FINANCIAL TIMES
El peligro de estampida para la manada del mercado en el 2012

FINANCIAL TIMES<BR>El peligro de estampida para la manada del mercado en el 2012

Entrando al 2012, con muchos temores geopolíticos en el horizonte, los inversionistas en acciones puede esperarse que pasen las noches en vela preocupándose por otra crisis del mercado de acciones.

Pero eso no es lo que los está perturbando del todo. En cambio, muchos se preocupan sobre la posibilidad de otra recuperación del mercado para que combine con el gran rebote que comenzó en la primavera del 2009.

Esto se debe a que los incentivos de los directores de inversión son gravemente desiguales. A ellos no se les paga para hacer dinero, ni tampoco para agitar el mercado. Por el contrario, a ellos se les paga para no hacer las cosas peor que sus iguales. Bajar con el mercado no sería tan malo para ellos; como cuando dejaron escapar la oportunidad de recuperación en el 2009, cuando las acciones se duplicaron en apenas dos años, sería catastrófico para su carrera.

Esa es la lógica de la forma en que a ellos se les paga, usualmente una proporción de sus activos bajo gestión, y de la forma en que ellos son juzgados, en relación a sus iguales y a los índices públicos de acciones.

El resultado de los desalineados incentivos de la industria, un factor que contribuye a la crisis financiera que hasta el momento ha eludido cualquier intento de solución, es que las acciones entran al 2012 pareciendo sobrevaloradas.

Tal manipulación de precios es sólo posible que conduzca más adelante a una mala asignación de capital. En las actuales circunstancias, nadie necesita eso.

Es posible argumentar en contra de esto.  Los ingresos múltiples, la medida más popular del valor de las acciones, bajaron firmemente durante el 2011. En 13 veces las ingresos históricos, los múltiples en el S&P 500 de EEUU están tan bajos como habían estado en las últimas dos décadas, salvo unos pocos meses durante el periodo inmediatamente posterior al colapso de Lehman Brothers. Por tanto, existe un argumento de que las acciones ya restan mucho de los temores políticos y macroeconómicos del entorno.

Pero esto ignora el rendimiento de las ganancias corporativas. Los ingresos han tenido una recuperación completa siguiendo al desastre de Lehman. Esto es guiado por los márgenes récord; en EEUU, los ingresos corporativos como una proporción del producto interno bruto están en su nivel más alto que nunca (aunque este efecto disminuye si las compañías financieras son excluidas). Los márgenes tienen una fuerte tendencia histórica para volver a la media. Las ganancias múltiples, en la historia, han tendido a ajustarse por el ciclo de ingreso corporativo, bajando cuando las ganancias parecen cíclicamente altas, como en el presente. Los múltiplos actuales no son, por lo tanto, tan baratos como parecen.

Los fuertes ingresos de las compañías, y el récord de niveles en efectivo en sus balances generales, también aumentan el riesgo de una reacción. Tanto los accionistas como los gobiernos esperan agarrar un porcentaje de ese efectivo, ya sea a través de dividendos o de impuestos. Y si los márgenes son insosteniblemente altos, como parece ser el caso, el crecimiento de ganancias puede sólo llegar de fuertes aumentos en las rentas, lo cual dependería de una economía boyante.

Y finalmente, para hacer que las acciones parezcan una historia barata deben ser analizadas selectivamente. En comparación con los últimos 30 años, en gran parte un periodo de prosperidad sin paralelo, las acciones parecen ofrecer buen valor. Pero las ganancias múltiples eran más bajas de 13 por la mayor parte de la década que siguió a la crisis del precio petrolero de 1973. Más atrás en la historia, esta fue la norma para que las acciones fueran más baratas en términos de rendimiento que los bonos, como ahora, debido a que se pensaba que ellas eran más riesgosas.

Es difícil, por tanto, evitar la conclusión de que las acciones están levitando a precios sobre-inflados, gracias al comportamiento de manada y al temor colectivo de las instituciones de inversión. Se registran estrechas correlaciones entre las acciones que indican que su “due diligence” en fundamentos corporativos es mínimo, e implica que el mal manejo de precios abunde. Antes que intentar explotar tales anomalías, los inversionistas están preocupándose por el ambiente macroeconómico y el comercio por vía de las inversiones indexadas.

Pero, a causa del temor de otra gran recuperación, las acciones, particularmente en EEUU, han evitado la catártica venta que se necesita para exprimir los excesos especulativos. Tal capital de acciones ineficientemente valorado se agrega a la lista de razones para temer otro accidente financiero o del mercado en el 2012.

Es difícil evitar la conclusión de que las acciones están levitando a precios sobre-inflados.

Las claves

1. Desiguales

Los incentivos de los directores de inversión son gravemente desiguales.

2.  Bajan

Los ingresos múltiples, la medida más popular del valor de las acciones, bajaron firmemente durante el 2011.

3.  Fuertes ingresos

Los fuertes ingresos de las compañías aumentan el riesgo de una reacción.

Acciones europeas obtuvieron impulso por informaciones EU

Neil Dennis

Las acciones europeas obtuvieron cierto impulso debido a las últimas informaciones de Estados Unidos, ayudando a la mayoría de índices a cerrar en territorio positivo.

 Una encuesta de los directores de compras de Chicago, las demandas iniciales de desempleo y la data del sector inmobiliario de EEUU fueron interpretadas como positivas por los inversionistas de Wall Street, y esto dio un impulso a las acciones europeas, que se habían apegado a la estabilidad a raíz de la última venta de deuda italiana.

Siguiendo su venta de un total de 10.7  millardos de euros en deuda a corto plazo el pasado miércoles, Roma vendió adicionalmente 7 millardos de euros en bonos a largo plazo. El euro bajó en respuesta y las acciones se comerciaron flojas siguiendo la venta de deuda.

La data de la eurozona estuvo en el lado débil, mientras el crecimiento anual en los préstamos al sector privado bajó en noviembre, presentando evidencia adicional de decreciente actividad en los negocios a lo largo del continente.

Las financieras quedaron entre los sectores más débiles, con los aseguradores peor afectados como Axa de Francia, que perdió un 1.1% para quedar en 9.88 de euros, Allianz de Alemania se redujo por un 0.7% hasta 73.20 euros y la compañía holandesa ING de servicios financieros bajó por un 0.5% hasta llegar a 5.45 euros. El banco italiano UniCredit también disminuyó por un 1.5% hasta 6.41 euros.

El FTSE Eurofirst 300, no obstante, terminó elevándose un 1% hasta 992.78, con CAC 40 de Francia subiendo por un 1.8% hasta 3,127.56 y Xetra Dax de Alemania agregando un 1.3% hasta 5,848.78.

Entre los mayores ganadores estuvo Deutsche Börse, el operador de cambio alemán que se está fusionando con NYSE Euronext, por encima de un 3% hasta 40.25 euros.

GDF Suez, la empresa francesa de energía se elevó por un 3.3% hasta 20.86 euros, mientras la cadena francesa de supermercados, Carrefour, sumó un 3.3% hasta 17.27 euros.

Grupo petrolero español Repsol aumentó un 2.8% hasta 23.50 euros después que este anunció que había acordado comprar la exploradora petrolera Rusia Eurotek por $230 millones.

VERSIÓN AL ESPAÑOL DE ROSANNA CAPELLA

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