia), mientras vender los metales industriales, conjuntamente con las reservas de monedas de esos países en el mundo emergente, han guiado el crecimiento económico.

Enfoquémonos en el cobre, un indicador de la creencia de la historia del “crecimiento guiado por China”, y de las expectativas de inflación según fueron medidas por el mercado de bonos. El cobre ha disminuido un 23% desde un pico de dos meses atrás. Este sufrió similarmente en el verano de 2008, cayendo un 20.3% en los dos meses anteriores a Lehman.

En cuanto a la inflación, el mercado espera que la inflación de EEUU promedie un 1.72% en la próxima década, un punto porcentual más bajo de lo que estaba prediciendo en primavera. Nueva vez, esto es muy similar al 2008. Después que las esperanzas del mundo para los mercados emergentes llegaron a su nivel más alto en julio de ese año, las expectativas de inflación bajaron casi por un punto porcentual, al mismo nivel de un 1.7%, por la víspera de Lehman.

Una vez que la crisis explotó, con su severo impacto económico, ambas medidas vibraron mucho más bajo. El cobre disminuyó otro 60%, cuando el mercado de bonos en cierto punto realmente predijo una década de deflación.

En lo relativo a la tensión financiera, los rendimientos de los bonos corporativos son mucho más bajos de lo que estaban en Lehman. Las medidas de tensión financiera están aumentando, pero en ningún otro lado cerca de sus niveles de 2008. El llamado “Ted spread”, el exceso de tasas de préstamos interbancarias sobre los rendimientos de los títulos de la Tesorería a corto plazo, una medida de la desconfianza entre los bancos, se ha duplicado hasta un 0.35 puntos porcentuales en las últimas semanas. Fue cuatro veces tan alto como en la víspera de Lehman, y llegó a un pico de cerca de un 5%, un nivel en el cual el sistema bancario no estuvo funcionando apropiadamente.

Así que los acontecimientos de la semana pasada indican una pérdida repentina de fe en la historia del crecimiento guiado por los chinos. Como tal, ellos son muy similares al verano del 2008. Si la demanda liderada por Asia puede ser sostenida, ya que esta retornó en el 2009, un factor crítico al permitir la recuperación parcial que sobrevino, ahora se vuelve un debate crítico. Las informaciones hasta ahora son ambiguas. Después de todo, tanto el precio del cobre como las expectativas de inflación bajaron mucho más de lo que están ahora justo durante el temor de crecimiento observado el verano pasado que demostró ser infundado.

Las inyecciones de capital directo por parte del gobierno de EEUU en los bancos de EEUU llevaron a un fin la peor fase de esa crisis. Una medida similar se necesita ahora para los bancos de la eurozona. El intento desde el 2008 para dejar que los bancos más débiles salgan del paso, parece equivocado. Mejor arreglar ordenadamente los impagos para los deudores que lo necesitan, guiados por Grecia, y desde entonces recapitalizar los bancos tambaleantes.

Zoom

Implosión

1.    En el año 2008, la implosión financiera magnificó una incipiente depresión económica en algo mucho peor.

2.  El hecho de que el crédito soberano por sí mismo está en duda aumenta aún más las expectativas. Pero los mercados aún no muestran que es inminente un incidente ciertamente al estilo Lehman.

2. ¿Y ahora qué? Cualquier recesión que llegue será guiada por las presiones que han crecido por años. Pero el 2008 puede indicar una forma de evitar un incidente Lehman.

Las compras de “refugios seguros” impulsan el dólar

Peter GarnhamC

El dólar subió aún más justo cuando los inversionistas luchaban por reducir las posiciones de financiamiento en la moneda en el momento en que los activos riesgosos se tambalearon.

Los inversionistas buscaban la liquidez de la moneda de EEUU cuando las reservas globales cayeron fuertemente a causa de los pesados temores sobre una depresión en las economías desarrolladas, como también las incrementadas preocupaciones sobre la deuda soberana y los problemas en el sistema bancario.

Esos temores fueron sopesados el miércoles pasado después de que la Reserva Federal redujo la perspectiva para la economía de EEUU.

El sentimiento fue  acrecentado el jueves cuando los índices de directores de compras indicaban que en China y la eurozona la actividad económica se estaba ralentizando.

“El decadente crecimiento mundial y el potencial y adicionalmente calamitoso malestar de la crisis de deuda de la eurozona continúa dominando el sentimiento y en este ambiente la demanda por liquidez, y por tanto por el dólar, es posible que prevalezca”, dijo Jane Foley, de Rabobank.

En New York, el dólar subió un 0.8% hasta un alza de ocho meses de $1.3462 contra el euro, además de aumentar un 0.9% hasta un pico de un año de $1.5359 contra la libra esterlina y estuvo un 0.9% más alto en SFr0.9070 contra el franco suizo, su nivel más alto desde abril.

Las monedas vinculadas a las materias primas fueron afectadas enérgicamente con el dólar australiano disminuyendo por debajo de la paridad en contra del dólar de EEUU por primera vez desde principios de agosto.

El dólar australiano disminuyó un 2.5% para llegar hasta $0.9799, mientras el dólar canadiense bajó un 2.1% hasta C$1.0278, y el dólar de Nueva Zelanda perdió un 2.7% hasta $0.7811.

Las monedas del mercado emergente también disminuyeron potentemente ya que aumentaron los temores de que las economías en desarrollo no serían inmunes a los problemas en las economías avanzadas.

El rublo también bajó un 2% hasta una baja de dos años de Rbs32.0450 contra el dólar, el won surcoreano se fue abajo por un 2.6% para llegar a won1,179.70, y la lira turca llegó a una baja histórica de TL1.8440.

El dólar bajó un 0.2% hasta Y76.29 contra el yen, no obstante, mientras el “desapalancamiento” global también empujó a los inversionistas a la liquidez de la moneda japonesa. 

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

Publicaciones Relacionadas

Más leídas